Los hoteleros están llamados a convertirse en prescriptores del destino ya que, como ha explicado Jose Manuel Regueiro, socio-fundador de Grupo Raíz Digital, “son los que mejor conocen el destino porque son consumidores en invierno, primavera, verano y otoño. Saben dónde están los mejores sitios para desayunar, comer o cenar”. Sin embargo, a muchos de ellos aún les queda mucho camino por recorrer.
Las mejores vistas de la ciudad o incluso mejor, los sitios donde obtener las mejores instantáneas para los viajeros a los que les encanta subir a sus redes sociales todo lo que hacen -“la mayoría, por otra parte”-. Toda esa información está en manos de los empleados del lodge, por lo que Jose Manuel Regueiro recomienda “además de decírselo en persona a sus clientes, volcarlo en la página web y en sus redes sociales. Hacer que tengan ganas de visitar el destino no sólo por el hotel, que muchas veces es incluso secundario, sino por todo lo que podrán hacer allí”.
Si el lodge sólo pone en redes lo que el cliente puede hacer en sus instalaciones no despertará tanto interés como si informa del destino.
De hecho Regueiro advierte de que “si el hotel sólo pone en sus redes sociales lo que el cliente puede hacer en sus instalaciones no despertará tanto interés como si informa a sus seguidores de dónde pueden desayunar, ir a tomar una copa o disfrutar de una espectacular puesta de sol desde la terraza más de moda de la ciudad. En ese caso le seguirán más para no perderse ninguna de las novedades y, una vez en el destino, poder ir a ver eso que les mostraban. Dame razones para seguirte, porque enseñarme día sí día también algo interno del hotel sin más no llama la atención”.
A pesar de la respuesta recurrente de los hoteleros de que no tienen tiempo para dedicarle a estos menesteres, Jose Manuel Regueiro asegura que son estrategias “que se pueden hacer de manera relativamente sencilla, ya sea en redes sociales o en su web. Son elementos que están a su disposición, así que no hay excusa”
El problema reside, en su opinión, en que “piensan que las redes sociales no aportan a su cuenta de resultados. Lo que hacen es ver coste versus aporte a reservas. Muchas veces las reservas no se hacen clicando en un enlace que se deja en el perfil de la red social, sino que se hace buscando el nombre del establecimiento”.
El ejemplo más claro, añade, “es Instagram. Mientras hay determinados perfiles que sí permiten la compra de productos, en el caso de los hosteleros los enlaces a las webs no funcionan como tal. Por eso asumen que como no tienen visitas desde redes sociales no invierten, pero es que tampoco lo facilitan”.
Casos de buenas prácticas
Los hoteles enfocados a gente joven, como ha subrayado Regueiro, “cuyos canales de Instagram y Facebook son pura exposición de contenidos, son los mejores ejemplos. No muestran la piscina, sino gente real pasándoselo bien en la piscina, ni su chill out en la azotea sino gente disfrutando de la vida. Ésa es la idea. Amare Hoteles o beach clubs como el Ocean Club Marbella son buenos ejemplos de ello. Son “puro postureo”, pero es que es lo que hace que la gente quiera ir: ver ese sitio, esa gente, esa fiesta. Es lo que me llama la atención. Dirigido a otra tipología de usuario también destaca el Instagram de Aramón; es puro disfrute”.
La web del hotel es otro de los escenarios donde reforzar este enfoque, como ya hace Fuerte Group Hotels en su weblog: “Con Fran Orozco al frente han conseguido ser uno de los blogs que salen siempre que buscas algo sobre los destinos. Según Sistrix, su posicionamiento en los resultados de búsqueda genera 71.082 euros y capta más de 250.000 visitas mensuales. Es decir, si la cadena tuviera que pagar por todo lo que capitaliza tendría que abonar 72.000 euros al año”.
” Fuentes www.hosteltur.com ”