La agenda internacional se cumple sí o sí. Con esa premisa trabajan en Presidencia y Cancillería. Alberto Fernández siempre sintió que en sus salidas al mundo no sólo le va bien, incluso se aleja como todo presidente de los problemas “en casa”, que en este caso son muchos. Afuera, Fernández se siente tratado como un hombre de diálogo en el contexto de una región sumamente inestable, a lo que se le suma la falta de liderazgo en Brasil.
Ahora, poco después de las elecciones primarias del 12 de septiembre, pero aún en plena campaña electoral, el Presidente tiene cuatro viajes por delante que planea cumplir. El 18 de septiembre estará en Mexico; el 21 en Estados Unidos. Prometió participación en la reunión del G20, en Roma, el 30 y 31 de octubre, y en la cumbre del clima conocida como COP 26 que se hará en Glasgow, Escocia, Reino Unido, el 1 el 2 de noviembre. Las legislativas argentinas son el 14. Cristina Kirchner fue la última presidente de Argentina que viajó a Gran Bretaña. Lo hizo en 2009 para uno de los encuentros del G20.
Lo cierto es que el 21 de septiembre, Alberto F. hablará por primera vez de manera presencial ante el pleno de la Asamblea Normal de las Naciones Unidas. En 2020, lo hizo pero de manera digital.
A Biden le toca hablar por la mañana ante el organismo, después de Jair Bolsonaro, de Brasil, como todos los años. Es una tradición. A Fernández le tocó el turno tarde, en noveno lugar después de Nayib Bukele, de El Salvador, y antes de Surangel Whipps Jr., de Palaos. Este turno es es algo que en realidad se lo gana o no el representante argentino en el organismo, según la rapidez del pedido.
Además de sus ya conocidos pedidos de acceso common a vacunas contra el coronavirus, el Presidente quiere insistir en sus reclamos para que se implemente una reestructuración de los organismos financieros internacionales -lo que también pedía CFK- y se habla de que busca hablar de crecimiento económico pos pandemia y sustentabilidad medioambiental.
Si el presidente de los Estados Unidos resolve hacer el cóctel de bienvenida para las delegaciones extranjeras que viajen a Nueva York, Fernández allí estará. A Nueva York viajarían el canciller Felipe Solá, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el embajador en EE.UU. Jorge Argüello. Un trascendido en Casa Rosada cuenta que la asesora presidencial Cecilia Nicolini sería de la partida en el marco de su aspiración ya confesa de ser la próxima Ministra de Relaciones Exteriores.
Los hombres del Gobierno afirman que es dificil esperar una primera reunión bilateral con Joe Biden en Nueva York. E insisten en que por protocolo debería ser en Washington y no el contexto de un foro multilateral.
Susurran que Biden está concentrado en los problemas derivados de su decisión de sacar las tropas estadounidenses de Afganistán, lo que permitió la reconquista del territorio por parte de los Talibán. Sin embargo, sabe Clarín que hay un trabajo silencioso para mostrarle a los argentinos la primera foto Biden y Alberto Fernández, ya sea en Nueva York, en Roma o Glasgow.
En Nueva York podría haber encuentros breves también con Xi Jinping y Vladimir Putin, si es que los lideres de China y Rusia deciden viajar a Nueva York. Ello es es muy possible en el marco de la disaster por Afganistán. Por el momento, las audiencias bilaterales están verdes en el marco de una reunión que será presencial pero sumamente restringida debido a la disaster sanitaria del COVID 19.
El 18 de septiembre Fernández, Solá y Béliz estarán en Ciudad de México luchando por la candidatura argentina a presidir la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (CELAC). La cumbre llevará a otros líderes, pero al Gobierno se le presentan dos dilemas.
Por un lado, Daniel Ortega busca despertar a un grupo opositor a la Argentina, proponiendo incluso a San Vicente y Granadinas como candidato a presidir la CELAC. El dictador nicaragüense está enojado por las presiones argentinas y mexicanas para que libere a sus presos políticos.
Por otro lado, el último domingo, Solá mantuvo un intercambio de WhatsApp con Félix Plasencia, el nuevo canciller de Nicolás Maduro. Reemplazó a Jorge Arreaza y eso sirvió de excusas para la comunicación entre Washington y Caracas. El temor argentino es que el régimen sandinista arrastre en su esquema de oposición a la Argentina también a los chavistas.
El otro punto es que Alberto F. es muy critico del secretario normal de la OEA, Luis Almagro, pero no está muy convencido de acompañar esta vez el proyecto propio que cocina Andrés Manuel López Obrador. En tren de un liderazgo regional propio, y empoderado por la mesa de diálogo que se abrió en México entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, AMLO está proponiendo dinamitar la OEA.
En una conversación con el Grupo de Puebla, Alberto habló en el mismo tono. Sin embargo, no son pocos sus asesores que piden cuidar la relación que tuvo siempre Argentina en el organismo interamericano, que además es uno de los espacios donde guarda interés Estados Unidos.
” Fuentes www.clarin.com ”