Hace más de 40 años, cuando casi nadie hablaba del cambio climático, Costa Rica decidió que lo más valioso que tenía period su naturaleza y decidió dedicar todos los recursos posibles a la protección y conservación de su biodiversidad. No tuvo que ser una decisión sencilla en una época que otros países de su entorno apostaban por el descontrolado crecimiento industrial.
El tiempo les ha dado la razón y ahora este pequeño país de Centroamérica puede presumir de ser uno de los destinos turísticos más deseados del mundo. Millones de turistas llegan cada año en busca de naturaleza, una fauna única en el mundo, playas salvajes o experiencias llenas de aventura. De costa a costa y de norte a sur, recorremos Costa Rica en busca de cinco maravillas naturales, que la convierten en un auténtico paraíso.
Parque Nacional de Tortuguero

Cuando se habla de Costa Rica como un paraíso pure, el Parque Nacional Tortuguero es irremediablemente uno de los primeros lugares que se vienen a la mente. En la costa caribeña del país se extiende este parque protegido desde 1975, que mezcla zonas de bosque tropical con un entramado de lagunas, canales y ríos.
La zona turística se concentra en una pequeña área del parte, donde se ubica el pequeño y encantador pueblo de Tortuguero, así como algunos resorts de turismo sostenible a los que solo se pueden acceder en barco. Desde ahí podemos realizar diferentes recorridos con botes o canoas para disfrutar del paisaje o para ascender al Cerro Tortuguero.
La constante lluvia ha propiciado la existencia de una diversidad biológica única en el mundo con la presencia de más de 400 especies de árboles, 400 especies de aves, 60 especies de anfibios o diferentes mamíferos en peligro de extinción como jaguares, manatíes y perezosos. Y, por supuesto, la gran estrella del lugar: la tortuga marina.
Porque, cada año, miles de tortugas marinas llegan a su playa para realizar el desove en un mágico espectáculo que podemos disfrutar si cumplimos el riguroso protocolo que las autoridades del parque han establecido para que el turismo conviva con el bienestar de los animales. Una máxima que se repite en el resto de los espacios naturales del país.
Volcán Arenal

La perfecta silueta del Volcán Arenal se dibuja en el paisaje, generalmente con su característico sombrero nuboso. Este volcán de 1.670 metros de altura estuvo durante décadas activo hasta que un día, en 2011, decidió parar y dejar de expulsar lava. Pero, bajo su apariencia tranquila, sigue la actividad volcánica y eso ha convertido a la zona en uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de aguas termales.
En la localidad de La Fortuna, la más grande todas las que se levantan a sus pies, se han multiplicado los centros termales con una variada oferta para todos los gustos y presupuestos. Desde algunas fuentes naturales junto al río a piscinas públicas, pasando por diferentes hoteles que nos permiten disfrutar de un calentito baño con un cocktail en la mano.
Las actividades de aventura son las otras grandes protagonistas del parque. Podremos pasear por bonitos senderos donde los puentes colgantes pondrán a prueba nuestro vértigo o tirarnos por alguna de las enormes tirolinas que vuelan por encima del bosque en alguno de los numerosos parques de aventura que encontramos a ambos lados del volcán.
Otra de las excursiones más bonitas que podemos hacer en la zona es la ruta que nos lleva a la Catarata Río Fortuna. Para llegar a esta cascada, tendremos que superar un camino con más de 500 escalones a través de un bosque con árboles autóctonos para, una vez allí, disfrutar de una vista espectacular de esta catarata de 70 metros de altura o darnos un baño en las cristalinas aguas del río.
Parque Nacional Manuel Antonio

En 1972, Costa Rica decidió preservar una de las áreas más hermosas y biodiversas del mundo al establecer el Parque Nacional Manuel Antonio. Ubicado en la costa del Pacífico, dentro de la provincia de Puntarenas, es el parque nacional más pequeño del país, pero, al mismo tiempo, uno de los que más diversidad biológica protege.
Lo que más destaca del parque es la gran variedad de ecosistemas que alberga en su inside. Junto a preciosas playas de enviornment blanca y una amplia zona de manglares, se extiende un bosque tropical que habitan toda clase de animales. Las auténticas estrellas del parque son sus monos ardilla, que se han acostumbrado a la presencia de los turistas y pueden resultar un poco traviesos así que conviene no intentar interactuar con ellos.
Parque Nacional Corcovado

En la misma costa, más al sur, se localiza el Parque Nacional de Corcovado, uno de los más grandes de Costa Rica. El parque cubre un área de 424 kilómetros cuadrados, incluyendo bosques tropicales, manglares, estuarios, playas y arrecifes de coral. Es el hogar de una gran cantidad de especies animales, incluyendo jaguares, pumas, monos, tucanes, guacamayos, serpientes, ranas venenosas y de muchas plantas endémicas de la región. Se calcula que concentra el 2,5% de la biodiversidad de todo el planeta.
Al estar un poco más alejado de San José, no es tan turístico como otros parques nacionales, lo que le convierte en la opción best para quienes busquen naturaleza más salvaje. Es un destino muy deseado para amantes del trekking con rutas de senderismo de todo tipo y dificultad.
Una de las rutas más populares es el sendero que va desde Puerto Jiménez a La Sirena, que dura aproximadamente 7 horas si salimos de Carate. La estación forestal de La Sirena es uno de los pocos lugares donde podremos dormir sin necesidad de acampar y resulta perfecta para usarla de base en otras excursiones por el parque con varios senderos señalizados como el de Río Claro, El Guanacaste o La Olla.
Cerro Chirripó

Cambiamos totalmente de paisaje y dejamos la costa para ascender hasta la montaña más alta de Costa Rica, con una altitud de 3.820 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra ubicado en la cordillera de Talamanca, en la provincia de San José y sus paisajes montañosos, en ocasiones con nieve, contrastan con las postales habituales que podemos imaginar de Costa Rica.
El sendero que lleva a la cima del Cerro Chirripó es considerado uno de los más exigentes del país, pero, como suele suceder, es también uno de los más gratificantes. Desde arriba podemos disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de las montañas e, incluso, del mar Caribe en días claros.
Si no te atreves con la ascensión, también puedes disfrutar de los paisajes que nos ofrece la parte baja de la montaña. Empezamos por un bosque de montaña que se va transformando progresivamente en una densa selva tropical con árboles que alcanzan los 50 metros de altura. Cuenta con una variedad única de flora y fauna con la posibilidad de avistar aves tropicales como el quetzal o el colibrí de cola larga.
Estas cinco maravillas de Costa Rica son solo algunos ejemplos de todos los atractivos naturales que nos ofrece este espectacular país. La combinación de playas de ensueño, bosques tropicales, selva o volcanes convierten a este país centroamericano en uno de los países más diversos del mundo.
” Fuentes www.publico.es ”