Conocido como “paraíso del agua”, es el lugar very best para quienes disfrutan del rappel, el buceo, trekking, las cabalgatas, rafting o simplemente para contemplar la naturaleza.
Su nombre no es una exageración: quien conoce Bonito -en el Estado amazónico de Mato Grosso do Sul- no puede quedar indiferente ante la claridad de las aguas de sus ríos y la belleza del paisaje del lugar.
La región cuenta con cientos de cascadas, lagos, ríos, más de 80 grutas, lechos rocosos y una riquísima variedad de flora y fauna. La concentración de atractivos en una sola área hace que cada recorrido reserve una sorpresa.
Cuna de tres ríos de aguas cristalinas -Bahía Bonita, Prata y Sucuri- la excursión por al menos uno de ellos es indispensable para sumergirse (literalmente) en la magnificencia del lugar. Los paseos acuáticos hacen paradas para que los visitantes puedan lanzarse al río vestidos con trajes de neopreno, permiten un contacto directo con la fauna y flora, además de una vista impresionante del paisaje sumergido.
El paseo en barco por el río Formoso está en casi todos los itinerarios de quienes van a Bonito; el río tiene pequeñas caídas y cascadas que permiten un rafting ligero, apto incluso para niños.
Otro de los paseos clásicos es al río Sucuri, que alguna vez fue considerado el más transparente de Brasil. No es un río con muchos peces, pero sí muy cristalino, con una vegetación hermosa y un colorido increíble. Los paseos son a nado, con acompañamiento de botes de apoyo en un paisaje de cascadas y saltos de agua. Rio da Prata está a 50 km de Bonito, más cerca de la ciudad vecina, Jardim.
El recorrido comienza con una caminata en medio de la naturaleza, luego se entra al manantial de Olho D’água, lleno de peces y con una visibilidad que llega a los 40 metros de profundidad y se pueden avistar peces como dorados, piraputangasy pacús. Cada grupo que entra al agua lo hace con un máximo de 10 personas para minimizar el impacto ambiental y se prohíbe el uso de protector photo voltaic, pero se sugiere un calzado sumergible y prendas de vestir para protegerse de quemaduras del sol.
La Gruta del Lago Azul es uno de los símbolos de Bonito, un lugar encantador y con un halo mágico, con un pozo colorido como recompensa de la expedición. Luego de descender cientos de escalones (no hay facilidades para personas conmovilidad reducida), observando estalagmitas y estalactitas, se llega al lago azul, cuyo colour azulado puede percibirse todo el año. Según los conocedores, el lago tiene más de 90 metros de profundidad y se han encontrado fósiles muy antiguos en la gruta donde está emplazado.
Ubicado a 23 km del centro de Bonito, Abismo Anhumas también es un lugar impresionante. Mirado desde arriba es impensable que una pequeña grieta en la roca da paso a la inmensidad de la cueva; luego de descender por medio de un rappel eléctrico, se realiza un paseo en bote por un inmenso lago de aguas cristalinas. Si quieres aún más aventura, puedes elegir entre snorkel o buceo, que ofrece una opción de hasta 18 metros de profundidad.
Cómo llegar: Los mejores meses para ir a Bonito son de abril a octubre, pero conviene planificar con tiempo, ya que es un destino donde los servicios de apoyo (guías, transporte, excursiones) son fundamentales para disfrutar el paseo. Desde Asunción hasta Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul, son unas pocashoras de viaje en avión.
La ciudad de Bonito tiene su propio aeropuerto que recibe vuelos de los principales aeropuertos de Brasil, incluidos vuelos diarios desde San Pablo. Bonito está a poco más de 300 km de Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul. Desde Campo Grande, es posible utilizar un auto de alquiler, autobús o transporte compartido para llegar a Bonito.
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