Crustáceos, moluscos, gambas. Cocidos, a la plancha o en salsa. Nada hay más delicioso que el marisco, un alimento que goza de excelentes propiedades nutricionales. Un manjar no siempre apto para todos los bolsillos que hay que degustar fresco, recién sacado del mar.
En España sabemos mucho de estas suculentas criaturas que, según una creencia, han de consumirse tan sólo en los meses con ‘r’, es decir, aquellos que abarcan el otoño, el invierno y el principio de la primavera. Mito o realidad, aquí van los mejores lugares donde degustarlos:
Galicia
Es, quién lo duda, la reina del marisco. Su solo nombre remite a centollos gigantescos, a intimidantes bueyes de mar, a sabrosas vieiras y zamburiñas, a fuentes inmensas de berberechos y almejas de Carril. Pero también a las ostras, los mejillones y, sobre todo, a los percebes, producto gallego por excelencia que trasciende al mero alimento para erigirse en símbolo de la fortaleza y tesón de las mujeres de esta tierra, que son quienes se encargan de extraerlo del océano. De Santiago a A Coruña, De Orense a Lugo, Galicia es al marisco (y perdón por tan desafortunada comparación) como Nápoles a la pizza.
Asturias
Pocos placeres hay tan reconfortantes como deleitarse con una buena nécora regada con una sidra fresquísima. Y esto es algo que sólo puede hacerse en Asturias porque es, claro, donde mejor sabe. Si alguien pensó que el principado period sólo fabada, cachopos y arroz con leche, estaba muy equivocado. Porque en sus bonitos puertos recalan también erizos de mar, langostas y lustrosos bogavantes que acaban en las cazuelas del insuperable arroz caldoso que cocinan por estas latitudes. En la tierrina, definitivamente, encontramos algunos de los mejores productos que brinda el Cantábrico.
Madrid
Sí, a muchos les resultará extraño, pero ya se sabe: dicen que el mejor puerto de mar se encuentra en la capital. Esto equivale a decir que aquí al menos se encuentran algunos de los restaurantes y marisquerías mejor valorados del país, puesto que a ellos llega cada mañana el más fresco marisco capturado la noche anterior, ya sea procedente del Atlántico, el Cantábrico o el Mediterráneo. Un lujo para sus habitantes, si bien han de tener en cuenta que el precio S/M (según mercado) puede disparar la factura hasta límites insospechados.
Cádiz
Las quisquillas, los langostinos de Sanlúcar, las famosas cañadillas. También los ostiones (una especie de ostra), las cigalas y los camarones que han dado origen a las famosas tortillitas que sólo saben a gloria en la Bahía. Así es la gastronomía de Cádiz, puro influjo del Atlántico que baña las playas vírgenes y los pueblos encalados. Por eso, más allá del atún, el universo gastronómico de esta provincia no se entiende sin su marisco, siempre acompañado de un fino o un manzanilla.
Cantabria
También esta comunidad utiliza la despensa del mar para alumbrar auténticos tesoros gastronómicos donde el marisco tiene gran protagonismo. Parrilladas de calidad donde la frescura en la seña de identidad puesto que los productos van directamente del mar a la mesa. Aquí, además de los ricos bogavantes y langostas del Cantábrico, podemos descubrir especialidades tan fabulosas como la masera, que consiste en rellenar un buey de mar con su propia carne, huevos cocidos muy picados y vino blanco.
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”