De Estambul a La Roma: Nuestro Viaje Culinario Sin Salir de la Ciudad
Imagina un viaje culinario que te lleva de las vibrantes calles de Estambul a los nostálgicos rincones de la Colonia Roma, todo sin la necesidad de empacar maletas ni hacer largas filas en el aeropuerto. En esta aventura gastronómica, exploramos cómo distintos sabores y tradiciones de lejanas tierras han encontrado un segundo hogar en el corazón de la Ciudad, creando un fascinante mosaico culinario que seduce tanto a locales como a visitantes.
Nuestra primera parada es un pequeño pero acogedor local que sirve como puente a Estambol. Aquí, el aroma del café turco, intenso y rico, nos recibe con los brazos abiertos. Pero no solo el café nos transporta; la oferta gastronómica de este rincón nos invita a explorar más de la cocina otomana. Platos como el kebab, envueltos en especias y cocinados a la perfección, o la deliciosa baklava, una dulce promesa de hojaldre, frutos secos y miel, hacen que nuestra experiencia sea profundamente auténtica y completamente inolvidable.
Dejando atrás los sabores de Estambul, nos dirigimos a la emblemática Colonia Roma, donde el aire parece susurrar historias de europeos que, a principios del siglo XX, hicieron de este lugar su casa. La influencia de aquellas raíces aún se percibe en la arquitectura y en el espíritu bohemio que caracteriza a la colonia. Aquí, encontramos una propuesta culinaria que fusiona lo mejor de la tradición italiana con el paladar mexicano. Pizzerías que han perfeccionado el arte de la masa delgada y crujiente compiten en sabor con trattorias donde la pasta habla el lenguaje de la nonna, pero con un acento muy local.
No obstante, La Roma tiene más que ofrecer que pizza y pasta. Este barrio, conocido por su eclecticismo, también hospeda una variedad de propuestas gastronómicas que van desde lo más gourmet hasta lo más casero, siempre con un toque distintivo que las hace únicas. Lo interesante de este periplo por La Roma no es solo la comida en sí, sino las historias que cada propietario comparte sobre su conexión con la cocina que ofrecen, creando así un vínculo especial con cada bocado que sus comensales dan.
A través de este viaje sin pasaporte, nos damos cuenta de que no es necesario cruzar océanos para explorar nuevas culturas y sabores. Estas experiencias culinarias, ricas en historia y sabor, nos demuestran cómo la comida puede ser un poderoso puente entre culturas. Nos invitan a abrir nuestros paladares y corazones a lo desconocido, encontrando a veces, en el proceso, un pedazo de casa o la inspiración para nuestro próximo viaje real.
Así que, la próxima vez que el espíritu viajero te llame pero las circunstancias te mantengan en casa, recuerda que la aventura puede estar a la vuelta de la esquina, esperándote en un plato lleno de historias y sabores por descubrir.
” Sources www.eluniversal.com.mx ”
” Fuentes www.eluniversal.com.mx ”