“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”, Ingrid Bergman. Cuando se habla de la ciudad de Casablanca, inexorablemente, y a pesar de que el rodaje se hiciera íntegramente en Estados Unidos, se visualizan las románticas escenas protagonizadas por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en la película homónima, un emotivo recuerdo que acompaña a los más románticos en la visita de la que es la ciudad más grande del país marroquí. Y también podría decirse que, esas imágenes de la gran pantalla, son uno de los muchos alicientes para adentrarse en este enclave de sabor exótico y colonial.
Caracterizada por su modernidad y el bullicio de sus calles, así como por su enorme patrimonio arquitectónico y sus bonitas playas, Casablanca ofrece experiencias inolvidables y lugares únicos, algunos de los cuales detallaremos aquí, lo que probablemente provoque que le apetezca, si no lo ha hecho ya, conocer esta sorprendente metrópoli africana con aires europeos, en la cual, el clima en esta época del año también acompaña para disfrutar de todos sus atractivos.
De ruta por la ciudad más cosmopolita de Marruecos
Antes de detallar algunos de los lugares imprescindibles para visitar en Casablanca, hay que decir de ella que es la urbe más cosmopolita de las ciudades de Marruecos, y sus ciudadanos se muestran muy amables, abiertos y cercanos con los turistas. Dicho esto, empezaremos por la Mezquita de Hassan II, el símbolo indiscutible de Casablanca. Inaugurada en 1993, es la segunda mezquita más grande del mundo, coronada por un minarete de más de 200 metros de altura, donde dispone de un láser apuntando a La Meca que se proyecta durante las noches. Se trata de una de las dos únicas mezquitas abiertas al turismo en Marruecos —la otra es la Mezquita de Tinmel—, por lo que le recomendamos aprovechar la oportunidad y hacer una visita guiada, pues la belleza de su inside le dejará sin palabras. Su exterior tampoco desmerece en absoluto, pues esta majestuosa obra arquitectónica parece estar suspendida sobre el mar, con el azul del agua y de las olas acariciando sus paredes, lo que crea una preciosa imagen difícil de olvidar.
Dejamos atrás la mezquita para dirigirnos a la Corniche, un paseo marítimo muy concurrido por turistas donde se concentran algunos de los mejores hoteles, restaurantes internacionales y las discotecas más exclusivas. Además de sus playas, muy recomendadas para darse un baño a primera hora, cuando no están tan concurridas, le recomendamos visitar Morocco Mall, que alberga más de 350 tiendas de grandes marcas, y es el centro comercial más grande de toda África. Otro imprescindible, y que cae de camino entre el puerto y la mezquita, es la antigua medina, un pequeño centro histórico formado por callejuelas estrechas y serpenteantes y con presencia de numerosos zocos en los que podrá comprar un bonito recuerdo de su viaje.
Continuamos nuestro recorrido y nos detenemos en un sitio ya emblemático de la ciudad, muy cerca de la antigua medina, el Rick’s Cafe, una copia exacta del cabaret que aparece en la película Casablanca. Después de tomar un exquisito café allí, le aconsejamos ir a ver la Plaza de las Naciones Unidas, otro de los lugares más icónicos de la ciudad, donde puede sentarse tranquilamente y degustar platos típicos marroquíes en alguno de sus restaurantes. Aquí también podrá ver la Torre del Reloj, de la que destacan sus 20 metros de altura y sus cuatro esferas, una en cada lado.
Después de los ya mencionados, hay otros muchos lugares que merece la pena conocer si visita Casablanca. Uno de ellos es, sin duda, el Palacio Mahkama du Pacha, ubicado en Quartier Habous, un pintoresco barrio conocido como la nueva medina, ideally suited para tomar un té en alguna de sus terrazas y degustar un pastel marroquí en la que está considerada la mejor pastelería de Marruecos, la Bennis Habous. En el mismo barrio se encuentra el Palacio Actual, que solo puede verse por fuera, y, como le decíamos, el Palacio Mahkama du Pacha, cuyo inside sorprende por lo pulcro de sus colores y el cuidado en cada detalle que ornamenta esta imponente construcción.
No deje de visitar tampoco, especialmente si le gustan los espacios verdes y las zonas tranquilas, o si necesita un momento de descanso tras disfrutar de la vibrante noche nocturna de Casablanca, el Parque de la Liga Árabe, el pulmón verde de la ciudad y un auténtico oasis de paz. La de su estanque, en el que durante algunas épocas del año aparecen nenúfares, y la de la avenida de palmeras que lo atraviesa entero son dos maravillosas instantáneas que nos regala. También aquí podrá ver la Catedral del Sagrado Corazón, que funciona como centro cultural y se alza como uno de los edificios más bonitos de la urbe.
Podríamos seguir nombrando más atractivos de una metrópoli en la que se respira historia y arte, pero le invitamos a que sea usted quien viaje hasta Casablanca y descubra todos los rincones de una ciudad cuya magia y belleza le seducirá por completo.
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