El desembarco del avión venezolano con tripulantes iraníes es evaluado en reserva por sectores del Estado argentino como una operación de inteligencia. Descartadas desde las más altas esferas del Gobierno las versiones de que podría haberse tratado de una amenaza terrorista, la del espionaje sí es una hipótesis que manejan fuentes de seguridad que están al tanto de la operación y activadas por los siguientes interrogantes: ¿a qué vinieron los tripulantes del avión de carga? ¿se corresponde el costo del traslado de ese avión con el valor de la carga transportada? ¿Las aeronaves de carga hacen viajes a pérdida?
Se trata de una de las hipótesis que sigue una de las fuerzas de seguridad directamente involucradas en la trama del avión de la empresa Emtrasur.
Pese a ello, las fuentes oficiales de la Casa Rosada negaron ante La Nación las versiones sobre las posibles operaciones de inteligencia y mantienen el discurso esgrimido en público por el ministro del Inside, Aníbal Fernández, el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, y el jefe de Gabinete, Juan Manzur.
“Una operación de inteligencia es una operación de largo plazo. ¿Tal vez vinieron a ver cómo era el aeropuerto?. ¿Buscaban algún tipo de relaciones? ¿Probaban cómo es la carga?. ¿Hacían un chequeo de ruta?”, se preguntó una de las fuentes del caso que intervino pocas horas después de concretarse el arribo de la aeronave, que quedó incautada por la justicia federal de Lomas de Zamora, que investiga presuntos nexos con organizaciones terroristas.
Pese a ello, en el Gobierno argentino no hay una única lectura del tema. Rossi aseguró ayer que no hay indicios de que sea una alerta terrorista. “No hay ningún dato que permita afirmar que hay una amenaza terrorista. El motivo del viaje del avión está justificado, el contrato está en orden”, dijo en radio El Destape. “Las agencias del Estado han actuado correctamente. No hay ninguna objeción”, sostuvo el funcionario, que en las horas previas había sido criticado tras decir en una entrevista televisiva, sin pruebas, que los iraníes eran instructores de vuelo de los venezolanos.
Sobre el origen de la información del avión y en medio de distintas versiones que dan cuenta de que la Argentina habría sido alertada de la llegada de la nave por parte de otros país, las fuentes consultadas aseguraron que “había información”, pero “nada sistematizado” y aseguraron que recién entre el 7 y el 8 de junio, uno y dos días después del arribo de la nave a suelo argentino, “empezó a llegar información de otras agencias”.
“Se sabía que había elementos que fueron sospechosos, se los investigó exhaustivamente, se repasó plan de vuelo, tripulación, se pasaron perros para detectar drogas o explosivos, lo que fue descartado. Se cumplieron todos los pasos para un procedimiento de rutina. Estamos tranquilos porque se hizo todo dentro de los parámetros habituales”, completaron en defensa del operativo fuentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que depende del Ministerio de Seguridad.
En el Gobierno, sin embargo, juraron que no hubo avisos de otros países o agencias, pero hay quienes evaluaron que la AFI “jugó mal” y que “no le dieron trascendencia” o que “subestimaron el tema”. A su vez, hay quienes dentro del oficialismo cuestionaron que la AFI no tuviera una actuación primaria.
Parte de la expectativa de conocer más sobre los tripulantes está puesta en el análisis que se llevará adelante sobre los elementos secuestrados en el allanamiento al lodge en el que se alojan. “Hay que ver qué aparece en los teléfonos secuestrados y con quién se vincula esta gente”, explicaron fuentes al tanto de la investigación. Las expectativas son moderadas. En rigor, nadie cree que haya rastros allí.
Por estas horas y mientras la mayor atención se concentra en los tripulantes iraníes hay quienes hacen una lectura más amplias sobre los hombres que hoy están bajo la mira del juez Federico Villena.
“La marca se la están llevando los iraníes, pero Venezuela no está fuera del radar”, dijo un funcionario de una fuerza de seguridad.
Las diferentes dependencias del Estado que intervienen en el caso quedaron bajo la lupa. Desde el oficialismo, en tanto, señalaron a la oposición.
“No hay opción que les pudiera convencer. Sea que los dejamos ir porque los dejamos ir, así como si se quedaron, porque se quedaron”, deslizaron.
“De cualquier modo dirían que es un escándalo”, agregaron.
A la oposición también la apuntaron por la filtración del caso, que en los primeros días se mantuvo en reserva. Ante el eventual escenario de que los iraníes y venezolanos pudieran seguir viaje, la dimensión que tomó el episodio y los señalamientos de la oposición complicó las probabilities de conocer más sobre sus actividades y funciones, remarcaron desde el oficialismo.
” Fuentes www.elpais.com.uy ”