“Un alumno que sale al extranjero será un mejor ciudadano, más tolerante, más culto, con más curiosidad por aprender y menos miedo de lo diferente”. El Colegio Maristas de Málaga está convencido de la importancia de viajar y conocer otras culturas como clave para una formación integral. Por eso, en los últimos cinco años ha protagonizado una transformación que ha abierto este conocido centro malagueño al resto del mundo. Un trabajo que acaba de premiar la Fundación Trébol.
El Programa de Internacionalización SMILE, reconocido en estos premios de innovación educativa a los que se presentaron 350 candidaturas, aúna toda la actividad de Maristas enfocada a mejorar las competencias en lenguas extranjeras y a concienciar sobre la diversidad cultural.
Lourdes Ramos Florido, coordinadora del equipo de Dimensión Europea, explica que el jurado ha valorado “el cambio radical” que ha dado el colegio, que hasta 2018 sólo hacía intercambios con Francia y algunos viajes a Reino Unido, pero “de forma esporádica y a iniciativa de algún profesor”.
En la actualidad, tienen un equipo de nueve personas que se forma continuamente para organizar a la perfección movilidades de alumnado y profesorado que les han llevado ya a 21 ciudades de 14 países, además de recibir a multitud de estudiantes extranjeros.
“Ahora no entenderíamos el colegio sin los programas de internacionalización. Cuando un alumno viene aquí, lo hace buscando esos programas también”, explica la profesora de Francés.
Ella fue quien puso en marcha en 2010 los primeros intercambios en Montauban, en el sur de Francia, gracias a un contacto en la Alianza Francesa. Fue el germen de todo lo que vendría después, pasando también por las estancias de inmersión lingüística en Reino Unido. Ambos programas se mantienen aunque ahora forman parte de una estrategia a gran escala que dio el salto con el primer proyecto Erasmus+ que les llevó a Eslovenia en 2019.
“Uno de esos alumnos que fueron a Eslovenia se va el año próximo de Erasmus a la Sorbona. La experiencia le marcó”, comenta Lourdes Ramos como ejemplo de la influencia que tiene para los jóvenes salir al extranjero.
Idiomas
Aparte de la experiencia vital, la mejora de la competencia lingüística en otras lenguas es tangible. De hecho, en los dos últimos cursos, 130 alumnos de Maristas se han presentado a los exámenes oficiales de Cambridge y la Alianza Francesa, junto con 17 profesores que también han mejorado su certificación en inglés.
Desde los primeros años de intercambios hasta ahora, tanto alumnos como familias se han concienciado de la importancia de estos programas y ahora la demanda es tan alta que cada movilidad requiere un proceso de selección.
“Intentamos buscar a alumnos que estén altamente motivados, que vayan a dar el 100% de sí mismos y que sean solventes académicamente porque van a ‘perder’ una semana de clase”, detalla la coordinadora del equipo internacional.
Las movilidades se realizan en 4º de la ESO y 1º de Bachillerato porque son “alumnos más autónomos y pensamos que aprovechan mejor la experiencia”, aunque no descartan incluir más adelante a algunos de cursos inferiores.
Maristas tiene la acreditación que concede el Servicio de Internacionalización de la Educación (SEPIE) como centro Erasmus+ para realizar movilidades, es decir recibir y enviar alumnos a otros países, en el periodo 2021-2017. Sólo en este curso han ido a Nimes (Francia), Stavern (Noruega), Amstelveen (Países Bajos) y les queda Nápoles (Italia).
Han estado también en Turquía, Polonia, Estonia, Eslovenia o Portugal. En sólo unos pocos años han establecido contactos con profesores de numerosos países y unos y otros se recomiendan centros a los que ir, lo que facilita mucho la preparación de las movilidades. No obstante, la Comisión Europea, según explica Lourdes Ramos, está preparando una base de datos de todos los colegios acreditados por Erasmus que será muy útil.
Viajar para formarse más
Por su parte, los profesores realizan movilidades específicas de formación que les han llevado desde que empezó el curso a Liubliana (Eslovenia) y Rovaniemi (Finlandia). Y este verano irán a otros cinco destinos como Dublín o Praga.
Maristas también considera fundamental la experiencia para el profesorado. Por eso, los nueve miembros del equipo de Dimensión Europea viajan cada año, ya que “para hacer bien el trabajo de Erasmus hay que conocer el programa desde dentro”.
Pero no se quedan ahí. De los casi 80 profesores que conforman el claustro, 56 ya han participado en proyectos Erasmus. Y el objetivo es que el 100% salga fuera. Después de cada movilidad, el docente comparte con el resto de compañeros su experiencia, con lo que ésta beneficia a todos.
Aunque están muy orgullosos de haber recibido este premio, el equipo de Dimensión Europea de Maristas Málaga tiene ya en mente nuevos retos como ser Escuela Embajadora del Parlamento Europeo. Un programa que busca “estimular el conocimiento de Europa y de la democracia parlamentaria europea entre los jóvenes”.
En cuanto a los viajes, Maristas planea ampliarlos en tiempo y distancia. Así, en el futuro quieren enviar a alumnos durante tres meses a otros países con las llamadas estancias de corta duración que contempla Erasmus.
Igualmente, su objetivo es dar el salto “al otro lado del charco” y poder llevar a estudiantes a países fuera de Europa como Canadá.
Nuevos proyectos para conseguir que estos alumnos malagueños, además de mejorar su competencia en lenguas extranjeras, “abran sus mentes, sean más maduros, reflexivos y capaces”, como apunta la coordinadora del programa. Están en el camino adecuado.
” Fuentes www.laopiniondemalaga.es ”