La velocidad de crucero es aquella velocidad estable que permite llevar una aeronave en condiciones normales sin sufrir perturbaciones o variaciones de velocidad. Unicaja sigue trabajando en la búsqueda de esa rutina que actúe como piloto automático y que permita sumar victorias. Ibon Navarro, poco a poco, va cuadrando sus piezas y los resultados van llegando. Las señas de identidad de equipo son claras. Grandes rotaciones, mucho desgaste físico, búsqueda del tiro exterior o contraataque y sobre todo defensa. Los verdes son la segunda mejor defensa de la ACB encajando 72 puntos por partido y eso teniendo en cuenta el mal debut en la competición, y aquellos 103 puntos encajados en Vitoria. Sin ese partido ante el Baskonia, los malagueños serían de largo la mejor defensa de la liga, permitiendo solo 66 puntos. El Tenerife, líder defensivo de la temporada, está en 70 puntos por partido, pero no ha permitido en ninguno más de 79. La fuerte presión defensiva lleva al equipo de Ibon Navarro a liderar cómodamente la clasificación de balones recuperados, con 13 por encuentro, superando en más de 1 al segundo, el Murcia.
En la NBA de finales de los 80 se atribuyó a Chuck Daly, el entrenador de los míticos ‘Bad Boys’ de Detroit, la frase que decía: «Los ataques ganan partidos, la defensa campeonatos». Period una defensa de sus Pistons que luchaban contra los glamurosos Lakers y que ganaron dos campeonatos en 1989 y 1990. En los últimos años se venía hablando de un cambio de paradigma en el baloncesto de este siglo XXI. El aumento de calidad de los jugadores y su capacitación técnica, las reglas que fomentaban el anotar puntos como parte del espectáculo y, sobre todo, la iniciativa del ataque sobre la defensa. El ataque es acción y la defensa es reacción. Por eso se hablaba de la hipótesis inversa: «El ataque gana campeonatos y la defensa sólo partidos». No voy a entrar en ese debate porque en Málaga estamos todavía en una situación anterior, es decir, nos vale ganar partidos, y ya no te cuento ganar campeonatos. Lo que sí creo que es cierto es que la defensa es la mejor manera de cohesionar un equipo, de hacer un grupo, y eso con 9 jugadores nuevos de 12 es este año el primer objetivo.
Con partidos mejores y peores, el equipo está cumpliendo en este inicio de temporada y sigue sin sumar ninguna derrota que no sea asumible, perder ante el Actual Madrid y en Vitoria y Badalona es lo que van a hacer la mayoría de los equipos de la ACB y de la Euroliga o Eurocup. En la BCL tres victorias y, probablemente ,a solo un triunfo en Dijon del liderato de grupo. Un escenario que todos hubiéramos firmado a 15 de septiembre. El equipo, además, enseña mejoras partido a partido y más allá del menor o mayor acierto, los jugadores cada vez parecen más cómodos con sus roles. La última prueba, la explosión anotadora de Darío Brizuela en 19 minutos de juego y en ese rol parecido al que disfruta en la selección de Sergio Scariolo, la noche del miércoles ante el mítico PAOK Salónica.
La importancia de la integración, de la unidad y de la aceptación de los roles por los jugadores muestra su máximo exponente precisamente en la selección española. Scariolo ha demostrado manejar eso como nadie y los resultados le avalan. Su última lista no deja de ser curiosa. Sergio ha llamado a 6 jugadores del Unicaja de la pasada temporada, 7 si contamos al temporero Edgar Vicedo. 7 jugadores en la convocatoria de la selección vigente campeona del mundo y de Europa del peor equipo, en cuanto a resultados, de la historia de Los Guindos. El italiano de Marbella consigue lo que está logrando este año Ibon Navarro y que no consiguió la pasada temporada Katsikaris. Hacer un equipo más allá de las individualidades. Un grupo donde los egoísmos no existen, más allá de los razonables, y se mira antes por el compañero que por tus estadísticas. Un equipo donde la primera opción no es el bote sino el pase. Un equipo con mayúsculas de los que ganan partidos y, a veces, campeonatos. Suerte.
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