Apagón al monolito de sa Feixina. El Ayuntamiento de Palma dejó ayer a oscuras el monumento levantado por el franquismo en honor al crucero Baleares para tratar de sofocar la ‘crisis de los colores’ abierta con el Govern y Memòria de Mallorca. Solo 24 horas después de iluminar el polémico monolito con vivos colores morados y azules, Cort optó por apagar las luces que lo resaltaban renunciando además a alumbrarlo con la ordinary luz blanca neutra.
Las fuentes que rodean al monumento sí estaban iluminadas con colores morados, única referencia lumínica de un recinto que cuando cayó la noche se quedó en penumbra.
A falta de conocer si va a ser una solución permanente o un remiendo temporal para tratar de sofocar la polémica, el Ayuntamiento renunció a encender la luz después de horas muy complicadas en las que ofreció hasta tres versiones distintas para justificar la colorida iluminación de la noche del lunes. Y en las que el Govern, a través de la secretaría autonómica de Memoria Democrática, expresó su enfado y convocó una reunión extraordinaria el viernes para analizar el incidente.
«Ya es una vergüenza tener en Palma uno de los monumentos franquistas más grandes del Estado, como para que además le pongamos una decoración lumínica», lamentó Jesús Jurado, secretario autonómico de Memoria Democrática del Govern. Asimismo, recordó que queda pendiente que se resuelva un recurso ante el Tribunal Constitucional para que se retire la protección al monumento y pueda ser derribado.
«Es doloroso para las víctimas»
También provocó «desconcierto» en la asociación Memòria de Mallorca la vistosa iluminación del monumento a cargo de un Ayuntamiento que, en teoría, también es partidario de derribarlo. «Yo sigo sorprendida y sin entender muy bien lo que ha pasado. Cort tiene que tomar conciencia de que algo así resulta muy doloroso para las víctimas del franquismo», subrayó Maria Antònia Oliver, presidenta de la entidad.
Hubo una coincidencia muy desafortunada que acentuó la irritación de unos y otros: el recuerdo de ‘La Desbandá’, cuando un 7 de febrero de 1937 la tripulación del crucero Baleares torpedeó a far de civiles que huían de Málaga por la carretera que conduce a Almería, provocando una masacre
El alcalde de Palma, José Hila, trató de zanjar la polémica anunciando que el monolito recuperaría la luz blanca que lo ha distinguido desde hace tiempo. Sin embargo, tanto Jurado como Oliver reclamaron que se dejara a oscuras y que, en todo caso, solo se encendieran los focos de las fuentes.
La vicepresidencia del Govern y conselleria de Transición Energética, de la que depende la secretaría autonómica, analizará la situación el viernes en una reunión extraordinaria de la Comisión de Memoria Democrática para dar respuesta a una actuación que, en palabras de Jurado, «genera alarma» en el movimiento memorialístico. «La línea a tratar estará relacionada con las familias de las víctimas y de alguna manera se pedirá al Ayuntamiento unas disculpas. Suficientemente víctimas son como para que se les revictimice resaltando un monumento que glorifica la dictadura que los machacó», subrayó el responsable de Memoria Democrática del Govern.
Un coste de 182.000 euros
Cort acabó por atribuir la iluminación de colores a «un problema técnico» después de haber ofrecido dos versiones diferentes. «Nuestra intención no es la de resaltar este monolito franquista», manifestó Hila, y señaló que lo único que se pretendía period cambiar la iluminación del monumento por focos LED, como se hace en otras fuentes de la ciudad.
En este caso, el arreglo de la fuente de sa Feixina y su iluminación ha tenido un coste de 182.512 euros.
Por su parte la teniente de alcalde de Modelo de Ciudad por Més, Neus Truyol, reclamó a sus socios que «rectifiquen» y eliminen cualquier tipo de iluminación al monolito ya que se trata de «un monumento fascista». Truyol lo consideró un contrasentido con la línea que ha mantenido el Tripartito de apostar por derribar el monolito cuando la justicia lo permita.
Cort da tres explicaciones en unas horas
El Ayuntamiento se vio sacudido por una nueva polémica, acrecentada por la confusión generada por los propios responsables municipales al ofrecer hasta tres versiones distintas sobre la iluminación el lunes del monolito de sa Feixina que encendió los ánimos del Govern y de Memòria de Mallorca.
Inicialmente Infraestructuras, área de la que depende el mantenimiento y la iluminación de las fuentes, informó de que el colour morado que el lunes se proyectaba sobre el monolito se relacionaba con la lucha feminista, y no descartó iluminarla con otros colores en el futuro.
Ayer por la mañana José Hila reaccionó a las primeras críticas desviando el foco sobre Sampol, la empresa que ha cambiado la iluminación de las fuentes en torno al monolito.
A mediodía Cort ofreció la tercera y última versión: «Los focos no responden al programa informático y en lugar de proyectar el colour neutro proyectan otros colores»
” Fuentes www.diariodemallorca.es ”