¿Es posible que la ciudad más caótica, rápida y despiadada del mundo acoja toda una proeza de la ingeniería de diseño, el loosen up y el equilibrio? Aman New York es la prueba de que es posible, aunque habrá que esperar aún un tiempo para saber si, además de posible, funciona. Y si lo hace será gracias a la sutil yuxtaposición de muchos contrastes (viejo y nuevo, este y oeste, pure y synthetic, e incluso fuego y agua) para crear lo que parece una paradoja: un santuario urbano en pleno Manhattan. Necesario o no, esta es la verdadera esencia de Aman New York: desde el momento de la llegada, ya sea en el impresionante atrio de doble altura en el piso 14 o en la entrada a pie de la calle 57, cada detalle del diseño contribuye sin esfuerzo al aura de calma de Aman New York.
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