Tres chicos norteamericanos saltan al agua desde la colchoneta inflable del resort y nadan hasta la orilla cercana cuando la madre los llama para cambiarse e ir a cenar. Son las 17.30 en las Islas Caimán, y la colchoneta que flota en el mar Caribe -atada a una soga con boyas y de tamaño king dimension– queda vacía justo para que contemplemos el ocaso desde una ubicación privilegiada.
En pocos minutos, el sol desciende en el horizonte marino y se funde con el oleaje cálido, envuelto en un halo rosado. El cuerpo descansa sobre la colchoneta a la que el agua cristalina mece suavemente, mientras las gaviotas sobrevuelan en la playa Seven Mile y el arrullo del mar se mezcla con las carcajadas que llegan desde la piscina del resort 5 estrellas, donde unos amigos toman cervezas.
Huésped por huésped, los empleados avisan que es la última probability para pedir tragos o hamburguesas en el bar de la playa y, en un ritual aceitado, van desarmando el día de playa: cierran las sombrillas, se llevan los toallones de las reposeras y guardan los protectores solares y las jarras de agua de cortesía para los huéspedes.
Seven Mile Seashore es la playa más famosa de las Islas Caimán. Foto CIDOT
A tres horas del aterrizaje en Gran Caimán y de la primera bocanada de humedad caribeña al quitarnos el barbijo, ¿cuánto tiempo necesitaremos para desintoxicar la mirada y despejar los pensamientos, como si fueran nubes cargadas de estrés? ¿Cómo será volver a conectar con un destino tan ajeno a la cotidianidad? ¿Volveremos a reír después de dos años de pandemia?
Luego del atardecer en la playa, respiramos profundo y nos acariciamos las orejas, que todavía duelen por las horas que mantuvimos el barbijo tapando la nariz y la boca durante los dos vuelos y en los aeropuertos de Ezeiza, Miami y George City.
Entonces, recopilamos en un videoclip psychological las imágenes de los preparativos del viaje, la extensa fila en Migraciones de Miami y los requisitos cumplidos en las últimas horas. Porque en tiempos de la variante Ómicron, viajar al exterior implica bastante más que guardar el alcohol en gel dentro de una bolsita tipo ziploc en el bolso de mano.
Requisitos de viaje
Conformadas por Grand Cayman (Gran Caimán), Little Cayman y Cayman Brac, las Islas Caimán piden a todos los viajeros mayores de 5 años que se sometan a una prueba PCR o antígenos un día antes del inicio del viaje y gestionar un certificado on-line que se realiza la semana anterior y se presenta en el aeropuerto impreso o en formato electrónico.
Las Islas Caimán son un destino de lujo y acquainted. Foto CIDOT.
Los visitantes deben contar con el esquema completo de vacunación (la segunda dosis aplicada 14 días antes del viaje) y se solicitarán checks durante la estadía. Las vacunas aceptadas son Sinopharm, Oxford – AstraZeneca, Moderna, Pfizer, Sinovac, Covishield (dos dosis) y Janssen – Johnson & Johnson (una dosis).
A su vez, como desde Argentina se llega vía Estados Unidos, hay que considerar las exigencias del país de tránsito: todas las personas que viajen a partir de los 2 años deben mostrar una prueba negativa de Covid-19 tomada un día antes del vuelo. Y se debe completar una declaración jurada on-line para salir y entrar de Argentina y otra para los EE.UU. que se entrega en los aeropuertos.
Otro dato importante a tener en cuenta: si bien los turistas argentinos no necesitan visa para ingresar a las Islas Caimán, sí tienen que contar con la visa estadounidense o un pasaporte europeo y el permiso ESTA para ingresar a Estados Unidos.
Sobre los checks rápidos de antígenos que solicita este archipiélago del mar Caribe, los turistas se adaptan sin problemas y los incluyen entre las jornadas de playa y las excursiones, ya que saben que las condiciones son cambiantes en esta nueva realidad mundial.
