Un vasto océano rosa y naranja se extiende en los campos de Aitona con la llegada de la primavera. En este pueblo de Lleida, los árboles frutales en flor crean este colorido espectáculo visible, uno de los más bellos de Cataluña y de toda España.
Aitona es un pequeño pueblo de apenas dos mil habitantes situado en la ribera baja del río Segre. Se dedica principalmente a la agricultura con el cultivo de olivos, almendros, trigo y cebada, pero son sus árboles frutales los que se llevan la palma. Desde finales de febrero y a lo largo de marzo, con la llegada de la primavera, estos árboles ofrecen un mágico paisaje que no tiene nada que envidiar a los famosos cerezos en flor japoneses o los campos de lavanda de la Provenza francesa.
Se trata de árboles de melocotones, cerezas, nectarinas, peras, albaricoques y membrillos, que producen anualmente más de 150 millones de kilos de estas frutas variadas. Y así, podrás disfrutar de las diferentes tonalidades de las flores de cada especie de árbol, aunque el shade principal siempre es el rosa en sus diferentes variantes con toques naranjas y blancos.
Si uno prefiere ir por libre, hay muchas rutas para deleitarse con este paisaje y perderse por sus caminos, desde paseos a pie, en bicicleta o incluso en globo para tener una vista completa de los campos.
Además, el propio pueblo de Aitona organiza rutas guiadas para que todos los visitantes puedan disfrutar de esta experiencia en todo su cromático esplendor. Se trata de una campaña turística bautizada como Fruiturisme, que este 2021 ya ha recibido a sus primeros visitantes, siguiendo las medidas de seguridad por la covid-19. La ‘Ruta del árbol frutal’, una de las rutas más sencillas, parte del pueblo para visitar las plantaciones cercanas a este y recorre toda la huerta y una parte de la ribera de Segre.
Pero si quieres ver el paisaje desde más altura, la segunda opción, la ‘Ruta de Sierra Brisa’, permite contemplar una vista panorámica del paisaje agrícola de Aitona subiendo a las colinas y cerros situados junto al pueblo. En este segundo recorrido también podrás visitar la Ermita de San Juan de Carretalá, construida en el siglo XIII bajo un estilo románico. Y es que desde allí es donde se ven las mejores vista panorámicas de este océano rosa.
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”