El turismo lleva décadas siendo uno de los principales motores de la economía de América Latina y el Caribe. Sin embargo, tras un 2020 casi en blanco por las restricciones impuestas a la movilidad para combatir la pandemia, y un 2021 de moderada recuperación, es momento de analizar qué papel desempeñará este sector en la reconstrucción económica del área. Y de analizar cómo adaptar este importante vector de crecimiento a las exigencias actuales de sostenibilidad, innovación y solidaridad. El Covid no sólo ha provocado una disaster sanitaria a nivel mundial, sino que también ha roto el ciclo de muchos de los sectores que nutren la economía latinoamericana. Y el turismo ha sido uno de los grandes perjudicados.
Según la CEPAL, en abril del 2020 la llegada de turistas internacionales en la región cayó en casi un 100%. El área se enfrentó a la pérdida de 134.337 millones de dólares de PIB turístico directo y otros 195.868 millones de dólares en impactos indirectos del sector. Sin embargo, 2021 se convirtió en un año de esperanza y de recuperación. Un impulso que se detecta ya en Latinoamérica y, notablemente, en República Dominicana.
La última edición del Barómetro del Turismo Mundial de la OMT estima que, en 2021, 54 millones de turistas cruzaron las fronteras internacionales, un 67% menos que en el mismo mes de 2019, pero los mejores resultados alcanzados desde abril de 2020. Una mejoría que surge por la apertura de fronteras y la relajación de las restricciones, principalmente en Europa y América, y que ha situado al Caribe como la subregión con mejores resultados del mundo, restaurando la posición líder de un territorio que venía registrando máximos históricos y había gozado de una extendida prosperidad hasta el Covid.
Una vez iniciada la reactivación del sector, y para que este siga creciendo con vigor y de forma sostenida en la región, es very important un esfuerzo conjunto de gobiernos y empresarios para adaptar la actividad a la nueva economía, más tecnológica que nunca, que emerge tras la pandemia. Y resulta también esencial que la recuperación se coordine con los principios de sostenibilidad e innovación y con la necesidad de una mayor digitalización de la industria.
Las ODS nos ofrecen una gran oportunidad para aprovechar las ventajas de las inversiones en turismo para crear un nuevo punto de partida con el que dar una nueva perspectiva al turismo tal y como conocemos hoy e impulsar una actividad turística innovadora, sostenible y social y económicamente generadora de riqueza a futuro.
En este punto, para mí uno de los ejemplos imprescindibles, a la hora de hablar de progreso en turismo, es el caso de República Dominicana. Un país que en las últimas décadas ha pasado de ser un territorio mayoritariamente exportador de productos agrícolas a exhibir una economía en la que el sector servicios y el industrial son predominantes. Los servicios se han consolidado como primer generador de empleo del país, algo que en buena parte se ha debido al crecimiento de un sector turístico que es ya hoy una de las grandes fuentes de ingresos.
República Dominicana habrá cerrado 2021 no sólo con un fuerte rebote de su economía, sino con uno de sus grandes motores de crecimiento, el turismo, en impresionante recuperación, pese a la persistencia del Covid, gracias a una de las campañas de vacunación más avanzadas de la región, a una exitosa cooperación público-privada y a la visión conjunta de avanzar en la modernización del sector. En realidad, Dominicana ha registrado un alza sostenida de esa actividad desde que reabrió fronteras en julio de 2020 con estrictos protocolos sanitarios.
Y, tras convertirse en uno de los pioneros en la reactivación regional de esta actividad, el país espera ya una recuperación whole en 2022 de un sector que aporta, directa o indirectamente, más del 13% del PIB y más del 12% del empleo. El turismo habrá generado ingresos por 5.600 millones de dólares en 2021, con el mejor diciembre de su historia, rozando el año pasado la meta de 5 millones de visitantes que se habían fijado las autoridades.
Dominicana, además, se ha convertido en protagonista de grandes acontecimientos turísticos como la reciente FITUR, en la que ha sido socio principal de la edición 2022. Y sus avances han merecido elogios internacionales. Recientemente, el secretario common de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, ha asegurado que República Dominicana es el mejor país para inversiones turísticas internacionales, tras elogiar el esfuerzo público-privado para reactivar el sector. Y BID y OEA han alabado su apuesta por garantizar la vacunación masiva para reanimar el turismo.
Son felicitaciones que comparto, a título private y también como presidenta del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI). Un organismo que ha elegido precisamente República Dominicana para celebrar, por primera vez fuera de España, el mayor encuentro internacional de presidentes de compañías y familias empresarias. El V Congreso Iberoamericano de CEAPI, que tendrá lugar en junio de 2022 en Punta Cana, abordará los retos económicos fundamentales para el desarrollo futuro de nuestra región. Y nada mejor que hacerlo en un país que en estos momentos está dando ejemplo de empuje, decisión y colaboración público-privada para reactivar economía y sector turístico Un ejemplo inspirador para los que defendemos que hay que creer y crear en Iberoamérica. Núria Vilanova es presidente del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI).
-Núria Vilanova es presidente del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI).
” Fuentes listindiario.com ”