El momento a veces resulta ser más poderoso para la memoria que la misma calidad del café; sin embargo, estas son las historias de tres cafeteros que producen la mejor bebida y a su vez ofrecen experiencias inigualables.
Un café con buena vista
Buenavista queda a una cuadra del cielo, según el poeta Mario Salazar. El café que allí se produce tiene altitudes únicas que hacen que la producción tenga propiedades especiales, tan especiales que el municipio logre tener uno de los mejores cafés premiados en el Quindío, Colombia y el mundo.
De sus 2.834 habitantes, Dora Lilia Guevara es una de las más famosas: tiene un pequeño y acogedor café en la plaza del pueblo donde ofrece experiencias de catación y donde vende uno de los mejores cafés del municipio, el de su cafetal de la finca Las Margaritas.
A sus espaldas se extienden montañas cubiertas de plantas de café, y de frente está la pequeña pero acogedora casa donde se crio con sus seis hermanos. Una casa que recuperó del paso del tiempo, la pintó de naranja y amarillo y ahora es el centro de operaciones para el emprendimiento. Ella está al frente de esta empresa que ya está exportando café, principalmente, a España. “Hemos contratado a varios catadores para que nos saquen la tasa y todos la han resaltado como de excelente calidad. Hasta la pasilla es buena”, señala y se ríe.
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Por el momento, el proceso es muy artesanal, pero aun así están creciendo cada vez más. Además, decidieron apostarle a la experiencia.
“Es distinto tomarse una taza de café en cualquier cafetería a tomarse una excelente taza en medio de una finca tradicional cafetera viendo este paisaje”. Para llegar a la finca, se debe hacer el recorrido en Jeep Pijao pues la carretera es agreste. Es tal la montaña que desde allí se practica parapente. Cuando se llega a la finca, la dignidad hace de esta casa una de las tierras más ricas.
Un joven experto en catas empieza el espectáculo, explica que el que se cultiva allí es un café especial con 85,5 puntos, según la Asociación de Cafés Especiales (SCA). Sabor: chocolate y cítrico; aroma: dulce intenso; acidez: cítrica; cuerpo: jugoso y residual; fragancia: vainilla y caramelo. ¿Cuál es el mejor café, Dora? “Para mi, el que me hacía mi mamá cuando vivía en esta finca”.www.cafelasmargaritas.com/nuestro-cafe/
Para mamá y papá
Ya no vemos el café como un ‘commodity’, sino como un producto de excelencia y nos enfocamos en la experiencia
Sevilla, municipio del departamento del Valle del Cauca, ha sido llamado en repetidas ocasiones la capital cafetera pues ha logrado superar a Manizales varias veces como el mayor productor.
Cerca de la plaza central se encuentra Café Villa Laura Brew Lab. Un café que, como su nombre lo indica, es también un laboratorio. Jhon Jairo Salgado, gerente del café, cuenta que su hijo ya representa la cuarta generación dedicada al café y que, a diferencia de lo que hacían su padre y su abuelo, lo que están realizando ahora es crear una experiencia en torno al café.
“Ya no vemos el café como un commodity, sino como un producto de excelencia y nos enfocamos en la experiencia”, explica Jhon Jairo. “En el laboratorio lo que hacemos es especializarnos en métodos de preparación de café. Tenemos 27 cafeteras diferentes. No es un museo, todas funcionan”.
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Entusiasmado, Jhon señala: “La sorpresa que tenemos es que vamos a preparar dos ediciones especiales que ganaron en el concurso mundial de café tostado en el origen en París, en noviembre de 2020. Participamos en el concurso, nos ganamos dos medallas”. El Papá Óscar, el nombre del papá de Jhon, ganó una medalla de bronce en la categoría acidez frutal. Y la edición especial Mamá Nuby (nombre de la madre) ganó una medalla Gourmand París en la categoría acidez aromática intensa.
La edición Papá Óscar tuvo una fermentación de maceración carbónica durante 90 horas, mientras que la edición Mamá Nuby tuvo un proceso de maceración carbónica de 248 horas. Casi tres veces más el tiempo de fermentación. Entonces, aunque se trata del mismo café, las características son muy diferentes.
Papá Óscar: tiene un olor bastante intenso. Es un café que tiene aroma y fragancia a vino, mora, fresa, chocolate, durazno, melaza y maní.
Mamá Nuby: olor y fragancia a whisky, vino tinto y chocolate dulce. Tiene acidez cítrica a fresa madura.@Cafevillalaura
Pedalear por una taza
Conectamos nuestras dos pasiones: el café y el ciclismo. Un producto y un deporte que representan lo mejor de Colombia
Todo lo que se ve es un verde delineado por el horizonte de las montañas, un verde distinto, un verde que casi solo con verlo se sabe que es el verde de la planta de café. Cuando se recorre ese paisaje colgando de la parte trasera de un Jeep Yipao y se llega a una finca cafetera y a uno lo reciben con una buena taza, es ahí, es en ese instante cuando se logra entender por qué este es un espacio admirado por la humanidad y por qué la Unesco lo declaró patrimonio inmaterial de la humanidad.
Uno de los lugares ideales para entender esa riqueza de paisaje es la Finca Miraflores, en el flanco occidental de la cordillera Central de los Andes colombianos, en el norte del departamento del Valle del Cauca. La finca se sitúa en un espectacular puerto de montaña a solo 15 kilómetros del parque principal del municipio de Caicedonia. Su gran condición ambiental y de ecotopo incide en que el café tenga un proceso de maduración lenta, por lo tanto, se producen granos más densos y ricos.
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Mauricio Londoño Vásquez es un joven emprendedor de Caicedonia que decidió crear junto con su padre Pedaling Espresso. “Conectamos nuestras dos pasiones: el café y el ciclismo. Un producto y un deporte que representan lo mejor de Colombia”, explica.
La opción que plantean los Londoño es que los turistas recorran las montañas cubiertas de cafetales en bicicleta con distintos niveles, según la experticia. La meta es llegar hasta la finca y aprender todo el proceso del café: desde el momento en el que se siembra la planta hasta cuando se cosecha el grano, se procesa, se seca, se muele y, lo más placentero de todo, cuando se prueba la taza.
Los cafés que producen en la finca son especiales. Cultivan variedades tradicionales y exóticas. “Todo parte de seleccionar el fruto en su punto óptimo de madurez. Allí parte la excelencia en taza, garantizando una trazabilidad del 100 por ciento a través de los procesos en finca, en procesamiento húmedo, en beneficio seco, pasando por la cadena productiva para que las personas tengan la mejor taza”, cube orgulloso el joven emprendedor.
http://pedalingcoffee.com/cafe/
SIMÓN GRANJA MATIAS
REDACCIÓN DOMINGO
@SIMONGRMA
” Fuentes www.eltiempo.com ”