Pronto quedan atrás los requisitos y las pruebas en Caimán, al sur de Cuba y al oeste de Jamaica. Solo resta disfrutar de la vida en constante presente: ¿por qué será que tantas veces lo perdemos de vista?
Clase de Paddleboard Yoga, en las Islas Caimán. Foto DP
Yoga en el mar
Las jornadas de playa empiezan y terminan relativamente temprano, una característica en común de los destinos del Caribe.
Por eso, desayunamos a las 7.30 y una hora más tarde ya estamos con el cuerpo en el mar turquesa, llevando una tabla y un remo para tomar una clase de Paddleboard Yoga.
En lugar de usar las tablas para hacer el clásico Stand Up Paddle, la instructora las ata a una soga con boyas y cada uno se sienta en la suya con las piernas cruzadas, los ojos cerrados y las manos sobre las rodillas.
Inhalamos y exhalamos sobre el vaivén marino. Inhalamos y exhalamos con la cara al cielo, y vamos armando y desarmando las distintas posturas de yoga hasta llegar al Saludo al Sol, donde un par de alumnos pierden el equilibrio y se caen al mar. Los demás los imitan para refrescarse y comenzar así la relajación last, acostados boca arriba sobre la tabla y sintiendo las olas mínimas en la espalda.
Clase de yoga en las Islas Caimán. Foto CIDOT
Con el correr de la mañana, las familias, parejas y amigos se van acomodando en las reposeras de la playa y de la piscina del resort. El escenario es Seven Mile Seashore, una playa que suele figurar entre las mejores del mundo según la comunidad de TripAdvisor.
Las Tortugas y Colón
La visita al Centro de Tortugas de Caimán ayuda a entender cómo la historia de Caimán está íntimamente relacionada con estos animales. Tanto es así que cuando Cristóbal Colón llega en su cuarto viaje de 1503 a estas islas las llama Las Tortugas, ante el asombro de estar rodeado por tortugas marinas.
El nombre cambia años más tarde, y para 1530, el trío de islas se llamaba Caymanas, derivado del vocablo nativo para los cocodrilos que habitaban el lugar por entonces.
“Fue nuestro amplio suministro de tortugas lo que convirtió a Caimán en un puerto standard para los barcos que necesitaban carne para sus tripulaciones. Sin embargo, los primeros colonos llegaron a las islas alrededor de 1658 como desertores del ejército británico en Jamaica, seguidos por pescadores, marineros, esclavos y refugiados”, explica Bendel, guía del Centro.
Cuando Colón llegó en 1503 llamó a las islas Las Tortugas. Foto CIDOT
Y destaca: “La tortuga marina se convirtió en un símbolo que aparece en el escudo de armas, en la moneda y en la bandera de las Islas Caimán. Fueron una parte clave de la industria y cultura del lugar durante cientos de años, así como uno de los pilares de la dieta local y la cocina tradicional”.
Después de contar que más de 31 mil tortugas fueron liberadas desde 1968, señala que “Cayman Turtle Centre tiene una estructura única. Es una granja comercial en funcionamiento, que cría algunos ejemplares para el consumo, eliminando la caza de tortugas marinas salvajes”.
“Y al mismo tiempo, es una de las instalaciones de investigación más importantes del mundo sobre la cría y reproducción de tortugas marinas verdes”, señala.
Durante el recorrido por las instalaciones, afirma: “Apoyamos un sólido programa de conservación. El Centro ha contribuido enormemente a la conservación de las tortugas marinas mediante el suministro de carne de cultivo en un proceso de ciclo cerrado que no toma huevos ni tortugas de la naturaleza. La carne de tortuga recolectada del Centro es la única fuente legal en las islas”.
Las aguas cristalinas de las Islas Caimán son ideales para el snorkel y el buceo. Foto CIDOT
Además de tortugas, los turistas vienen por las langostas, rayas y una gran variedad de especies de la fauna marina que se pueden apreciar en las propuestas de snorkel y buceo en las tres islas, donde viven unas 70.000 personas que hablan en inglés británico, pero con acento caimanés. Algunos hablan spanglish, por la influencia de los cubanos, hondureños, dominicanos y de otros países.
