Puede ser que desde la otra punta del planeta no sepan donde está Las Palmas de Gran Canaria, o las Dunas de Maspalomas o el Roque Nublo, pero hay pocos amantes del ‘bodyboard’ que no conozcan la localización de El Frontón. En medio de fincas de plataneras, entre los barrios grancanarios de Caleta de Arriba y El Agujero, se forma la mejor ola del mundo para el ‘bodyboard’ (deporte acuático que se practica con el cuerpo pegado a la tabla). Solo las más codiciadas tienen nombre, y la ola de El Frontón se ha ganado su propio apelativo: La Bestia.
Cuando un ‘rider’ entra en un tubo se contiene el aliento, se corta el aire. Hasta verlo salir, todos los ojos están fijos en esta fiera de agua. Y antes que la espuma, una acrobacia rompe el silencio, y los gritos se escuchan desde mar adentro. El Frontón es ‘bodyboard’ en estado puro.
Cada año miles de surferos y surferas entrenan su talento en una mole de agua que ruge con su propio aliento, en la ola más potente del mundo y una de las más peligrosas a la que solo le plantan cara los más valientes.
Nacida de una baja volcánica, cuando la ola recoge, la potencia de ‘La Bestia’ pone los pelos de punta. Es en sus aguas donde se plantea el duelo que decide quiénes son los mejores ‘riders’ del mundo. El Gran Canaria Fronton King coloca a este pequeño reducto de Gáldar en el epicentro del campeonato internacional de ‘bodyboard’, cita que cierra el circuito mundial del IBC World Tour.
Desde Hawái, Sudáfrica, Australia, Islas Reunión, Chile o Perú, ser el rey o la reina de El Frontón no solo implica vencer esta ola para conquistar la corona más codiciada del mundo; también implica levantar un racimo de plátanos, un homenaje al lugar que ejerce de guardián para ‘La Bestia’.
La Cícer, meca del surf
La historia de Gran Canaria no solo la escribe el ‘bodyboard’, las tablas son protagonistas en varios puntos de la isla. Antes se construían artesanalmente aprovechando los restos de los barcos, también hubo una época en la que solo había una tabla para varios surferos, que esperaban impacientes su turno desde la orilla. Los más veteranos recuerdan varias décadas de un surf cambiante y transformador, movido por las olas que les engancharon desde niños. «Es una manera de vivir», señalan.
La adrenalina es un deporte internacional, y La Cícer hace medio siglo que se ganó́ su espacio como meca del surf.
La zona de La Cícer, en Las Canteras, recibió su nombre en 1928 con la ‘fábrica de la luz’, aunque pronto perdió su protagonismo industrial para convertirse en uno de los rincones favoritos para el surf internacional. Libre del abrigo del rompiente de ‘La Barra’, La Cícer es punto de encuentro de surfistas llegados de todos los rincones del planeta, y lugar de aprendizaje de la cantera de grandes y pequeños amantes de las olas.
En los años 70 La Cícer fue el Hawái del Atlántico, y gracias a una flota de surferos que veraneaban en las islas y locales decididos a ponerlo en valor, se creó el Club de Surf Canarias Guanarteme, y desde este colectivo los canarios se impusieron como campeones sin rival.
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Mojo Surf. C. Perú, 20, Las Palmas de Gran Canaria
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Surf Time. C. Lepanto 10, Las Palmas de Gran Canaria
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OceanSurf. c. Numancia 47, Las Palmas de Gran Canaria
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Amaury Academy. Gáldar
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Canary Wave Surf. Centro Comercial Oasis, Paseo del Faro, 1, Maspalomas
Aprender a surfear en La Cícer es un clásico, y la ola urbana más famosa viste de tablas el horizonte de la capital grancanaria desde el amanecer hasta que cae el sol. En Gran Canaria hay espacio para todos los niveles y en la isla, las escuelas de surf están capitaneadas por campeones históricos.
El mar de los surfistas
Hay quien hace la maleta pensando en las gafas de sol, el traje de baño y la ropa para ir a la playa, y hay quien la hace reservando hueco para un neopreno y unas aletas. En Gran Canaria ambos visitantes tienen cabida.
Con 236 kilómetros de olas para conquistar, Gran Canaria es y ha sido siempre un lugar de peregrinaje de los amantes del mar, la isla que enamoró a la escritora Agatha Christie, con una faceta surfera menos conocida, y es refugio del 42 veces campeón del mundo de windsurf Björn Dunkerbeck, entre otros grandes nombres de ayer y hoy.
Canarias es la comunidad española con más surfistas federados, más de 10.000, con más de cincuenta clubes activos y es una parada obligatoria de los circuitos nacionales. Estos números son gracias a una veintena de spots para conquistar las olas, algunos internacionalmente conocidos, otros escondites casi vírgenes donde los surferos son los auténticos protagonistas.
En Meloneras, los más nuevos sobre las olas pueden estrenarse con sus primeros paseos por las crestas en sus mansas aguas, pero también hay olas más atrevidas donde poner a prueba lo aprendido. Desde la joya natural de El Confital en Las Palmas de Gran Canaria, las siempre soleadas Salinetas o Playa del Hombre en Telde, las atrevidas crestas de Bañaderos y El Puertillo en Arucas, o las olas imprevisibles de San Felipe o Playa de Vagabundo en Guía… Gran Canaria también se puede pasear de punta a punta sobre una tabla.
” Fuentes www.abc.es ”