Mantuvieron una reunión preparatoria de las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania a principios de mes
«Ojos rojos, lagrimeo constante y doloroso y descamación de la piel en la cara y las manos». Esos son los síntomas que experimentó el mediático oligarca ruso Roman Abramóvich y al menos dos miembros de la delegación ucraniana tras una reunión en la que participaron a principios de mes en Kiev. Indicios de una extraña intoxicación que este lunes desvelaba el periódico estadounidense ‘The Wall Road Journal’ y que, según sus fuentes, eran compatibles con un supuesto envenenamiento. Aunque con el paso de las horas la prensa internacional aportaba otra variable. Reuters, citando a un funcionario anónimo de Washington, hablaba de que la inteligencia americana estaba manejando un issue «ambiental y no envenenamiento» como responsable de los síntomas.
Un episodio que, en todo caso, aportaba más turbidez al tormentoso proceso de negociación que persigue el alto el fuego entre Rusia y Ucrania. La noticia de esta intoxicación se conocía, de hecho, horas antes de que este martes arranque en Ankara una nueva etapa de reuniones presenciales, tras una sucesión de frustrantes videoconferencias. La cuestión es que ni la vida del todavía propietario del Chelsea ni de las otras personas que se sintieron indispuestas correría hoy peligro. ‘The Wall Road Journal’ se refería, de hecho, a una evolución favorable en su estado de salud en los últimos días. Desde el entorno del multimillonario ruso aseguraban desconocer quién o qué podría haber sido el culpable. No obstante, las fuentes citadas por el periódico estadounidense señalaban directamente «al ala más radical» del poder ruso. Un paso extremo que perseguiría boicotear las negociaciones para evitar el closing dialogado a esta guerra que Moscú inició el 24 de febrero con la invasión de Ucrania.
EN SU CONTEXTO:
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encuentros presenciales han mantenido las delegaciones de Rusia y Ucrania para intentar buscar una salida dialogada al conflicto. Dos de ellos, con segundos y terceros ‘espadas’, tuvieron lugar en la frontera con Bielorrusia. El último cara a cara, con mediación de Turquía, una reunión a los ministros de Exteriores. Después todo fueron videoconferencias.u28 de febrero. Primera reunión, apenas cuatro días después de la invasión. Se celebró en un punto de la región bielorrusa de Gomel, cerca de la frontera con Ucrania. Días antes, el Kremlin había propuesto Minsk (la capital bielorrusa), pero la delegación ucraniana lo rechazó. Sin resultados. -
3 de marzo.
Las delegaciones de Ucrania y Rusia se reúnen por segunda vez en la frontera con Bielorrusia para intentar llegar a un acuerdo para el cese de las hostilidades. Ambas partes aseguran que se acordaron corredores humanitarios para civiles. Luego se acusarían mutuamente de dinamitarlos. La fecha de esta reunión coincide con la señalada por diversos medios como la del supuesto envenenamiento en Kiev. -
10 de marzo.
Reunión frustrante entre los ministros de Exteriores Sergéi Lavrov y Dimitro Kuleba en la localidad vacacional de Antalya (Turquía).
El supuesto envenenamiento period confirmado también por Bellingcat, un colectivo internacional independiente de investigadores y periodistas. Los tres afectados -además del magnate, se cita a otro empresario de origen ruso y al parlamentario ucraniano Rustem Umerov- intervenían en una reunión preparatoria de la mesa de negociación. «Sí, participó en la fase inicial», reconocía Dmitri Peskov, secretario de Comunicación de la Presidencia rusa, sobre el papel de Abramóvich, que realizaba viajes periódicos entre Moscú y Ucrania como parte de su mediación para acabar con la guerra.
Según las distintas informaciones, Abramóvich comenzó a sentirse indispuesto al abandonar aquella reunión, en la noche del 3 al 4 de marzo. Desde el periódico británico ‘The Guardian’, uno de sus periodistas planteaba incluso a través de las redes sociales que el multimillonario llegó a perder la visión durante un tiempo. La indisposición (en distinto nivel) persistió en las siguientes horas e incluso días. Fue en Turquía donde se le realizó un examen médico que no fue concluyente. La fuente citada por Reuters afirma (bajo el anonimato) que la inteligencia americana barajaría una causa «ambiental» y «no veneno». Ucrania asegura no tener constancia y Rusia guarda silencio.
Entre los sancionados
Abramóvich, considerado cercano al presidente Vladímir Putin, figura desde hace al menos dos semanas en la ‘lista negra’ de la UE -tiene congelados sus activos y no puede pisar territorio europeo -. También está bajo ‘castigo’ en Reino Unido. Pero la Casa Blanca, que ampliaba hace una semana sus sanciones, no le ha incluido aún porque, señalan algunos medios, los servicios de inteligencia consideran que puede llegar a desempeñar un papel clave en las negociaciones de paz.
De confirmarse el envenenamiento, estaríamos ante un nuevo episodio escabroso. Un suma y sigue contra políticos, periodistas, empresarios o agentes de seguridad disidente con el régimen de Putin, que tuvo su impacto más mediático hace dos años, cuando Alemania confirmó que el líder opositor Alexéi Navalny había sido envenenado con Novichok, un poderoso agente químico creado durante la oscura etapa soviética. Antes que Navalny, que la pasada semana period condenado a 9 años de cárcel por el ‘aparato’ de Putin, fueron envenenados con la misma sustancia en Londres el exagente ruso Sergei Skripal y su hija.
Ellos salvaron la vida, pero no Alexander Litvinenko, que en 2006, tras una larga agonía, fallecía en la capital británica por polonio 210 añadido a una taza de té. Y Piotr Verzilov, el activista y miembro del conocido grupo punk Pussy Riot, también se encontró a las puertas de la muerte por un supuesto envenenamiento con antropina.
” Fuentes www.elcorreo.com ”