Barakaldo nunca ha sido una ciudad de veraneo, pero esta Semana Santa a la gran mayoría de sus cien mil vecinos les está tocando aprender a disfrutar de las opciones de ocio que ofrece. Aunque no fueran la primera opción, sus terrazas, parques infantiles y paseos más habituales dieron ayer el merecido relajo a far de baracaldeses.
«Otros años por estas fechas nos íbamos a Salamanca o a la casa de Laredo, pero este año nada. Como mucho viajes de un día, porque a las diez de la noche hay que estar en casa», se resignaron sin demasiado problema Rebeca Pérez y Javier Rangel. Ayer ellos disfrutaron del parque infantl de la Herriko Plaza junto a su hijo Hugo, de 21 meses. Los bancos a su alrededor estaban llenos y las cafeterías bullían con el sonido de la actividad. «Para la época que es se nota que mucha gente se ha quedado, pero el otro día tuve que ir por trabajo a Santander y me costó aparcar, lo que allí no es recurring», sospechó Javier, que además echó en falta un gran parque infantil cubierto en Barakaldo en lugar de sus muchas zonas de juego más pequeñas. «Estos días me estoy llevando a Hugo al de Sestao porque allí hay más sitio», explicó.
El de ayer también fue un día de parques infantiles para Javier Díez, que cuidaba de su hija Henar y de la amiga de esta, Ainhoa. «Es el segundo año que no vamos al pueblo a Navarra por Semana Santa», se dolió el joven, que reconoció que sus amigos están en las mismas. «Como mucho, un día de estos nos iremos a Donosti», anunció. Este miércoles había planeado acercarse hasta alguna playa de la zona. «Menos mal que al last no fuimos visto la que se montó para volver en el autobús por toda la gente que había», advirtió.
Laura Roca puede dar fe de que los baracaldeses están pasando una Semana Santa en casa. Ella trabaja en la panadería Ogi Berria, del centro, y por las mañanas no ha echado en falta a los clientes habituales. «La actividad por las mañanas es la misma. A la tarde, con el buen tiempo, sí se está notando una bajada», señaló. También Bego Arana, que regenta un kiosko de prensa, advierte que la clientela no ha dejado de acudir. «De hecho, con esto del Athletic, estos días estamos teniendo más ventas», afirmó ayer, mientras explicaba a los clientes habituales que mañana será su día de descanso y no habrá periódico en papel.
«Así no se disfruta mucho»
Miguel Labraza tenía motivos para disfrutar ayer en Barakaldo junto a su nieta Maialen, de tres años, y su hijo Aitor. «Normalmente me iba a Segovia. Allí ahora hace bastante frío, pero las procesiones son muy bonitas. Como estoy jubilado no me quejo, ya iré cuando lo permitan», señaló. Aitor, por su parte, todavía no tenía claros los planes para estos días de descanso. «Las playas están a tope y encima hay que estar con mascarilla. El año pasado lo intentamos en verano y venía la policía a decirte que no se podía estar quieto en la toalla. Así no se disfruta mucho», razonó el joven, mientras su hija pequeña se ocultaba vergonzosa detrás de sus piernas.
Para Antonio Rodríguez el plan de ayer consistió en ver jugar a la petanca. El hombre de 61 años, ahora prejubilado, llegó a Barakaldo con 17 desde Extremadura, y su ilusión period regresar allí todos los años por estas fechas. «No vuelvo a pasar aquí otra Semana Santa en la vida. Ya pueden solucionar lo del virus», aseguró entre risas, pero muy crítico con la actuación de los políticos y de quienes se están saltando las normas. «Tengo casa en Laredo y con esto de los cierres llevo ya sin poder ir hasta allí desde el año pasado», se dolió.
” Fuentes www.elcorreo.com ”