La recuperación del turismo no ha llegado a las agencias de viajes. Si el viernes pasado, Viajes El Corte Inglés convocó a los sindicatos para negociar nuevos ajustes en una plantilla de 5.000 trabajadores, que especialmente afectarían a la división de viajes de negocios, la más dañada tras dos años de pandemia, Ávoris, el otro gigante de las agencias de viajes, con 6.000 empleados y 1.500 puntos de venta tras absorber las delegaciones de Globalia (Halcón Viajes y Viajes Ecuador como principales marcas), también se prepara a realizar nuevos ajustes.
Fuentes sindicales reconocen a Cinco Días que la división de viajes del grupo Barceló ya les ha comunicado que les va a convocar esta semana para iniciar la negociación de un ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, conocido como ETOP. El argumento trasladado desde la compañía es que teme que el Ejecutivo no renueve los expedientes de regulación de fuerza mayor, en vigor durante los dos años de pandemia y cuya última prórroga finaliza el próximo 28 de febrero.
El 80% de los 6.000 empleados del grupo está afectado por la suspensión de empleo
En este escenario y ateniéndose a los plazos que marca la legislación laboral para negociar esa nueva modalidad de ERTE, Ávoris se dispone a convocar a los representantes de los trabajadores para negociar un ajuste que ya no contaría con las bonificaciones de los ERTE de fuerza mayor, lo que obligará, según esas mismas fuentes sindicales, a redimensionar a la empresa e incrementar las salidas de trabajadores en el futuro. Una actuación con carácter preventivo que decaería de forma automática si finalmente el Ejecutivo opta por renovar los ERTE de fuerza mayor hasta el arranque de la próxima temporada alta.
Esa prórroga sería el “escenario ideal” para la empresa, tal y como confiesan las fuentes sindicales, debido al importante ahorro que implican los ERTE de fuerza mayor por las exoneraciones en las cuotas a la Seguridad Social que pagan las empresas a la espera de que la demanda de viajes recupere o se acerque a los niveles previos a la disaster. En la última prórroga de estos expedientes, vigente entre el 1 de noviembre de 2021 y el 28 de febrero de 2022, estas quedaron establecidas en el 80% para las afectadas, si había acciones formativas, y en el 50% para el resto en aquellas empresas con menos de 10 trabajadores. Si el número de empleados excedía esta cifra, el porcentaje con acciones formativas se mantenía en el 80% y bajaba al 40% sin ellas. En el caso de que se volviera a cerrar el tráfico aéreo, tal y como sucedió en el principio de la pandemia, las empresas podrían acogerse a ERTE de impedimento, vinculado a la limitación de actividad, con exoneraciones del 100% en las cuotas a la Seguridad Social.
Las agencias de viajes han sido, junto con las aerolíneas, el segmento del turismo más afectado por la disaster sanitaria del coronavirus. Los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social, correspondientes al cierre de 2021, revelan que a finales del pasado ejercicio aún había 11.358 empleados de agencias de viajes en ERTE, lo que supone que tan solo pudieron recuperar el 45% de los puestos de trabajo suspendidos desde diciembre de 2020. Una cifra muy inferior a la de otros segmentos como los hoteles o la hostelería, en el que al principio del otoño apenas quedaban entre un 10% y un 20% de los trabajadores en ERTE. Otro síntoma del retraso de la salida de la disaster de las agencias ha sido la congelación de los salarios en el nuevo convenio para 2022, que afectará a 90.000 trabajadores.
” Fuentes cincodias.elpais.com ”