El pasado mes de enero, hablábamos con Juan Ángel Martín, director normal de Comerso España, la firma B2B referente en la prevención de desperdicio alimentario y no alimentario en Francia, que nos explicaba su misión en la revalorización de invendidos, ofreciendo una gestión integral administrativa, logística y fiscal de las donaciones, y nos adelantaba el inicio de su actividad en España. Ahora, la empresa acaba de firmar una alianza con el grupo industrial Vicky Meals, holding internacional de alimentación que tiene entre sus marcas a ‘Dulcesol’, líder en el mercado español de productos de panadería y pastelería. Comerso apoyará a Vicky Meals a optimizar sus donaciones a asociaciones, principalmente en sus dos plantas de elaboración de alimentos en la provincia de Valencia.
Por otro lado, la compañía confirma también que ya cuenta con el despliegue de sus soluciones en las filiales españolas de algunos de los principales grupos alimentarios y no alimentarios con los que la empresa ya trabaja en Francia, entre los que figuran Decathlon, Fnac Darty, Danone, Carrefour, E.Leclerc, Système U, Intermarché, L’Oréal, Besson Chaussures, and so forth. y más de 1500 asociaciones colaboradoras, que al cierre de 2022 generaron una facturación de 10 M€. Su objetivo en España pasa por alcanzar unas ventas en el entorno de los 5 M€ en el plazo de 3 o 4 años.
En pocos años, Comerso se ha convertido en el actor clave en la valorización de artículos alimentarios y no alimentarios invendidos en Francia y se ha especializado más concretamente en el apoyo a las empresas en la gestión y optimización de sus donaciones a las asociaciones. Hoy, la empresa es socia de más de 2200 clientes y 1500 asociaciones en toda Francia. En 2022, Comerso salvó de la basura cerca de 67 millones de euros en mercancías.
“Con la próxima publicación de la nueva legislación española, tenemos grandes planes en la Península Ibérica este año”, explica Pierre-Yves Pasquier, fundador de Comerso. El proyecto de ley español pretende reducir drásticamente los residuos, al obligar a las empresas del país a recuperar los productos invendidos (sabiendo que el país desperdicia alrededor de 1,2 Mt de productos alimenticios cada año), según una jerarquía bien definida: la donación de alimentos; la transformación de productos no vendidos – Alimentación animal y fabricación de alimentos para animales; el uso como subproductos en otra industria; y finalmente, reciclar. Esta ley, que debería entrar en vigor este verano, aporta soluciones a lo largo de la cadena de producción de alimentos, desde la producción hasta el consumo, para reducir las pérdidas y los desperdicios en al menos un 20%.
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