La figura del agente forma parte de una rica tradicin inaugurada por la espaola Carmen Balcells -que tuvo un rol decisivo en la proyeccin literaria del escritor colombiano Gabriel Garca Mrquez- pero que a lo largo del tiempo ha dado lugar tambin a intervenciones ms controvertidas, como la que recientemente protagoniz el estadounidense Andy Wylie cuando alent a Glck a abandonar el sello Pre-textos, que haba apostado a ella cuando period una ignota poeta, por un contrato ms ventajoso en la editorial Visor.
Segn las prcticas afianzadas del mercado editorial, los riesgos los corren los sellos independientes mientras que los grandes conglomerados aparecen cuando una obra o su autor han sorteado el anonimato para situarse en el umbral de un possible xito de ventas, una lgica que en este caso evapor la lealtad hacia el editor que apost sostenidamente a Glck y alent al agente de la poeta, Andrew “El Chacal” Wyle, a buscar una nueva casa editora al mejor postor, que consequence ser Visor.
Si bien en la Argentina el rol aparece diluido porque es asumido por otros actores de la cadena, muchos escritores recurren a los servicios de profesionales que, con sede en Europa o Estados Unidos, se dedican a asesorarlos, a representarlos y negociar sus derechos. “El agente es elegido por el escritor para ocuparse de la mejor difusin de su obra. Dependiendo de qu agente y qu escritor, hasta donde llega el alcance de esa relacin, desde comentar ideas hasta conseguir que sus novelas lleguen a las libreras, y si es posible, al cine o la televisin”, define en dilogo con Tlam Guillermo “Willie” Schavelzon, exlibrero, exeditor y fundador de la agencia literaria Schavelzon-Graham, que desde Barcelona representa la obra un centenar de autores, entre los que se encuentran Claudia Pieiro, Martn Kohan, Gioconda Belli, Ricardo Piglia y Mara O’Donnell.
Martn Kohan, uno de las autores de la agencia Schavelzon-Graham.
“Es tan amplio el margen de estas relaciones que llamar al agente literario `intermediario me parece un poco reduccionista, un reflejo de no entender de qu se trata””
Guillermo “Willie” Schavelzon, agente literario.
Para Pau Centellas, presidente de la Asociacin de Agencias Literarias de Espaa y agente en la agencia Silvia Bastos, lo ms complejo es hacer coincidir los intereses de los autores con los de los editores. “O dicho de otro modo: convencer a los editores de la conveniencia para su editorial de publicar la obra de un autor”. Acepta que, si el autor se lo pide, la participacin del agente enriquece al proceso: “Hay obras que han cambiado considerablemente tras la lectura de un agente. Dicho esto: el mrito es nicamente del autor, pues tambin es suya la potestad de aceptar o rechazar las sugerencias o comentarios que le hace el agente”.
“Un agente tiene que tener visin estratgica y saber anticiparse un poco. Una carrera literaria se construye de a poco y con cada libro; hay que saber proyectar a futuro”, considera Mara Lynch, fundadora de la reconocida agencia Casanovas & Lynch en Barcelona, que representa a Mariana Enrquez, Mara Gainza, Pola Oloixarac, Martn Caparrs y Federico Andahazi.
Para Lynch, el agente forma parte del primer eslabn en el proceso creativo: “Es quien escucha por primera vez la idea o proyecto de un libro y acompaa durante el proceso de escritura. Tambin es el primer lector, y esa primera lectura es muy delicada porque todas las expectativas estn puestas en ella”. La participacin de esta agente literaria en el proceso depende del autor.
“En algunos casos leo varias versiones de un manuscrito y acompao la edicin. En otros, apenas sugiero cambios; a veces participo en la planificacin previa a la escritura, otras sugiero ttulos, cubiertas…”, apunta.
Samanta Schweblin, una de las escritoras argentinas de la agencia que dirige Mara Lynch.
“Las decisiones estratgicas, como la editorial, tambin condicionan mucho la difusin y el xito de un libro. Hay un trabajo posterior del agente que consiste en coordinar y acompaar la publicacin de ese mismo libro en muchos pases, donde ese condicionante de nuevo se replica” ”
Mara Lynch, agente deCasanovas & Lynch
Sandra Pareja es una de las agentes de Massie & McQuilkin, con sede en Nueva York, pero hasta 2020 trabaj en Casanovas & Lynch. “Llevaban a muchos autores argentinos y me ocupaba de los derechos al extranjero. Mara Sonia Cristoff fue la primera autora que fich. Encontr uno de sus textos en una antologa chilena y tambin me atrajo su perfil ms secreto. Devor toda su obra en cuestin de das porque era slida y siempre interesante. Mi segundo fichaje fue Roque Larraquy, siendo ‘La comemadre’ un libro viral entre mis amigos lectores”, cuenta Pareja.
