Chile da la primera señal de cara a la esperada reapertura de su turismo internacional, emulando la decisión de Argentina de habilitar los cruceros antárticos. Desde octubre permitirá que los viajeros no residentes entren al país sólo con PCR negativo y seguro médico, pero deberán moverse en una burbuja sanitaria durante toda su estadía, volando en operaciones privadas entre Santiago y Punta Arenas, donde deberán hacer cuarentena.
La semana pasada, Argentina anunció que desde el 20 de octubre queda habilitada la operación en los puertos del país de cruceros bioceánicos y antárticos, poniendo la primera fecha certera para una posible reapertura de las fronteras al turismo internacional.
Una semana después, Chile decidió emular a su vecino trasandino y anunció que también en octubre retomará los cruceros a la Antártida, convirtiéndose también en el primer horizonte claro para el receptivo chileno, que desde hace meses viene pidiendo previsibilidad en ese aspecto.
“Hoy las condiciones sanitarias permiten que se implemente un protocolo sanitario que permitirá el ingreso de cruceros. Se trata de una excelente noticia no sólo para el turismo, sino para el país”, afirmó al respecto el subsecretario de Turismo, José Luis Uriarte.
En efecto, el Gobierno sostiene que la buena situación epidemiológica de la región de Magallanes, puerta de entrada al territorio chileno en la Antártida, y el alto nivel de vacunación “permiten al turismo dar el primer paso en la operatividad de los cruceros de turismo antártico en modo burbuja”.
¿Cómo funcionará esa burbuja? Los turistas internacionales podrán arribar a Santiago de Chile sólo con un PCR negativo de hasta 72 horas antes y un seguro médico con cobertura COVID. Allí se inicia la burbuja, que implica el transporte hasta Punta Arenas (desde donde parten las embarcaciones) en un vuelo privado. Una vez en ese destino deberán guardar cuarentena en un resort hasta el momento de embarcar en el crucero antártico.
Más allá de lo complejo del mecanismo en relación a la apertura argentina (sólo pide esquema completo de vacunación y PCR), para Uriarte la decisión marca “un punto de inflexión” para la industria turística, sumamente golpeada por la pandemia y las restricciones. Para la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), en el último año Chile perdió 6 millones de pasajeros, mientras que la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur) aseguran que se perdió el 75% de los puestos de trabajo en la industria (250.000 de ellos en los últimos tres meses).
Vale recordar que el Gobierno chileno mantiene las fronteras cerradas para turistas desde abril pasado, cuando el país atravesaba la segunda ola y se debió imponer una nueva cuarentena que abarcó al 90% de la población.
” Fuentes www.hosteltur.com ”