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La colección, cuya presentación va acompañada de un vídeo que, sin incluir ni un solo producto ni tan siquiera el emblem de la firma, tiene como única misión provocar ‘buen rollo’ en el espectador a través de imágenes y sonidos pensados para esa función, es una mezcla entre códigos formales e informales. Las prendas vaqueras, la sastrería de generosas proporciones e incluso los chándales noventeros se mezclan con vestidos fluidos y metalizadas botas de puntera afilada.
” Fuentes smoda.elpais.com ”
