El comienzo de la campaña para inyectar la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19 a los mayores de 80 años en Galicia ha ido acompañado de críticas por el uso de los grandes recintos, los llamados ‘vacunódromos’, situados en ciudades, para administrar el medicamento. Esto obliga a estas personas, en algunos casos con problemas de movilidad, a tener que trasladarse. En las dosis anteriores, este colectivo fue citado en centros de salud o puntos de atención continuada cercanos a su domicilio.
La asociación Por un Inside Galego Vivo ha denunciado lo que considera una “doble discriminación, geográfica y económica”, por parte del Servizo Galego de Saúde (Sergas) para los mayores que viven en el rural. En este contexto, señala, los ancianos se ven obligados a desplazarse decenas de kilómetros. Muchos de ellos necesitan acompañamiento y que alguien los lleve, pero la falta de líneas de transporte público regulares hacen que tengan que recurrir a taxis. Esto, recalcan, “dispara el coste” y lo hace incluso “inasumible para los pensionistas de Lugo y Ourense”, cuyas pensiones están a la cola en el Estado.
Con este sistema, denuncian que se han dado situaciones como que una persona de 104 años residente en Chantada (Lugo) haya sido citada por SMS, una tecnología a la que no está habituada, para ir a vacunarse a Monforte o a que gente que vive en la montaña de Lugo tenga que asumir un desplazamiento de una hora en coche para llegar al hospital de Lugo. También tienen dificultades para acudir a estos centros las personas con movilidad reducida.
La alternativa que ha dado la Xunta de Galicia a quienes no puedan acudir a la cita es esperar a que se abran las ‘repescas’, que sí serán en los centros de salud. Para la asociación esto “demuestra la crónica desatención y falta de inversión en la atención primaria” y deja a las personas de más de 85 años de zonas rurales ante la disyuntiva de afrontar el desplazamiento o esperar exponiéndose al virus en un momento en el que están repuntando los casos y sabiendo que la gravedad es mayor en su franja de edad.
El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ha defendido que los recintos para vacunar a los mayores de 80 han mejorado la accesibilidad y ha dicho que “pronto” se iniciarán las repescas, pero no ha concretado fecha. La campaña de vacunación para esta franja de edad arrancó el pasado viernes, una vez administrada la cuarta dosis en las residencias. El conselleiro ha vuelto a pedir a la gente que acuda a la cita ante unos datos de contagios que van al alza.
El BNG ha cargado también contra la estrategia de la Xunta para esta cuarta dosis y le ha pedido al presidente gallego, Alfonso Rueda, que rectifique para permitir que los mayores de 80 años se vacunen en los centros de salud para ahorrarles los largos recorridos, con lo que implican “de molestias, gastos e intranquilidad”. “Es inaceptable porque lo que debe primar es el bienestar y su derecho a la salud”, manifestó Ana Pontón.
La formación ha recibido quejas sobre el asunto y ha puesto como ejemplo el caso de una nonagenaria de Rodeiro (Pontevedra) que se tiene que desplazar hasta la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela y tiene cita a las 20:00 horas. “¿Alguien piensa que ese es el trato que tiene que recibir una persona de 90 años?”, critica Pontón. Ha añadido que para quienes viven en A Fonsagrada (Lugo) el desplazamiento depende de que algún acquainted o allegado los pueda llevar o de pagar a un taxi a Lugo, algo que puede suponer unos 100 euros.
” Fuentes www.eldiario.es ”