La institución que preside Christine Lagarde logra una cobertura para los gastos por cualquier incidente en el que pudiera verse envuelta la plantilla y los colaboradores (becarios, asistentes y personal de apoyo) enviados por el BCE en viajes de trabajo. El nuevo blindaje se extiende hasta el 31 de diciembre de 2025, con posibilidad de ampliarlo un año más si ambas partes están de acuerdo cuando llegue la fecha de vencimiento.
El BCE volvió a sacar a concurso el contrato en verano del pasado año y no fue hasta abril cuando se resolvió en favor de las dos aseguradoras estadounidenses. El proceso no ha sido para nada sencillo para la autoridad monetaria, que preveía recibir hasta cinco ofertas por parte de las entidades para esta licitación y, sin embargo, a sus oficinas sólo llegó una.
En el anterior concurso, en el que AIG y Cigna también se hicieron con la licitación, la autoridad monetaria recibió hasta tres ofertas diferentes. Entonces, la adjudicación terminó cerrándose por 200.000 euros.
El coste final de la cobertura es más elevado incluso de lo que el BCE preveía, pues en un primer momento el concurso se lanzó con un presupuesto estimado de 300.000 euros. Pese a ello, la institución europea anticipaba en todo momento que la tarifa era negociable en función de las ofertas presentadas.
Criterios
A la hora de seleccionar a quién concederle la gestión de su seguro de viajes, el proceso siempre ha tenido muy en cuenta el coste. En los criterios de selección, de hecho, el precio de la póliza otorgaba el 60% de los puntos de la licitación, siendo las coberturas y la calidad del servicio el 40% restante.
En la oferta presentada no se detalla el reparto de tareas entre Cigna y AIG, pero la primera firma se especializa en seguros de salud y la segunda, en seguros de responsabilidad civil. Esta licitación del BCE no incluye la asistencia médica habitual para los miembros de la plantilla, pues esa cobertura se encuentra recogida en una póliza diferente que, al menos en la actualidad, se encuentra gestionada por Allianz.
Aunque la plantilla cuenta con representación y apoyo en cada banco central nacional, los viajes son habituales entre los trabajadores de la institución comunitaria, que representan los intereses de los 20 países que conforman la zona euro.
Al máximo nivel, los miembros del Comité Ejecutivo están constantemente asistiendo a foros y eventos sobre política monetaria en Europa y, en menor medida, fuera de la región comunitaria. Esta actividad se disparó también a partir de 2014, cuando el BCE adoptó las labores de supervisión bancaria y el tamaño de su plantilla creció exponencialmente, con más de 3.500 trabajadores. El auge de las videoconferencias durante la pandemia, ha causado sin embargo el efecto contrario.
” Fuentes amp.expansion.com ”