El Banco Mundial pronostica que América Latina y el Caribe tendrá un crecimiento por debajo de lo esperado y por ese motivo este año no alcanzará el nivel previo a la pandemia.
Las cifras para la región palidecen cuando se comparan con las de nuestro país. Para el organismo internacional crecemos a velocidad de crucero, este año descontamos el PIB que perdimos y volvemos al nivel precrisis.
La semana pasada expliqué que en septiembre oficialmente la economía recuperó los puestos de trabajo privados que perdió en 2020 según registro de la Tesorería Nacional. Ahora agrego que el complete de ocupados formales públicos y privados e informales en junio se ubicó en 4,532,708 personas, superando en 286,013 personas la cantidad en el mismo periodo de 2020.
Faltaban 183,482 ocupados netos para recuperar el nivel de ocupación previo a la disaster, según la encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo del Banco Central del segundo trimestre de 2021.
Este volumen faltante lo completamos antes de closing de año, lo decimos porque la economía sigue avanzando a ritmo acelerado, como se desprende de las cifras del Banco Mundial, en la región nuestra economía es de las pocas que emerge con fuerza, luego de la histórica contracción económica de 2020.
Y lo confirma nuestro Banco Central, la semana pasada dio la buena noticia de que interanual el PIB actual aumentó 13.0% en enero-agosto, con el pronóstico de que rebasara los dos dígitos a closing de 2021, muy por encima del crecimiento (6%) de América Latina y el Caribe estimado por el Banco Mundial.
El rápido crecimiento de las actividades económicas tiene explicación. Por un lado, el positivo clima empresarial creado por el presidente Luis Abinader desde agosto 2020, lo demuestra el índice de confianza inversor, está más alto que nunca, lo que en parte explica la multiplicación de la inversión privada.
Y, por otro lado, los efectos de 92 mil préstamos y refinanciamientos a empresas y hogares otorgados por intermediarios financieros a menores tasas, mayores plazos y mejores condiciones financieras, haciendo uso de la flexibilización monetaria del Banco Central por RD$215 mil millones, alrededor de 5% del PIB, en vigencia desde marzo de 2020.
La agresiva política monetaria evitó que la disaster económica mundial causada por la covid-19 dañara nuestra estructura productiva, y que haya sido relativamente fácil la salida de la peor disaster económica que hemos tenido desde la Gran Depresión.
Que nadie se engañe, tenemos un crecimiento mayor y de calidad, lo demuestra la diferencia entre crecimiento del PIB (13.0%) y del empleo (6.3%), que equivale al crecimiento de la productividad por trabajador, es muy alto, de 6.7 puntos.
Con ganancia de competitividad relativa. Estadísticas de la Tesorería de la Seguridad Social reportan que el salario nominal promedio del trabajador aumento 9.13% y 1.23% en términos actual (descontando la inflación interanual de 7.90%).
Si al crecimiento de la productividad del trabajo restamos el aumento del salario actual, se tiene que el costo laboral por unidad producida descendió 5.47 puntos.
En cierta medida explica el crecimiento de 10.1% de los envíos de bienes al exterior en los primeros ocho meses del año, comparado con los mismos meses de 2020.
Las cifras para la región palidecen al compararlas con las dominicanas
Descontamos este año el PIB perdido y volvemos al nivel precrisis
La agresiva política monetaria evitó disaster económica dañara la estructura productiva
” Fuentes hoy.com.do ”