Situado a apenas una hora de Milán está una de las joyas secretas de Italia, el Lago de Como. Con forma de Y invertida y rodeado de altas montañas, este rincón italiano ha sido el lugar de inspiración de artistas y escritores y el refugio de numerosas ‘celebrities’ que han comprado allí alguna de esas villas exclusivas que vemos en las revistas. Este destino acoge, también, un puñado de pueblos que respiran romanticismo y belleza y que invitan al visitante a detenerse a saborear la vida y a degustar una exquisita gastronomía con el pescado como protagonista. Se puede llegar a ellos por carretera, aunque una de las formas más especiales de descubrirlos en con una excursión en barco. Varenna, Bellagio, Cernobbio…
Varenna
Varenna es por su encanto y fama uno de los imprescindibles del lago. En este pueblo destaca su Paseo de los enamorados, que suspendido sobre el agua conecta el embarcadero con el casco histórico con una estructura de metallic rojo cubierta de plantas. A lo largo del camino hay diferentes puntos de observación desde los que tomar las mejores instantáneas de la zona. Tras esto lo mejor es callejear por el centro para descubrir sus coquetas casas de colores, sus puestos de artesanía y sus cafeterías y restaurantes. Destacan, también, la iglesia de San Giovanni Battista, que information del siglo XI y conserva frescos del siglo XVI que decoran el ábside y el arco triunfal; la Villa Cipressi, hoy convertida en hotel-restaurante, y la de Monastero, compuesta por la villa, ahora transformada en museo, y el jardín botánico que la rodea que se extiende por casi dos kilómetros siguiendo la orilla del lago.
En el promontorio que domina Varenna se levanta desde hace más de mil años el castillo de Vezio, un antiguo puesto militar de origen bajomedieval erigido para defender y controlar el lago y los pueblos de los alrededores. Restaurado parcialmente a mediados del siglo XX, esta fortaleza está abierta al público de marzo a noviembre y acoge ocasionalmente exposiciones de obras de arte de diversa índole en el jardín.

Imagen de Varenna
Bellagio
Conocido como la Perla del lago, Bellagio está situado en la parte superior del llamado triángulo Lariano regalando unas vistas espectaculares. Pasear por sus empinadas calles, como la Salita Serbelloni, para admirar sus casas con fachadas en tonos pastel, detenerse en la Basílica di San Giacomo, un importante ejemplo de arquitectura lombarda de fines del siglo XI, o sentarse en una terraza junto al algo son algunos de los placeres que ofrece este lugar.
Aquí se encuentra Villa Melzi, un complejo creado entre 1808 y 1810 para Franceso Melzi d’Eril, duque de Lodi. Más allá del palacio lo que destacan son sus jardines, que declarados monumentos nacional, son unos de los más bonitos de Europa. Este espacio verde, que se extiende más allá del pueblo, es una espléndida expresión del estilo neoclásico. Otra de sus villas que no pasa desapercibida es Serbelloni, una lujosa mansión que fue construida como casa de vacaciones de una familia aristócrata italiana en 1850 y que hoy día es uno de los hoteles históricos más prestigiosos de la zona.

Imagen de Bellagio
Menaggio
Menaggio está situado en el corazón del lago de Como, en su orilla occidental, al comienzo de un valle que lo conecta con el lago de Lugano. El corazón de esta villa se concentra alrededor de la plaza Garibaldi, rodeada de cafés y restaurantes. Desde aquí se obtienen unas increíbles vistas al lago y a las montañas que la rodean. Paseando por sus calles el visitante se encontrará con la iglesia de San Stefano, en la que destacan sus frescos creados en 1899 por un artista native y la de San Carlo, en la que destaca su elegante campanario de estilo español. De sus grandes edificios no hay que perderse Villa Mylius-Vigoni, dos grandes villas del siglo XIX rodeadas por un extenso jardín de estilo inglés creado por el arquitecto Giuseppe Balzaretti que posee árboles centenarios, miradores, plantas exóticas, diferentes estatuas de mármol y un pequeño templo neoclásico. Hoy en día en su inside se encuentra el centro ítalo-alemán en el que se promueven las relaciones entre ambos países en los campos de cultura, ciencia y educación. Para terminar la visita nada como recorrer su paseo marítimo que asomado como está al borde la playa del lago ofrece las mejores vistas de la zona.

Imagen de Menaggio
Tremezzo
Tremezzo es pura elegancia y glamour. Además de recorrer sus calles para descubrir sus encantos y mezclarse con su gente, aquí hay que visitar Villa Carlotta, que construida a finales del siglo XVII por el marqués Giorgio Clerici de Milán cuenta la historia de más de tres siglos de grandes colecciones y alberga obras de Antonio Canova, el escultor más importante del neoclasicismo italiano. También dispone de un fascinante jardín botánico en el que florecen más de 150 especies de azaleas y cuyo espectáculo atrae a far de visitantes de todo el mundo.

Imagen de Tremezzo
Cernobbio
La Cernobbio que se puede ver hoy día nace hacia el año 800 cuando las familias ricas de Milán escogieron este destino como residencia de verano, de ahí que se repartan por todo su territorio diferentes villas de lujo. Para descubrir su encanto nada como pasear por su casco histórico en estilo medieval, conocido como ‘La Riva’, su paseo marítimo y su pintoresco embarcadero.

Resort Villa d’Este
Entre sus imprescindibles están la iglesia Chiesa di San Vicenzo, que construida en el siglo XVIII y remodelada a finales del siglo XIX conserva en su inside un precioso altar de la época barroca, Villa d’Este, una de las obras arquitectónicas más bellas del siglo XVI diseñada por Pellegrino Pellegrini que está rodeada por un parque privado de 25 hectáreas y que hoy es uno de los hoteles más lujosos del país, Il Giardino della Valle, un jardín botánico que surge en torno al torrente de Garrovo y Villa Erba, otro de los grandes palacios de la zona que en la actualidad es un centro de convenciones y exposiciones. Además, desde el pueblo se pueden hacer rutas al Monte Bisbino.
” Fuentes www.abc.es ”