Desde Massie & McQuilkin, representa a Pablo Katchadjian y Mariana Travacio. “Por estos cuatro autores siento una profunda admiracin y estoy convencida de que dejarn huella en la historia de la literatura argentina y en el mundo que la lee”, sostiene. Le gusta sentir que estimula la creatividad de los autores, que los apoya y acompaa.
“Hago lo necesario para que un autor pueda dedicarse plenamente a su oficio y no a los trmites, las negociaciones y el ruido exterior que la actividad conlleva””
Sandra Pareja, agente en Massie & McQuilkin
Por qu los agentes de los escritores argentinos estn en otros pases? Por qu la figura del agente pareciera no ser relevante en la escena literaria native? Se debe nicamente al tamao del mercado editorial?
“Creo que, en la poca digital, ms que el tamao del mercado, pesan las distancias geogrficas. Por lo menos hasta el ao pasado, un agente viajaba mucho. Estar lejos es muy costoso, en dlares y en esfuerzo”, arriesga Schavelzon pero remarca que una agencia tambin requiere de ciertas condiciones macroeconmicas para su desarrollo. “Argentina necesita ms lectores. Mejor dicho: que la gente pueda comprar ms libros. Todo lo dems puede estar en cualquier parte. Hoy importa poco dnde est geogrficamente una agencia, lo que importa es su mirada internacional, su saber leer, su saber hacer, y como deca antes, poder hacer”.
En los ltimos aos, las editoriales han explorado cmo asistir a los autores que no tienen agente. Si bien muchas veces las oficinas que desde la editorial representan al escritor no funcionan porque niegan la contradiccin de intereses entre las partes, los protagonistas advierten que, como con todo en la vida, la cuestin es ms compleja.
“Hace falta una figura del agente ms local, dentro de la editorial o que los representen desde afuera. Que busquen lugares y nuevos contratos para la literatura argentina”, reconoce Paola Lucantis, editora de ficcin desde 2015 del sello Tusquets, y coincide con que esa ausencia se debe a que es un trabajo que requiere de una gran inversin de tiempo y dinero.
Lucantis cuenta que, en la prctica, los editores muchas veces hacen un acompaamiento y derivan las cuestiones administrativas y contables a la oficina regional correspondiente. “Despus de la publicacin de ‘Las malas’, recib consultas de editores de distintos pases por la obra de Camila Sosa Villada y algunos finalmente llegaron a contratar los derechos y otros compraron los derechos para la produccin audiovisual”, relata. Otras veces son los scouts (cazatalentos), los traductores y otros editores los que identifican un catlogo y ubican al editor para ver cmo publicarlos.
Las malas, el libro de Camila Sosa Villada, editado por Tusquets.
“Los editores tambin asumimos el rol de los agentes cuando los presentamos en los concursos internacionales y los ayudamos a que estn al tanto de la difusin y a la llegada de sus libros a otros mercados””
Paola Lucantis, editora de Tusquets
Con la experiencia de los aos y sin subestimar su oficio, Schavelzon coincide en que en la prctica los roles suelen superponerse. “Las grandes editoriales tienen en sus equipos a editoras y editores inquietos, que muchas veces engaan a sus propios jefes, que son financieros, porque quieren publicar libros de calidad. Y lo logran. Navegando entre literatura y mercado sigue habiendo lugar”.
Para Maximiliano Papandrea, fundador y editor del sello Sigilo, el tringulo autor-agente-editor est en pleno proceso de cambio. Al esquema ortodoxo (cuando un autor recurre a un agente) y al de la editorial que asume y ejerce el derecho de traduccin, se suma “el modelo asociativo” en el que las editoriales se relacionan con agencias. “Tenemos una asociacin con la agencia Indent y cuando contratamos un autor sin agente, los representa Sigilo en sociedad con Indent. Cobramos el mismo porcentaje que pedira una agencia, pero lo repartimos entre las dos partes”, cuenta Papandrea. Indent tiene sede en Nueva York y representa a muchos de los autores de la nueva camada latinoamericana: Luis Chaves, Guadalupe Nettel, Luis Sagasti, Pedro Mairal y Eduardo Halfon.
Dolores Reyes, autora de Cometierra. Editada por Sigilo y representada por la agencia Indent.
Ese esquema de representacin fue el que usaron para que los derechos de traduccin de “Cometierra” de Dolores Reyes se vendieran a Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Polonia, Turqua, Suiza, Grecia, Noruega, Brasil y Portugal.
Ms all de las configuraciones que asuma el tringulo, Papandrea cree que hay algo en la esencia misma aquello que se intercambia, los libros, que hace que las fronteras se disuelvan: puede tardar ms, pero los buenos libros siempre estn circulando.
” Fuentes www.telam.com.ar ”