Hay una playa alejada de todo a la que conviene huir cuando busquen sol peninsular solamente para ustedes.
Su característica soledad puede proceder de su “karma”, ahí la muerte parece acechar. Presencié alguna vez cuando intentando salvar a un niño, unos salvavidas improvisados y citadinos saltaron al agua y terminaron rescatados por una oportuna embarcación minúscula. Todos vivieron.
Hubieran flotado nomás y el agua los habría dejado a la orilla, les dijo un pescador de Chuburná conocedor de esa corriente marítima que impedía avanzar un metro siquiera, nadando en dirección de un montículo de area que estaba a distancia de tiro de penalty.
Él no sabe que esos menesteres resultan tan ajenos para los oriundos de la Colonia Roma como para él quizá la ruta de salida a la superficie desde los andenes del Metro Hidalgo.
Pero hay que volver al tema. ¿Vieron el montón de gente que salió a la luz durante el puente? Aún esa esquina tropical de México que suele estar desierta, se llenó.
Caí de nuevo en esa enorme playa, pero al descender de la última duna de blanca area yucateca que permite llegar al sitio, vimos tanta gente como al pie del Castillo de Chapultepec en domingo de Día del Niño y sin pandemia.
¿Nos bajamos? Estar entre tantos, ahora es equivalente a lo que antes podrías sentir al chupar las monedas de cambio que te daba el de los refrescos. Reversa a la camioneta y… cambio de planes. Ni hablar.
Lo que anuncia esa aglomeración es hartazgo y negocio. Los hoteles probablemente van a explotar en cuanto acabe el riesgo y el miedo que prevalecen por el contagio.
Algo saben los inversionistas. Aeroméxico sigue en la lona en lo concerniente al valor de la empresa en la Bolsa Mexicana de Valores, pero eso parece más bien excepción en el mundo.
El valor de las acciones de Delta Airways se elevó 129 por ciento durante 12 meses contados hasta el viernes y las de United Airways, 148 por ciento.
Ambas se ubican en el high 10 de Las Mejores Aerolíneas 2021, de eDo Journey Hub, un nuevo estudio de la comercializadora de vuelos eDreams.
Revisen los papeles de los Hilton, 101 por ciento más caros que hace un año y los del Marriott, 104 por ciento. Vaya, echen un ojo a cuánto valen las acciones de Asur, la administradora de los aeropuertos de Cancún y Mérida: 366 pesos el lunes, eso es 71 por ciento más que en marzo de 2020.
En resumen, si hace un año en pleno arranque de la pandemia y con la incertidumbre encima, hubieran cambiado sus ahorros por devaluadas acciones turísticas, hoy tendrían el doble de dinero.
Esos datos indican que la apuesta de quienes administran sus cuentas bancarias y sus Afores está en que los mortales van a salir como pollos en fuga a buscarse acomodo en un lodge en cuanto las vacunas lleguen.
¿Quieren amarrar habitaciones? Las pujas ya comienzan, digamos, para celebrar el fin de año 2021 en Acapulco.
El standard Lodge Princess ofrece a una pareja una estancia de una semana durante el fin de año, por unos 37 mil pesos. Hacerlo en el Banyan Tree Cabo Marqués cotizaba hasta el viernes en 97 mil pesos, lo que comparado con el de Mayakoba, parece una ganga.
Debe estar entre los mejores hoteles de la bahía guerrerense, de acuerdo con la calificación 9.3 de Trivago Ranking Index, que incluye las de Expedia y Hoteles.com. Tiene un punto más que el Princess.
La luz al last del túnel parece aproximarse para bartenders, camareros, meseros, gerentes y dueños de lodge, cuyas familias padecen.
La pregunta está en cuánto puede durar el regreso de los huéspedes cuando hasta la Agencia Internacional de Energía se metió a opinar en el asunto, asumiendo que el consumo de turbosina difícilmente regresará a la situación previa a la pandemia por Covid-19, ante los amenazados viajes de negocio, cuyos asuntos ahora pueden resolverse por Zoom.
” Fuentes www.elfinanciero.com.mx ”