Con apenas 260 km2, las islas dependen del Reino Unido y ganaron fama mundial por sus exenciones fiscales y la banca, además de los atractivos naturales y turísticos y la gran infraestructura de alta gama. A su vez, el puerto de George City, la capital situada en Gran Caimán, recibía millones de turistas de los cruceros cada año, una industria suspendida allí desde marzo de 2020.
De todas formas, los visitantes hacen paseos a pie y en bicicleta por el centro comercial y por Camana Bay (algunos le dicen “la capital no oficial”), alquilan autos y yates, hacen compras libres de impuestos en las tiendas de marcas internacionales y prueban la gastronomía en los restaurantes.
Pero también disfrutan de la arquitectura tradicional, las artesanías y los pescados en los paradores junto al mar.
Las Islas Caimán son consideradas como “un destino seguro, limpio y con gente amable”. Foto CIDOT
Un destino seguro
“Nuestro récord fue en 2019, cuando recibimos a medio millón de turistas y, con los cruceros, la cifra llegó a 2,1 millones en total. Pero en marzo de 2020 atracó el último barco en las islas y todavía no volvieron los cruceros al puerto de George Town”, precisa a Clarín durante la cena Gary Hendricks-Dominguez.
El gerente nacional de Promoción y Eventos para Latinoamérica del Departamento de Turismo de Islas Caimán (CIDOT, por sus siglas en inglés) precisa que “el 80% de los visitantes son americanos. De Latinoamérica, los mercados más importantes son Argentina y Brasil”.
El funcionario asegura: “Aquí uno se siente en casa y relajado. El destino reúne todo lo que uno siempre quiso para vivir a pleno la vida, combinando la belleza de la naturaleza con una infraestructura maravillosa”.
Y describe al destino como “seguro, limpio y con gente amable, que ofrece buenas experiencias y excelente gastronomía. Uno se siente cómodo. Es como cuando llegás a casa después de un día de trabajo, te recostás y te relajás, esa misma sensación”.
Gary Hendricks-Dominguez hace hincapié en la seguridad, al destacar: “Una de las pruebas es que no hay all inclusive porque no es necesario que la gente esté adentro de un hotel. Aquí pueden manejar, ir a restaurantes, de shopping… Es súper seguro”.
La excursión imperdible en Caimán: navegación y snorkel entre rayas. Foto CIDOT
Nadar entre las rayas
A la mañana siguiente nos espera la excursión más famosa de Gran Caimán, la elegida también por muchos de los cruceristas que visitaban la isla antes de la pandemia: el tour y snorkel a Stingray Metropolis.
El lugar se encuentra en las aguas poco profundas del noroeste de Gran Caimán. Está justo dentro de un canal pure que atraviesa la barrera de arrecifes y consiste en una cadena de bancos de area que cruzan North Sound desde Morgan Harbor hasta Rum Level. Tanto Stingray Metropolis como Sandbar se hicieron conocidos en todo el mundo gracias a documentales y publicidades en el mar turquesa.
Navegamos en un catamarán hasta el lugar donde se concentran las rayas y nos zambullimos a su encuentro. Parecen manchas flotantes, con largas colas que amenazan la paz del snorkel: los turistas gritan cada vez que estos animales de cuerpo plano se deslizan por abajo o los rozan con el vientre blanco y las aletas. Pero las rayas saben convivir con el turismo.
Cuenta Anton, el guía inglés que las atrae con calamares: “Es posible que las rayas comenzaran a juntarse en el área hace décadas, cuando los pescadores limpiaban los pescados detrás del arrecife, en las aguas poco profundas y el banco de area”.
Dicen que las rayas comenzaron a asociar el sonido del motor de una embarcación con la comida y, a medida que esto se convirtió en una práctica habitual, los buzos se dieron cuenta de que las rayas se podían alimentar a mano y empezaron a llevar turistas.
La gastronomía connoisseur es el orgullo de las Islas Caimán. Foto CIDOT
Brunch de domingo
Misa, brunch y playa. Pareciera que esta es una buena síntesis para describir el domingo de los caimaneses, que en su mayoría son cristianos.
