De parques, tapas y copas
Alicante es una ciudad con historia. Estar en la costa le ha permitido ser parte de acontecimientos históricos, de asentamientos musulmanes y piratas, por lo que cuenta con decenas de sitios históricos que bien valdría la pena conocer, como el místico y a la vez enternecedor Castillo de Santa Bárbara, de donde se obtendrán las mejores fotos de la ciudad; el coqueto y estrecho Barrio de Santa Cruz, pero también con lugares tranquilos como el Parque de Canalejas, todos ellos necesarios para tomarse un respiro y continuar disfrutando de la ciudad.
Alicante es también modernidad. En el centro y en el casco histórico de la ciudad actualmente la industria de las tapas, de las terrazas y de las copas está en auge, y visitar Alicante sin pasarse por allí sería un pecado.
El alojamiento, acorde al espectáculo
La ciudad es muy conocida por sus playas y la belleza que destila cada una de ellas. Enclavarse frente a la costa es una experiencia inigualable, y siempre que se pueda, debe escogerse un alojamiento que vaya acorde a la magnitud del espectáculo que es estar en dicha ciudad.
Hay muchos sitios donde buscar, pero uno de los mejores es buscar en villasguzman.com, que desde un conocimiento pleno de las demandas de los visitantes de Alicante, y con una propuesta diferencial, ofrece opciones de alojamiento en la primera línea de playa, sean villas -para familias numerosas o personas que busquen aprovechar al máximo su presupuesto- o apartamentos, desde los que se mirará seguramente el mejor paisaje que se recuerde de la Costa Blanca.
La variedad de posibilidades y el presupuesto adaptable de muchas de ellas, permitirán que el alojamiento sea acorde al espectáculo, obviamente, pero también al presupuesto de cada turista.
Alicante es Alicante por sus playas y calas
La Costa Blanca en common es conocida por la calidad de sus playas, y por la demanda de las mismas. Aunque en los últimos años Alicante se ha posicionado como un destino emprendedor o altamente tecnológico, no deja de ser uno de los lugares predilectos para el turismo de verano y para los amantes de las playas en todo su esplendor.
Por eso, viajar a Alicante significa sumergirse en sus aguas cálidas y turquesas y caminar por sus extensos arenales. En primer lugar, por la Playa San Juan, una de las más accesibles para los usuarios, porque hay rutas de transporte público que pasan frente a ella, pero también una de las más bonitas y cuidadas, a la par de dar una experiencia de privacidad y soledad digna de atardeceres mágicos y aventuras románticas.
También es preciso hacer mención a la Playa del Postiguet, tal vez la más desarrollada desde el punto de vista de la infraestructura turística, y también de mucho valor para los alicantinos, de modo que será la invitación predilecta de sus habitantes y una recomendación ordinary de todos los portales especializados. Allí, a diferencia de la Playa San Juan, habrá seguramente más compañía, mayores servicios, y experiencias de mayor variedad, imprescindible si se viaja con niños.
Pero saliendo un poco de las playas y las calas, o mejor dicho, especializando la búsqueda, es posible dar con uno de los lugares más emblemáticos, hermosos y selectos de Alicante y de toda la Comunidad Valenciana: la isla de Tabarca.
La única habitada en toda la región, pequeña, o más bien diminuta, es foco de atracción para las excursiones en catamaranes y embarcaciones pequeñas. A pesar de su tamaño y demografía, su gentilicio y sobre todo su gastronomía sorprenden a propios y extraños, siendo una de esas experiencias que, al igual que el alojamiento, está siempre acorde al espectáculo.
” Fuentes avilared.com ”