¿Cuántos niños soñaron de pequeño con convertirse en tenistas profesionales? ¿Cuántos se visualizaron levantando el trofeo de campeón de Wimbledon o la Copa de los Mosqueteros de Roland Garros? De esos millones que algún día soñaron con alcanzar la gloria, muy pocos son capaces de ni tan siquiera tener la posibilidad de ser profesionales. Existe, eso sí, un grupo reducido de afortunados que cuentan con la materia prima y el talento suficientes para conseguirlo. Nada de eso importa sin una base sólida de trabajo, además del tesón y el mimo para crear y fortalecer una buen contexto que rodee al jugador.
Hay muchísimas etapas que un jugador atraviesa antes del profesionalismo. El largo viaje se presenta siempre lleno de obstáculos, de hándicaps muy complicados de superar si viajas solo. Pocos lugares mejores para guiar a un tenista que la Academia Equelite, de reconocido valor internacional y por el que transitan jugadores de todo tipo y en diferentes puntos de cocción. No hay mayor prueba de su fiabilidad que esa misma: dar calado a todo tipo de tenistas sin importar en qué etapa de su formación se encuentren. Pero es importante conocer de primera mano los diferentes momentos que un joven tenista se encontrará: qué mejor manera de hacerlo que de la mano de los profesionales, aquellos que en Equelite supervisan a cada tenista con el objetivo de hacerle mejor y de ayudarle a crecer.
“Hay padres que tienen bastante prisa por venir a Equelite, especialmente cuando los chicos juegan bien. Ahí, la Academia les intenta tranquilizar”. Las palabras las pronuncia Iñaki Etxegia, gerente de la propia Academia. Ya saben que las prisas jamás fueron buenas consejeras, y el arrollador ímpetu de los padres puede suponer el primer escollo a solventar en la etapa formativa de cualquier niño. En edades más tempranas, no siempre el talento es el único elemento a tener en cuenta. Arrebatar a cualquier niño, por muy ‘prodigio’ que pueda ser considerado, de un contexto favorable para su formación y crecimiento puede acabar mermando gravemente su confianza. Lo hemos visto, de hecho, a nivel profesional: jugadores que llegaron a la élite muy pronto y que acabaron siendo presas de un entorno completamente tóxico, con nula capacidad para relacionarse socialmente y un futuro destrozado antes de ni tan siquiera llegar a la madurez como jugadores.
“Es mejor priorizar la familia e ir viniendo de a poco que dar ese salto tan pronto”, deja claro Iñaki, que incide en la importancia de que la familia esté plenamente en sintonía y “mentalizada” de cara a dar el siguiente paso. Será un momento muy importante para el jugador, con lo que no debemos acelerar ese paso: si el chico o la chica en cuestión juega al tenis de forma common, con la presencia de amigos a su alrededor y a una distancia relativamente corta de la Academia en explicit, este paso puede esperar hasta que la madurez haga acto de presencia. De hecho, Equelite ofrece diferentes fórmulas para que los más pequeños tengan una primera toma de contacto con la metodología y las posibilidades de la Academia. Esas soluciones, incluso, van enfocadas a la propia presencia de las familias, como los Programas Semanales para familias y grupos o el programa de Corta Estancia.
Una vez el jugador tiene claro que el tenis pasará a formar parte de su vida, siendo ésta una decisión madurada y consensuada con su familia y entorno más cercano, Equelite ofrece todo tipo de herramientas para que su desarrollo vaya más allá del deporte. Esto es más importante de lo que parece: he aquí una etapa que te preparará no solo para cualquier torneo sobre cemento, tierra batida o hierba, sino también para afrontar mejor las relaciones sociales y para aplicar a tu día a día los valores que el deporte puede ofrecerte.
Todo eso, claro, sin dejar de lado los estudios. En este sentido, Equelite ofrece a sus residentes un programa de Escuelas para que el tenis y la formación se vean compaginados, con la posibilidad, incluso, de que los jugadores aspiren a becas en las universidades estadounidenses. No es ningún secreto que la fórmula ganadora en los últimos años es la de recibir una formación multidisciplinar, algo que se sigue aquí al pie de la letra. Pero si hay algo que los propios protagonistas destacan es la cercanía y la sinceridad que reina dentro de Equelite, tanto por los jugadores que forman los grupos de competición como por el propio private.
