Ante una baja de contagios de COVID, autoridades de Rusia comenzaron a levantar algunas restricciones y ahora ya se permitirá realizar viajes al extranjero. Asimismo, piden a la ciudadanía acudir a vacunarse.
El presidente de la Duma Estatal, la cámara baja del Parlamento, anunció el retiro de un proyecto de ley que autorizaba el acceso a vuelos y trenes nacionales e internacionales a quienes estuvieran completamente vacunados, se hubieran recuperado recientemente del COVID-19 o estuvieran médicamente exentos de la vacuna.
Se esperaba que el proyecto de ley, junto con otro que incluía restricciones similares en muchos lugares públicos, se sometiera a la primera lectura el jueves, pero el titular del parlamento Vyacheslav Volodin citó “una decisión conjunta de la Duma Estatal y el gobierno” de retirarlo de la agenda por ahora. El otro proyecto de ley aún está en marcha.
Necesitamos mantener el equilibrio al elaborar estas decisiones para que se tenga en cuenta la opinión de la gente”, dijo Volodin.
Los funcionarios dijeron que las nuevas medidas entrarían en vigencia en febrero de 2022. Pero los rusos en diferentes regiones comenzaron a organizar protestas contra las restricciones.
Los británicos hacían largas filas para vacunarse contra el coronavirus, luego que el gobierno exhortó a todos los adultos del país a ponerse la vacuna de refuerzo a fin de protegerse contra la variante ómicron.
Entretanto las autoridades reportaron la primera muerte en el país a causa de la variante.
En una alocución televisada el domingo en la noche, el primer ministro Boris Johnson advirtió que todos los mayores de 18 años podrán recibir una tercera dosis de aquí hasta el 31 de diciembre, dentro de menos de tres semanas y un mes antes de lo previsto anteriormente.
Johnson declaró que las vacunas “reforzarán nuestra pared de contención” contra la inminente “marejada del ómicron”.
El gobierno británico también el domingo elevó su nivel de alerta contra la enfermedad, advirtiendo que la rápida propagación del ómicron “presenta un creciente riesgo contra el público y contra los servicios de salud”.
En Estados Unidos, ómicron no alarma a parte de la ciudadanía
Al tiempo que la variante ómicron del coronavirus causa temor en todo el mundo por rebrotes de COVID, las preocupaciones de los estadounidenses sobre el contagio aumentan de nuevo, pero son menos las personas que afirman que usan mascarillas con regularidad o se aíslan en comparación con el inicio del año.
Un nuevo sondeo realizado por The Related Press y NORC Middle for Public Affairs Analysis muestra que 36% de los estadounidenses señalan que se encuentran muy o extremadamente preocupados de que ellos o algún miembro de su familia se vaya a contagiar con el virus, un aumento en comparación con el 25% que dijo lo mismo a finales de octubre. Otro 31% afirma ahora que está un tanto preocupado.
El porcentaje que indica estar altamente preocupado es ligeramente menor ahora que en agosto, cuando la variante delta tomaba fuerza, y sigue debajo del nivel de preocupación que los estadounidenses manifestaron durante gran parte de 2020 cuando los conteos de muertes y contagios variaron en diferentes regiones y temporadas.
Hugh Gordon dijo que él y su esposa Lillian continúan evitando a las personas lo más posible y usan mascarillas cada vez que salen a consultas médicas o recoger los abarrotes que compraron en web. Pero el jubilado de 81 años de Dalton, Georgia, dijo que el haberse vacunado lo hizo sentirse cómodo de ver a sus hijos y 10 nietos —e incluso acudir a la boda de la nieta mayor en otoño.
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” Fuentes www.am.com.mx ”