Las agencias de turismo le piden al gobierno diseñar e implementar un esquema de incentivos para estimular la ampliación de la oferta de vuelos de cabotaje, el fin de las bandas tarifarias y la reapertura del aeropuerto del Palomar.
Durante la pandemia las aerolíneas fueron las más castigadas. Estuvieron 7 meses sin operar generando pérdidas históricas. Además, en 2020, tres de las más importantes compañías del mercado de cabotaje argentino dejaron de operar: LATAM, Norwegian y Andes.
Piden que vuelva la actividad a El Palomar.
Esto derivó en una fuerte reducción de la oferta de vuelos, lo que significó un importante ajuste del mercado aéreo de vuelos de cabotaje y un aumento de la concentración.
Ante esto, desde FACVE, aseguraron que es necesario “desarrollar un marco de reglas claras y sostenidas en el tiempo que otorguen previsibilidad a los diferentes actores del mercado como forma de alentar nuevas inversiones que permitan un mayor desarrollo de toda la actividad”.
En 2021, la recuperación de la actividad se sintió y se vio impulsada por el programa Pre-Viaje del Gobierno Nacional, que sirvió para motorizar la actividad turística en todo el país.
A lo que se sumó además que casi dos años de pandemia derivaron en la existencia de una importante demanda contenida de servicios de transporte aéreo, que durante los próximos meses continuará impulsando el mercado. “La demanda puede llegar a superar los niveles previos a la pandemia, tal como se observa que está ocurriendo en la mayoría de los países de nuestro continente”, explican desde el sector.
Aeropuerto El Palomar, clave para sumar vuelos.
Para eso desde el sector piden “crear una mesa de diálogo y coordinación en el ámbito del Ministerio de Transporte de la Nación con las aerolíneas que operan en nuestro mercado (y con aquellas que quieran ingresar) para consensuar la determinación de las bandas tarifarias establecidas en el Decreto no 879”.
La medida, establecida por el Gobierno a fin de año, vuelve a fijar tarifas máximas y un sistema de bandas tarifarias para los vuelos de cabotaje, y ordenó al Ministerio de Transporte determinar las bandas en un plazo no mayor a 180 días. El techo tarifario había sido eliminado por la Administración Macri en enero de 2016, mientras que el piso fue derogado en agosto de 2018.
Vuelos de cabotaje
Según los datos recogidos por FECVA, las tarifas de los vuelos de cabotaje en Argentina crecieron muy por encima del nivel de inflación.
Un informe elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba (IIE-BCB) destaca que las tarifas de pasajes de cabotaje aumentaron 114,6% en términos reales (es decir, descontando la inflación) entre noviembre de 2019 y el mismo mes de 2021.
El Palomar, sala de embarque.
Valuadas en dólares, los precios de pasajes aéreos de cabotaje subieron 162% en el mismo período. “Cabe destacar el fuertísimo aumento en dólares que sufrieron las tarifas aéreas de cabotaje en estos dos años, lo que resta sustancialmente competitividad a la Argentina como destino turístico internacional”, explican las agencias.
Por eso desde el mercado turisitico piden “ampliar la infraestructura aeroportuaria para poder incrementar la oferta de vuelos”, con un issue basic para mejorar los precios.
Otro de los pedidos del sector es “Reabrir el Aeropuerto de El Palomar para operar vuelos de cabotaje y desarrollar nuevos centros de conexiones (Hubs) para morigerar costos, mejorar la calidad de las conexiones e incrementar el federalismo”, concluyeron.
Históricamente, el mercado aéreo doméstico argentino “se caracterizó por un menor nivel de desarrollo respecto al alcanzado por muchas otras naciones latinoamericanas. Menos rutas, menos frecuencias, escaso desarrollo de la infraestructura aeroportuaria, menor cantidad de empresas operando y pasajes más caros son algunas de las particularidades de nuestro mercado desde hace varias décadas”, describieron.
El cierre
En diciembre hizo un año del momento en que el Gobierno oficializaba el cierre de El Palomar, un aeropuerto que brotó de manera comercial durante el macrismo y que, desde su génesis como base “low cost”, estuvo marcado por la controversia.
Su funcionamiento apenas superó los dos años y alrededor de su operatoria se entabló una dura batalla entre vecinos, funcionarios y empresas. Unos pedían, justamente, el cierre por considerarlo peligroso para el barrio, otros la continuidad prolongada. Ocurrió lo primero.
Pero lo specific es que una vez consolidado el fin, casi de forma automática emergieron pedidos de reapertura, movilizaciones de vecinos a favor y actos promovidos por la oposición.
En su arribo al poder, Alberto Fernández se encontró con 4 aeropuertos operativos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA): Ezeiza, Aeroparque, San Fernando y El Palomar. El oficialismo, a partir de una evaluación financiera, determinó que sostener el funcionamiento de la terminal -que hoy sirve de base para las aeronaves de la 1° Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina- resultaba caro y poco eficaz en términos de transporte.
Según estimaciones oficiales, El Palomar movía poco más del 7,2 por ciento de los pasajeros aéreos del AMBA. Las “low cost” Flybondi y JetSmart concentraban las operaciones en el aeropuerto y el malhumor trepó rápido en cuanto se conocieron las intenciones del Gobierno previo a la decisión del 14 de diciembre.
En el ámbito del Ministerio de Transporte y los organismos de management de la actividad aérea se mantuvieron firmes. A las aéreas de los vuelos baratos les tocó migrar a Ezeiza y, a partir del segundo trimestre de este año, dieron el paso y obtuvieron avales para operar directamente desde y hacia el Aeroparque porteño.
Abandono en El Palomar.
Un año después, el área retomó su funcionamiento como base aérea, además de brindar sus instalaciones para las actividades de distintas escuelas de vuelo. Muy cerca de los organismos de la actividad aérea indicaron a iProfesional que su pista e instalaciones también son utilizadas para traslados oficiales.
Por supuesto que esto implica un aprovechamiento acotado de las instalaciones promovidas durante el macrismo. En las redes sociales abundan las imágenes que exhiben el cierre y abandono de las salas de pasajeros o el descarte de parte del equipamiento que utilizaron las “low cost”.
“De aeropuerto sólo quedó el cartel. Con el logo de Aeropuertos Argentina 2000. Después no hay más nada”, comentaron a iProfesional desde una aerolínea.
Hoy por hoy, ni JetSmart ni Flybondi ostentan presencia en El Palomar. Ambas compañías siguen readaptando sus operatorias al Aeroparque de Buenos Aires y los reclamos elevados en su momento por la diferencia de tasas y el cambio en los costos operativos fueron mermando hasta directamente desaparecer.
” Fuentes www.iprofesional.com ”