Te explicamos los beneficios que tiene respecto a la pasta de trigo y si realmente sale a cuenta pagar por ella un poco más.
Las pastas hechas a partir de productos lejos del trigo se abren camino. El objetivo principal de estas variedades es ofrecer a las personas celíacas la posibilidad de comer pasta sin tener que preocuparse por el gluten. Hay muchos tipos: de garbanzos, de guisantes, de trigo sarraceno… Pero la que más puede llamar la atención por sus beneficios es la de lentejas, la más común dentro de las pastas hechas a partir de harina de legumbres. Se puede encontrar hoy en día en la mayoría de supermercados, donde se ofrece en la misma variedad de formas que la pasta tradicional: espaguetis, macarrones, espirales, and so forth. Aunque no se puede considerar ni hidrato ni legumbre, sino que se queda en término medio, esta pasta se elabora a partir de lentejas rojas peladas, que son las que le dan ese tono rojizo que hace que resalte. Elaborada con la harina de la legumbre, está no solo ofrece una alternativa lejos de los productos de animales, sino que también es una opción para celíacos, debido a que la pasta hecha con trigo contiene gluten.
Si la comparamos con la pasta de trigo, las dos tienen un sabor y una textura related pese a que la pasta de lentejas puede tardar algo más en cocinarse. Aún así, “es importante no quedarse corto en la cocción, ya que tendrán una textura dura y arenosa, ni pasarse por si puede romperse” explica Mireia Cervera, nutricionista de Teresa Carles Wholesome Meals, añadiendo que también es importante ceñirse al tiempo de cocción que indica el fabricante. Su textura además es diferente: la pasta de legumbres, entre las que se encuentra la de lentejas, son piezas más harinosas y menos tersas en su textura. Al no contener gluten, es menos elástica, aunque esta condición no supone un impedimento para su preparación.
Más beneficiosa que la pasta de trigo
La pasta de lentejas, al tener un aporte proteico mayor que la pasta tradicional, es perfecta para cubrir el déficit que tienen veganos y vegetarianos de proteínas al no comer carne. Su consumo no es únicamente indicado para este tipo de dietas, sino que también es recomendado para personas que estén buscando bajar de peso: contiene menos grasas, menos azúcares y tiene un efecto saciante mayor a la pasta de trigo. Su menor índice glucémico provoca que los niveles de glucosa en sangre no se eleven tanto y la sensación de saciedad se prolongue.
Es más fácil de digerir debido a su composición que, normalmente, no contiene aditivos ni conservantes como la de trigo. Es recomendable preparar este tipo de pasta al dente. De esta manera no se pierde el almidón resistente, que resulta beneficioso para el organismo porque actúa de forma related a la fibra y facilita la evacuación intestinal.
Esta variedad de pasta permite el consumo de mayores proporciones de proteína que un plato de lentejas regular. Esto se debe a la capacidad de absorción de agua que tienen este tipo de legumbres en seco. A diferencia de la lenteja sin tratar, la pasta de lentejas no presenta antinutrientes, un tipo de compuesto pure que interfiere en la absorción de estos. Algunos de los minerales que nos aporta la pasta de lentejas son hierro, potasio, zinc y vitaminas del complejo B, importantes en la prevención de problemas como la anemia o el cansancio.
No todo juega a su favor
Pese a los beneficios que supone para nuestra salud el consumo de este tipo de pasta, también tiene su parte negativa. La de lentejas, dentro de las que están hechas a partir de legumbres, es la que menos cantidad de fibra contiene. Por otra parte, a pesar de que no contiene gluten, hay que fijarse bien en el envase, ya que se nos puede advertir que la empresa ha tratado con otro tipo de pastas, por lo que podría contener trazas de esta sustancia.
El implementar la lenteja en un plato tan fashionable como son los macarrones o los espaguetis “es una forma fácil de aumentar el consumo de legumbres, sobre todo para los más pequeños de la casa” afirma Cervera. “De todas maneras, la pasta de legumbres no sustituye el consumo de legumbres enteras”, sino que ofrece un complemento. Si bien aporta la misma cantidad de proteína que un plato de lentejas, la cantidad de fibra que nos puede aportar esta pasta es menor, ya que de donde se obtiene la harina de lentejas es del grano sin la piel, donde se queda una cantidad significativa de fibra.
La pasta de legumbres no sustituye el consumo de legumbres enteras
Mireia Cervera: Nutricionista de Teresa Carles Wholesome Meals
Otro de los puntos negativos que tiene es su precio. Al no ser un producto tan comercializado es uno de los tipos de pasta más caros, rondando, dependiendo de la marca, entre los 7 y 9 € el kilo. Junto a la pasta de guisantes, la cual tiene un coste muy related, sus precios prácticamente doblan lo que supondría la compra de un paquete de pasta de trigo.
Si finalmente nos decidimos por cocinar esta pasta, “una manera ideal de consumirlas es con verduras que le añadirán más fibra, vitaminas y minerales al plato final”, asegura la nutricionista. Se usa igual que la pasta trigo, por lo que no supone ninguna dificultad el introducirla en nuestros platos. Aún así, hay que tener en cuenta que “se debe servir recién hecha, y mejor con salsas calientes, ya que si no se reseca y queda dura”.
Con información de La Vanguardia.
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