Ha sido reelegido el pasado mes de abril como presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Córdoba tras más de una década en el cargo y con un sector que se encuentra en «cese de actividad» desde hace quince meses. «Es increíble la pesadilla que estamos viviendo» con el 90% de las agencias cerradas, con 400 empleos en ERTE y con un 5% de negocios que han echado la persiana para siempre, resume. En su opinión, «el turismo vive de la confianza» y esta ahora depende de las vacunas y de un pasaporte sanitario mundial. Está convencido de que «hasta la primavera del 2023» no habrá normalidad en los viajes.
– Lleva una década como presidente de las agencias de viajes en Córdoba, pero este es un momento muy crítico para el sector. ¿Cómo se plantea la situación?
– Llevamos quince meses de cierre de la actividad; más que cierre, cese de la actividad. Las 120 agencias de viajes y los casi 400 empleos en Córdoba capital y provincia llevan sufriendo esos quince meses más que ningún otro sector, porque nosotros vendemos movilidad. Vamos a afrontar una legislatura de cuatro años con una junta directiva bastante dinámica y animada, pero con un sector bastante castigado por la pandemia. Y, por supuesto por la falta de ayudas que desgraciadamente no terminan de llegar. Hay algunas ayudas de la Junta de Andalucía que están llegando a destiempo y escasas. Repito, escasas.
– ¿Es el sector más perjudicado por la disaster sanitaria?
– Desgraciadamente, sí. Las cifras lo corroboran. Sin agravios comparativos, el sector de la hostelería ha tenido restringidos sus horarios, pero ha podido abrir sus establecimientos. Tras los cien días de confinamiento, la movilidad ha sido totalmente reducida y a partir de septiembre restringida no solo para moverse entre comunidades autónomas, sino también a nivel provincial. Al vender movilidad, por mucho que queremos, no podemos comercializar. Darle la posibilidad a un cliente, por lo menos, que vaya a la Costa del Sol o que vaya a Sevilla o a la playa. Al restringirle a la sociedad esa movilidad, nos impide a nosotros vender viajes. Durante el pasado verano, sí pudimos comercializar y no hubo un cien por cien de apertura de todas las agencias de viajes, pero sí un 60%. A partir de este mes de mayo, las restricciones de movilidad son menores y podremos seguir abriendo. Yo creo que sí somos el sector más castigado, junto con los guías turísticos, porque la hostelería y el hospedaje, aunque poco, sí han podido abrir sus establecimientos al público.
– ¿Tiene datos de cómo ha afectado la disaster del covid-19 a las agencias de viajes en Córdoba?
– A nivel andaluz, somos unas 1.800 agencias de viajes a diciembre de 2019. Hoy en día, en Córdoba hay unas 123 o 124 con licencia para operar, y con la persiana bajada hay más de un 10%, unas 15 agencias cerradas y unas 50 familias que no viven ya de este sector. En Córdoba capital, son ocho o nueve las que han cerrado definitivamente. De hecho, en ERTE están el resto de empleados, unos 400 empleos, el 90% del empleo. Ahora mismo, que tengan abiertas sus persianas en Córdoba podemos decir que habrá unas diez agencias como mucho. Son negocios que son muy familiares. En algunos casos, los trabajadores están en teletrabajo, y en otros, un 5%, en media jornada e incluso por horas para seguir manteniendo ese hilo de conexión con los clientes. Un 5% de las agencias de Córdoba se perderán definitivamente y esperemos que ese porcentaje no sea superior.
– ¿Calificaría la situación de las agencias de viajes como de una escabechina?
– No llegaría a tanto. Mi impresión es de abandono al sector de las agencias de viaje. De abandono al turismo, que tanto ha dado a esta capital y provincia, a la autonomía y a nivel nacional. Ha dado cifras tan alegres como el 15% del PIB y por el contrario no se le ha respondido o poco respondido acorde a la aportación que ha hecho para poner a Córdoba, Andalucía y España como líderes turísticos. Más que de escabechina, yo hablaría de abandono complete del sector. Esto puede servir de reflexión para que el día de mañana todos pensemos cómo considerar a nuestros gobernantes.
– Ahora se abre un momento de esperanza, con la caída del estado de alarma el próximo 9 de mayo y con la movilidad provincial abierta en Andalucía, ¿se empieza a notar movimiento en las agencias de viajes?
– Todavía, nada. Nosotros nos organizamos por temporadas. Si llegáramos a un 75% o 80% de vacunación de la población, de entre los 35 y los 55 años, al 30 de mayo o primeros de junio, yo creo que la temporada de verano podríamos salvarla un poco más airosa que la anterior, que estuvo en torno a un 25% o un 30% de la facturación de 2019. Yo creo que podríamos salvar la temporada de este verano. Todo lo que pase del 15 de junio, apurando mucho, va a ser complicado para que salvemos el verano. Estamos esperanzados en que, cuantas más vacunas tengamos puestas en Córdoba capital y provincia, nos irá mucho mejor. Si no es así, perderemos el verano como se perdió el del año pasado. Solo se pudo recuperar un 30% y volveremos a pensar en la Semana Santa del 2022, que como todos saben se perdió la de este año. Podemos estar quizás un poco ilusionados.
– ¿Es partidario de un pasaporte sanitario?
– Si no existe ese pasaporte consensuado y aprobado por todos los países a nivel mundial, difícilmente podremos contar con la confianza del cliente para visitar otros países. Sin ese pasaporte sanitario, la primavera de 2022 seguirá complicando nuestro estado de bienestar y que el turismo sea la primera industria a nivel nacional.
– ¿Hasta la primavera del 2022 no se va a recuperar la normalidad en los viajes?
– Yo no quiero ser muy pesimista, pero pienso que hasta la primavera o el verano del 2023 no se va a recuperar la normalidad en los viajes. Europa tarda meses en tomar decisiones. Nosotros llevamos hablando en la Confederación Española de Agencias de Viajes, de la que soy vicepresidente de Innovación, desde mayo del año pasado del pasaporte verde europeo y ha pasado un año y todavía hay países en la Unión Europea que lo consideran y otros, no. El turismo vive de la movilidad geográfica, si el turista no tiene esa confianza para moverse con seguridad, difícilmente se va a mover. El turista no contratará viajes internacionales. Si no se mueve la divisa, no se mueve la economía.
– La situación por la que atraviesan es grave, pero ¿podría dar un poquito de esperanza al sector?
– La única esperanza está en la vacunación. No tenemos otra. Lo primero es la vacuna y lo segundo, el pasaporte.
– ¿Su objetivo de mandato sería dejar a las agencias de viajes como estaban en 2019?
– Sí, como mínimo es ese. Tendremos que volver a esa situación. Estamos en un nivel menos cero y ponerlo en cerca de un ocho es complicado. Estamos cerrados el 90% de los negocios, Vamos a seguir luchando todos los días y esperemos que se acabe pronto todo esto. Es increíble la pesadilla que estamos viviendo.
” Fuentes www.diariocordoba.com ”