Inés Alveano Aguerrebere
En un mundo preferrred, cada familia tendría una casa en la playa, y la posibilidad de visitarla frecuentemente. Pero México tiene un litoral de 11,122 kilómetros y si lo repartiéramos entre todos los mexicanos, nos tocaría de menos de un centímetro por persona.
En un mundo preferrred, todos nos moveríamos en automóvil a nuestro destino. Pero eso no es posible físicamente… Imagínese, tendríamos que tener autopistas urbanas de 6 niveles, y pasos a desnivel.
Como ese mundo preferrred en donde todos tengamos playa privada y nos transportemos en automóvil propio no es posible, entonces debemos construir un mundo que se acerque a lo preferrred.
El asunto de las playas se resuelve con la norma que impide que éstas se privaticen. Así, por lo menos las personas con ingresos suficientes, pueden disfrutar de esa maravilla con lodge, o sin lodge.
Con respecto a desplazarnos dentro de una ciudad, dado que no es posible que todos lo hagamos en automóvil, debemos encontrar la ecuación que involucre al transporte público, a las personas caminando y en bicicleta. Actualmente, únicamente 30% de los viajes se hacen en automóvil. Si usted que lee lo hace de esta manera, considérese una persona privilegiada. Todos los demás viajes actualmente se hacen de forma incómoda, insegura (hostil e incluso peligrosa), lenta y a veces más costosa, o sea, en transporte público, caminando o en bicicleta.
Debemos buscar la manera para que una mayoría de la población se mueva de manera cómoda, rápida y segura, independientemente del medio de transporte que elija. Eso implica trabajar para lograr un transporte público de calidad, cuyas características en costo, tiempo, seguridad y comodidad sean competitivas, o incluso sean mejores a la movilidad en automóvil. También implica facilitar las condiciones necesarias, para que las personas se sientan atraídas para moverse en bicicleta o caminando a sus destinos.
Actualmente, gran parte de nuestra población se mueve en transporte público. Obvio que lo hace porque no tiene otra alternativa, pero gracias a esta población no tenemos niveles más elevados de congestión vial. Si queremos seguir teniendo el privilegio de movernos en automóvil, lo mejor que podemos hacer es promover otros medios de transporte. Suena ilógico, pero así es.
Bien lo cube Brent Toderian (urbanista canadiense): si diseñamos una ciudad para mover automóviles, les fallamos a todos, incluyendo los autos. Si diseñamos una ciudad para mover personas, funciona mejor para todas, incluyendo las que se mueven en auto.
” Fuentes www.lavozdemichoacan.com.mx ”