Hay cosas que se valoran de verdad cuanto no se tienen. La dotación del buque-escuela ‘Juan Sebastián de Elcano’ ha podido despedirse en la mañana de este sábado de sus familiares con besos, abrazos y entre lágrimas. Como ha ocurrido casi siempre en el resto del casi centenar de viajes de instrucción que ha hecho este barco en sus salidas desde el puerto de Cádiz, esa es una de las imágenes más buscadas por los medios. Sin embargo, en esta ocasión había algo de especial y es que se podía volver a repetir tras dos años de restricciones por la pandemia y donde la tripulación del barco se convertía en una burbuja para impedir la entrada del bicho en su inside.
Así que la despedida del Elcano que es tan tradicional y que es una sublimación de la Armada como institución, tenía también este año la gran novedad del regreso a lo de siempre, a un crucero de instrucción sin restricciones.
El buque-escuela ha partido a las doce del mediodía para iniciar su 95 crucero de instrucción que lo va a llevar por siete países además de España y por un whole de 11 puertos. De este modo, será su 16 circunnavegación de Suramérica, de manera que va a arribar a puertos en los que ya ha estado el Elcano y que guardan relación con España, con el propio buque o con la persona que da nombre al barco de instrucción de la Armada Española. De este modo, las escalas serán Santa Cruz de Tenerife, Buenos Aires (Argentina), Punta Arenas (Chile), El Callao (Perú), Puerto Limón (Costa Rica), Cartagena de Indias (Colombia), Pensacola y Nueva York (Estados Unidos), Marín y de nuevo Cádiz, lugar en el que está previsto su llegada el 21 de julio. Durante el crucero se navegarán más de 18.000 millas en los 143 días de mar previstos y se disfrutará de estancias en puerto otros 41 días.
Y si la tradición de los besos y abrazos volvía, también lo hace en el recorrido de este 95 viaje de instrucción, ya que vuelve a ser estandar, como explicaba el alferez de navío Carlos Ameyugo Fernández del Campo, oficial de información púiblica del barco, después de tres en los que se había buscado la relación con el V Centenario de la cicunnavegación que protagonizaran Magallanes y Elcano.
Uno de los que estaba deseando empezar este crucero de instrucciçon es el guardiamarina vallisoletano Alejandro de la Fuente, que no podía ocultar su ilusión por iniciar lo que califica como “una de las mejores experiencias que se puede tener en la vida”. Así, aseguraba que una de las principales motivaciones es “conocer un monton de lugares diversos en el mundo”. Previamente se había separado de su familia, que estaba presente en el puerto gaditano, un momento que había sido “muy emotivo” para él: “Por una parte te encuentras triste porque dejas a tus seres queridos pero ves también que dentro de unos meses vas a estar con ellos y va a merecer la pena”.
Alejandro de la Fuente es uno de los 74 guardiamarinas que junto a las 167 personas de la tripulación conforman una dotación de 241 personas de este buque-escuela, con el capitán de navío Manuel García Ruiz como comandante del navío. Y una de las novedades es que lucía el palo mesana que ha sido sustituido en unos recientes trabajos que se han llevado a cabo recientemente.
Entre el buque y el cantil del muelle estaban los familiares, que asistían emocionados y curiosos, en muchos casos, a una ceremonia que para el gaditano es una tradición. Entre ellos estaba María, una malagueña-gaditana que acudía al puerto a despedir a su hija Eva, teniente de Enfermería en el buque: “Ella va muy feliz pero a mí me deja hecha polvo. A ella le encanta su profesión y la veo muy feliz y eso es lo importante. Siento mucho orgullo al verla pero tengo que reconocer que lo paso fatal cuando se va”. Eso sí, asegura que dirante el viaje tienen mucho contacto entre las dos.
La gallega Hortensia es la madre de Lola Caminero, cabo primera escribiente de la dotación del buque. Como todos los familiares tienen esa sensación complicada de despedirse de una persina que no va a ver en meses pero con la alegría de que están haciendo algo que les hace muy feliz. Para Hortensia, que viene de una familia con un gran arraigo con la Armada, recuerda que al padre de Lola le hubiera hecho mucha ilusión ver a su hija enrolada en el ‘Juan Sebastián de Elcano’.
La despedida fue con abrazos y besos y poco después ya desde la distancia y conforme el barco se iba yendo tras la voz de “larga a todo” con el saludo de las gorras y también muchas lágrimas desde la distancia. Al mediodía de este sábado no ha faltado incluso un cumpleaños feliz que le cantaban familiares y amigos a uno de los miembros de la dotación.
La salida del Elcano es una tradición pero también toda la parafernalia que la acompaña. Desde la misa por la mañana en Santo Domingo, los tripulantes subidos en los mástiles, el páter con su sotana, la petición de protección divina para tener una singladura sin problemas, el sonido de la música y, por su puesto, la Salve marinera cantada e interpretada por la Coral de la Universidad de Cádiz.
A la salida del Elcano le han acompañado también algunas embarcaciones como suele ser tradicional, algo en lo que colabora de manera muy activa la asociación Cádiz con Elcano. También han asistido numerosas autoridades militares y civiles. Entre las primeras, el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Martorell. Entre las segundas, el alcalde José María González ‘Kichi’; el subdelegado del Gobierno, José Pacheco; la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo; y el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Estrella.
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