“La realidad es que Equelite nos dio confianza. Era muy fácil poder dirigirse a cualquier persona de la Academia, ¡independientemente de su puesto en ella! Nos sentimos bienvenidos pero también nos dimos cuenta de que eran sinceros y realistas”, señala Herdev, padre de Emma y Ethan Maan, unos jóvenes jugadores de Singapur de apenas 13 y 17 años respectivamente. Si uno repasa la nómina de jugadores que integran la Academia en sus programas de competición, enfocados ya a la búsqueda del profesionalismo, se dará cuenta de la impresionante y variada nómina de la que dispone. Hoy día, una experiencia inmersiva dentro de un complejo así no ha de ser sinónimo de soledad, algo que tiene muy presente el equipo de la Academia, que atrae a jugadores de todo el mundo y consigue trazar planes de entrenamiento y ejercicios que potencien la convivencia y las relaciones de amistad. Nadie mejor para explicarlo, claro, que la cabeza pensante de este proyecto, un tipo que sabe mejor que cualquiera de la importancia de las amistades dentro del circuito.
“Los chavales suelen ser bastante sociables y se hacen amigos rápido. Con sus cosas, como nos ha pasado a todos, pero siempre, y hacemos hincapié en esto, con respeto. El tener jugadores con pretensiones, niveles y edades similares ayuda a que se sientan acompañados y a la vez motivados a competir y seguir mejorando. Es muy bonito ver cómo crean vínculos muy fuertes que perduran más allá de su estancia en la Academia”, deja claro un Juan Carlos Ferrero que destaca los ejercicios con diferentes chicos de competición como un motor muy importante en la formación del jugador, más allá de elementos más enfocados al uno contra uno, demandados en demasía por los propios padres.
La amalgama de jugadores que componen la Academia abre las puertas a que los propios chicos integren elementos de diferentes culturas, puesto que reciben personas procedentes de todas las partes del mundo. “Ahora considero a muchas personas de Equelite como amigos”, confiesa el propio Herdev, reflexionando sobre la intimidad que se respira una vez se entra en la propia Academia. Una vez llegados a esta etapa, tener un contexto así y formar parte de grupos de amigos es verdaderamente importante: aquellos que consiguen viajar a torneos junior y que, incluso, deciden meterse más adelante en los torneos profesionales, se enfrentarán a muchísimas noches en apartamentos, hostales u hoteles lejos de sus casas, con la presencia de personas que podrían ser extraños y enfrentando situaciones desconocidas. La base adquirida en Equelite, en este sentido, va más allá de lo que te ofrece un ejercicio determinado: potencia tu desarollo private y tu capacidad de responder ante estas situaciones.
Una vez estás listo para dar el salto, habiendo tenido lugar un proceso de cocción importante, la Academia ofrece a muchos de estos chicos la plataforma perfecta, un trampolín en forma de torneos distribuidos por sus instalaciones. Desde eventos junior homologados por la Federación Internacional de Tenis, pasando por circuitos nacionales (como el de MARCA, por ejemplo) y llegando, incluso, a eventos de categoría y prestigio del circuito Challenger, el segundo escalón ATP, los jugadores de competición de Equelite cuentan con grandes oportunidades para desarrollar todo su talento sin tener que moverse de casa. Por si fuera poco, sistemas de análisis como el de Playsight, utilizado por los mejores jugadores del mundo, ayudan a llevar más allá el potencial de un jugador que ya tiene muy claro lo que quiere: triunfar en el mundo del tenis. El último elemento diferenciador, como muchos admiten, es la presencia de grandes y reconocidas estrellas del circuito. “Nosotros conectamos y probamos muchas Academias, muchas tenían grandes entrenadores, pero el ver a Ferrero ahí… luego ves que se interesan por ti y que trabajan todos los aspectos”, confiesa Herdev. Alcaraz, Carreño, Emilio Nava… la nómina es espectacular y puede suponer un estímulo importante para cualquier chico que busque desarrollar su juego bajo una guía o un ídolo en mente.
En conclusión, y como hemos analizado anteriormente, antes de llegar al profesionalismo todas las piezas tienen que caer en su sitio. Desde edades tempranas, tener un sustento de calidad en tu familia y amistades se convierte en un elemento indispensable antes de virar hacia una Academia con las facilidades que ofrece Equelite, que se convertirá en el mejor lugar posible para moldear a un adolescente con una base madura y una mente enfocada en triunfar en el tenis. Por el camino habrá momentos duros, pero la presencia de buenos compañeros y amigos amortiguarán los golpes, y el trampolín de oportunidades a tu disposición en Villena hará que el sueño de aquel niño pueda hacerse realidad.
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