Me parece que por complicada, difícil, larga o corta que pueda ser la respuesta, siempre debe haber tiempo para responder. Un simple, “no está en mis manos señor” o un ” lo lamento, pero no puedo “, son mejores que el total y absoluto silencio por respuesta. Hay personas sin compromiso porque ni nos conocen, que no contestan, otras que conociéndonos tampoco lo hacen, sus razones tendrán, pero que mal se siente; otros que siendo amigos, también se atreven al desaire, ese duele y también molesta y otros que son los campeones de la no respuesta, del desaire y el abandono son los políticos y funcionarios que olímpicamente valiéndoles madre, porque se sienten superiores, con el “escudo falso” de que están muy ocupados, simplemente nos ignoran. El desaire de los políticos, excepto cuando están en campaña, es amplio, generalizado y universal, sienten que el mundo no los merece.
Son irresponsables, mal educados, majaderos y arrogantes.
Hay sus honrosas excepciones claro, y para ellos, mis respetos. A los políticos que me contestan, hasta para decir, disculpas, pero no puedo, mi admiración y respeto, lamentablemente son poquísimos.
Parece que todos llegan con su instructivo bajo el brazo, que en letras rojas dice: ” no respondas” ” no te comprometas ” ” siempre di, lo voy a intentar, pero no prometo nada ” y, de preferencia mejor ni tomes llamadas. Correspondencia, contesta la mínima y solo si tiene sello de recibido porque estás exigido por la Ley…
Y así, los ciudadanos de todos los niveles vamos sintiendo el desaire cotidiano de políticos y funcionarios.
Como dije, hay honrosas excepciones, entre ellas nuestra Gobernadora Mara Lezama y mi amigo el Secretario Bernardo Cueto, entre otros, pero en su mayoría, de acuerdo al viejo estilo de la política mexicana, que hoy está cambiando paulatinamente, se caracterizan por la NO respuesta, que es igual a ignorarte.
Pero dejemos a parte a los políticos, campeones del desaire por su mala educación y vayamos a la gente común y corriente qué cuando no tiene una explicación a su falta o a su incumplimiento, simplemente opta por no contestar, por hacer caso omiso.
Me parece que debemos educar a nuestros hijos y nietos, en la ciencia, en el arte, del respeto por todos y de tener la dignidad, el tiempo y la cortesía de responder los mensajes, las cartas (cada vez menos existentes), las llamadas y por supuesto en nuestra nueva era los WhatsApp.
Reciban desde aquí mis ocho lectores, mis consideraciones, reconocimiento y respeto para quienes contestan, responden y son empáticos o asertivos con los emisores de quienes les escriben.
Y Reciban también la más estruendosa trompetilla con aliento de ajos y cebollas todos los mal educados que se quedan en silencio, empezando por políticos y funcionarios de TODOS los niveles, alcurnias y partidos, aunque esté quedando solo uno.
Al Buen Entendedor…
Mi mail, por si acaso…
Si lo respondo ehh..