Tanto las Navidades como los meses de enero y febrero, conforman para los europeos occidentales la mejor época del año para viajar a Tailandia. Mientras que Europa tirita, en Tailandia se puede ir en manga corta. En concreto, diciembre es uno de los mejores meses del año, ya que está fuera de la temporada de lluvias, las temperaturas son agradables (26 grados en el centro del país y Bangkok) y el sol es intenso, pero no sofocante.
Comienza la mejor época para un viaje a Tailandia, sobre todo si está organizado por buenos profesionales que sean expertos en el turismo a países asiáticos, como es el caso de la agencia de viajes Destinos Asiáticos. Y, esto es así por las siguientes razones: en primer lugar, porque te asesoran y explican, por ejemplo, sobre la temporada de los monzones en el suroeste asiático -donde se encuentran unas islas paradisíacas, “de película”-. Y, en segundo lugar, porque se suaviza el invierno en la región del noreste, la parte más auténtica y menos turística del país.
El dinero mejor empleado
En el invierno europeo, aún no ha comenzado el período de transición de los monzones en Tailandia, del Noreste al Suroeste, cuando el clima se hace más caliente, sobre todo en la parte superior de Tailandia, en el mes de abril, que es la temporada de verano, o “pre-monzón”.
Es verdad que también es la “temporada alta” del turismo en el país, lo que se traduce en que el viaje tiene un precio más elevado que en otras épocas del año. Pero merece la pena, porque de la mano de los expertos el coste del viaje es un dinero mejor aprovechado.
Un viaje “de película”
Hablamos de unas islas y playas paradisíacas que se pueden visitar durante un viaje a Tailandia verdaderamente “de película”, aunque mejor debemos decir “de películas”. De muchas películas.
En estas islas y playas del Sudeste y Suroeste tailandeses se han rodado la “oscarizada” y legendaria “El Puente sobre el rio Kwai“ (1957), protagonizada por William Holden; “El hombre de la pistola de oro“ (1974), con Roger Moore en el papel de James Bond; “Good Morning, Vietnam” (1987), con Robin Williams en el papel del disc-jockey de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos Adrian Cronauer; “La isla de las cabezas cortadas” (1995), con Geena Davis en el papel de la pirata Morgan Adams; “El mañana nunca muere” (1997), nuevamente de la serie James Bond, protagonizada esta vez por Pierce Brosnan…
Tailandia siempre ha sido uno de los escenarios exteriores favoritos de las productoras de Hollywood. Más recientemente, en estos parajes se rodaron “The Beach” (2000), con Leonardo DiCaprio en el papel de un joven estadounidense llamado Richard; “Sobreviviré” (2004), de la serie de Bridget Jones, a la que da vida Renée Zellweger, con los celebérrimos Hugh Grant y Colin Firth como compañeros de reparto; “La venganza de los Sith” (2005), de la serie Star Wars, con Ewan McGregor dando vida a Obi-Wan Kenobi, bajo la dirección de George Lucas; o “Lo imposible”.
Diversidad cultural y pure
Sólo por ver en persona todos estos exóticos paraísos, que hemos contemplado repetidas veces en la gran pantalla, merece la pena viajar a Tailandia. Pero este país del sudeste asiático contiene mucho más que sus playas e islas tropicales.
Tailandia es un país de enorme diversidad cultural y pure, que asombra al viajero por sus costas, por sus templos, por su gastronomía, por su naturaleza, por la amabilidad de su gente… Por esto, para disfrutar más y mejor del viaje, conviene confiar y dejarnos asesorar por gente que esté acostumbrada a organizar y programar recorridos por países lejanos y de aventuras.
El “Triángulo de Oro”
Uno de los mejores itinerarios por Tailandia lo componen Bangkok, Chiang Mai y Phuket. En el recorrido confluyen las fronteras de Tailandia, Laos y Myanmar, en aguas del río Mekong; el Templo Blanco y las “mujeres jirafa” en Chiang Rai y, el campamento de elefantes de Chiang Mai.
- Bangkok. En la capital tailandesa se pueden recorrer los principales templos, como Wat Traimit, hogar del buda de oro macizo más grande del mundo, con más de cinco toneladas de peso y cinco metros de altura, en el colorido Chinatown; el templo de Wat Pho, el más grande de la ciudad, donde se encuentra el Buda reclinado y los Chedis de los Reyes; el Palacio Actual, el principal monumento de Bangkok, muestra de la arquitectura regia thai. Dentro del complejo de edificios que forman el Palacio se encuentra el Templo del Buda de Esmeralda, de un solo bloque de jade, el templo budista más importante del país.
- Chiang Mai. En la provincia de Chiang Rai, al Norte del país, se encuentra el famoso Triángulo de Oro, precioso paraje pure en el que confluyen las fronteras de Tailandia, Myanmar y Laos. Es de destacar la Casa del Opio, un peculiar museo que muestra la importancia de este cultivo en las tribus locales del Norte. El poblado de las minorías étnicas Akha, Yao, Karen y Lahu; las “mujeres jirafa”; el río Kok; el Templo Wat Rong Suea Tean, también conocido como el Templo Azul, otro templo budista moderno que se distingue por su intenso shade azul y sus estatuas elaboradas; el famoso templo blanco Wat Rong Khun; el complejo de templos Wat Doi Suthep, el más conocido de Chiang Mai, situado en la cima de una pequeña colina a 15 Kms al Noroeste de la ciudad…
- Playas. Son probablemente las playas más fotografiadas del mundo, no solo por las películas que ya hemos mencionado, sino también por ser un destino recurrente para lunas de miel. Las más famosas son Phuket, Phi Phi, Krabi, Ko Samet, Ko Samui, Ko Chang o Koh Tao. Pero no solo son bonitas por fuera, también lo son “por dentro”, gracias al buceo.
Viajes para todos los gustos
Se pueden hacer todo tipo de viajes: espirituales; de aventura; de ocio; familiares con niños pequeños; familiares con adultos; de novios o de Luna de Miel; para recorrer las islas exóticas y las playas; culturales; exóticos; para viajar en los típicos trenes de Asia o en sus cruceros fluviales; viajes de lujo y baratos, para ir “por libre” y en grupo…
También se puede organizar viajes a medida. En todo caso, hay multitud de rincones a que se pueden visitar, multitud de cultura tailandesa que se puede admirar, multitud de templos budistas donde respirar espiritualidad, y una rica gastronomía que degustar, con platos que reúnen una mezcla equilibrada de ácidos, salados, dulces y picantes.
” Fuentes www.diariocritico.com ”