En cambio, para los turistas que ya vuelven a sus países el programa será PCR y brunch en la playa, después de recorrer todo lo que pudimos en los últimos dos días: un tour con degustación de ron en Cayman Spirits Firm, la única destilería de Gran Caimán; un desayuno típico en Mission Home, con huevos, pescado, papas, avena, frituras, limonada y café.
Y una visita al Botanic Park donde, además de una gran variedad de especies, vemos iguanas y conocemos cómo eran las tradicionales casas de madera de la isla con la cocina construida afuera de la vivienda.
Andar a caballo en la playa, contemplar las obras de arte de la Nationwide Gallery o adentrarse en la historia native en el Nationwide Museum son opciones que también valen la pena, según la duración de la estadía.
En Islas Caimán hay gran cantidad de restaurantes de alta gama. Foto CIDOT
Contando con una gastronomía connoisseur de excelencia, un gran plan consiste en disfrutar cada noche de un restaurante diferente: desde Agua, Bacaro y Abacus hasta Blue Cilantro, Calypso Grill, Kimpton Ave o el vegetariano Vivo Cafe.
El brunch del domingo en Palm Heights se extiende de 11.30 a 14.30: frutas, huevos con palta, postres, ostras, pescados, pasta, carne… Imposible comer tanto, pero se hace el intento, con el canto de los gallos de fondo (“Las gallinas son como los perros callejeros”, comentan en la isla) y un Papá Noel en bermudas (Caribbean Santa) se saca fotos con los chicos.
Quedará para otra ocasión el vuelo en avioneta a Little Cayman y Cayman Brac, que prometen snorkel, buceo y caminatas. No nos fuimos y ya queremos volver.
MINIGUÍA
Cómo llegar. American Airways vuela hasta Miami, y Cayman Airways vuela de Miami a George City en, Gran Caimán (1 h 30). Complete, desde US$ 1.400 con impuestos.
Vista de Seven Mile Seashore, en las Islas Caimán. Foto DP
Dónde alojarse. La zona por excelencia es Seven Mile Seashore, donde se encuentran desde condominios y apartamentos hasta lujosos hoteles. Los precios parten de US$ 500 por habitación por noche. Para las Fiestas de fin de año las tarifas son más elevadas.
Requisitos. Todos los viajeros mayores de 5 años que ingresan a las islas deben someterse a una prueba PCR o de antígenos un día antes del inicio del viaje. Para ingresar a Estados Unidos, todas las personas que viajen a partir de los 2 años deben mostrar una prueba negativa de Covid-19 tomada 1 día antes del vuelo.
Se debe completar una declaración jurada para salir y entrar de la Argentina (ddjj.migraciones.gob.ar/app/dwelling.php) y otra para Estados Unidos, que se entrega en los aeropuertos. Para ingresar a las Islas Caimán hay que contar con un Certificado de viaje, y se recomienda realizarlo con más de 7 días de anticipación al embarque. Para completar el formulario: travelcayman.gov.ky.
Se debe contar con el esquema completo de vacunación (la segunda dosis aplicada al menos 14 días antes de viajar) y se solicitarán checks durante la estadía. Las vacunas aceptadas son Sinopharm, Oxford – AstraZeneca, Moderna, Pfizer, Sinovac, Covishield (todas con 2 dosis) y Janssen-Johnson & Johnson (1 dosis).
Al ingresar se solicita el certificado de vacunas impreso o digital. Informes: www. exploregov.ky/reopening-plan.
Atención. Los turistas argentinos no necesitan visa para ingresar a las Islas Caimán, pero tendrán que contar con la visa estadounidense o un pasaporte europeo y permiso ESTA si viajan vía Estados Unidos.
Moneda. La moneda oficial es el dólar caimanés: 1 KYD equivale a US$ 1,21.
Idioma. El idioma oficial es el inglés.
Dónde informarse
www.visitcaymanislands.com/es-ar
Promoción de Islas Caimán en Argentina, PHG Consulting: [email protected]
” Fuentes www.clarin.com ”