Las nuevas disposiciones establecidas por el gobierno federal, como parte de la estrategia para enfrentar la nueva variante ómicron del COVID-19, requieren la colaboración activa de la ciudadanía en Puerto Rico ahora que se acercan el periodo navideño y la temporada alta turística.
El presidente Joe Biden anunció el jueves que Estados Unidos exigirá a todo visitante internacional mostrar prueba negativa de detección del virus realizada el día antes de viajar, independientemente de que la persona esté vacunada. A la vez, ha trascendido que la nueva variante fue detectada en territorio continental, incluyendo cinco casos en Nueva York, una de las ciudades de más intercambio de pasajeros domésticos e internacionales con Puerto Rico.
Estos informes implican que en cada instancia de interacción con viajeros en la isla deben reforzarse las medidas de protección.
A nivel de puertos, Puerto Rico ha establecido un sistema de vigilancia en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín que supera los de muchos estados. Dicho protocolo debe atemperarse continuamente a las evoluciones de la pandemia y seguirse con disciplina.
Asimismo, en la industria turística, taxis, hoteles, restaurantes y comercios tienen la misión de velar por que se cumplan las medidas de salubridad para proteger a visitantes y empleados, sin perder la cualidad de hospitalidad que caracteriza a los puertorriqueños.
En esta época en que muchos boricuas regresan para celebrar con familias y amistades los festejos navideños, es importante que huéspedes y anfitriones recuerden que aún enfrentamos una pandemia. Todos podemos evitar que la situación salubrista se complique, llevando a cabo acciones simples, pero fundamentales, para prevenir contagios.
Las personas que aprovecharán el periodo invernal para viajar están llamadas a protegerse. El COVID-19 se ha propagado con facilidad por el mundo, principalmente a través del flujo internacional de pasajeros. Al conocerse sobre ómicron, algunos países de Europa han restringido la entrada de visitantes provenientes de ciertos destinos, aunque la Organización Mundial de la Salud ha desalentado tal acción por el momento, mientras se investiga más sobre la variante.
La información empodera. Es mucho lo que conocemos sobre lo que funciona y lo que no en torno a la cepa de coronavirus descubierta a fines de 2019. Lo más importante es que hoy existen vacunas altamente efectivas. Mientras en otros países escasean las oportunidades de vacunación, Puerto Rico se ha posicionado al frente en inocular a su población y se encuentra ya en la fase de distribuir refuerzos y terceras dosis, a la vez que inmuniza a niños de cinco años en adelante. El resultado ha sido una baja significativa en las tasas de positividad, hospitalizaciones y muertes.
Quienes completaron las dos primeras dosis deben gestionar el refuerzo, según las recomendaciones reiteradas de las autoridades sanitarias. Municipios como Añasco y Cataño tienen mucha población sin la serie de vacunación completada. La colaboración entre sectores puede facilitar la inoculación de más personas.
Se sabe también que las mascarillas han sido efectivas, no solo para evitar contraer COVID-19, sino otras enfermedades fácilmente transmisibles, como la influenza. La higienización y el distanciamiento físico deben prevalecer, sin que ello signifique dejar de celebrar un periodo tan preciado para los puertorriqueños.
Pero, además, es preciso seguirse protegiendo del virus de la desinformación, como las versiones sin fundamento que circulan en las redes sociales y otros espacios de interacción.
A dos años del descubrimiento de la cepa de coronavirus que paralizó al mundo por meses, es mucho lo aprendido y avanzado a nivel científico y sanitario. Ese conocimiento debe ser aplicado con esmero ante la certeza de que salvará vidas, minimizará las dificultades que acarrean los contagios, y evitará nuevas restricciones y sus consecuentes estragos a las rutinas y la economía.
” Fuentes www.elnuevodia.com ”