Cancún.- Ante la negativa de los Centros de Management y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) para permitir la salida de cruceros por motivo de la pandemia por Covid-19, la naviera Royal Caribbean pretende reanudar operaciones desde México, para lo cual proyectan construir un Dwelling Port en Calica, en la Riviera Maya y aprovechar la infraestructura y conexiones del Aeropuerto Internacional de Cancún.
El tema reavivó la oposición de la hotelería native e internacional, cuyos representantes en Cancún, Isla Mujeres, Puerto Morelos, Riviera Maya y Cozumel se pronunciaron hoy en contra del proyecto, a menos de que éste se ubique -temporalmente- en la llamada Isla de las Golondrinas, cuya vocación es esencialmente para el mercado de cruceros.
La intención de construir un Dwelling Port –puerto de altura– en Calica, zona localizada entre Tulum y Playa del Carmen, fue comunicada por ejecutivos de Royal Caribbean al presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, Roberto Cintrón, quien hoy lo hizo público en conferencia de prensa.
El empresario dijo que fue informado por Royal Caribbean que, si el CDC no permite a la naviera salir en mayo, buscarán salir vía Quintana Roo y buscarán llevar a cabo su proyecto,
Cintrón estuvo acompañado por el presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya y Cozumel, Antonio Chávez Palomo y Juan Pablo Müdespacher Blasco y Ramón Roselló, gerente de la Asociación Internacional de Inversiones, que agrupa a 15 cadenas hoteleras españolas aquí, que suman 90 mil de las 114 mil habitaciones que operan en el Caribe Mexicano.
El bloque, que dijo emplear a un promedio de 470 mil personas, directa e indirectamente, citó que, entre las afectaciones de un Dwelling Port en la Riviera Maya, se provocaría la pérdida de asientos de avión con turistas que sí pernoctan en centros de hospedaje, por ejemplo.
También que los cruceros no generan empleos, nuevos asientos de avión, ni fomentan la inversión; que provocan incremento en el costo de la precise oferta de asientos de avión, la pérdida de empleos derivada de la baja ocupación y que no pagan impuestos de la misma forma que lo hace cualquier establecimiento.
Además, que el gasto per cápita de un crucerista es únicamente de 63 dólares, contra los 800 dólares que genera un turista convencional; afectaciones al medioambiente y competencia para Cozumel.
En contraste, entre los aspectos positivos de realizar el proyecto de Dwelling Port en la Isla de las Golondrinas, mencionaron que favorecería a la reactivación del aeropuerto de Cozumel; se generarán vuelos nacionales e internacionales que en cierta medida serán usados por turistas convencionales.
Aumentaría la ocupación hotelera, generaría empleos en la isla; que ya se cuenta con la infraestructura; que reposicionaría a Cozumel a nivel internacional, dinamizando su economía, y que su posición geográfica la vuelve estratégica para las navieras.
“La postura de nuestras asociaciones es la de sí hacer un home port pero en Cozumel y no en ningún sitio de la parte continental de Quintana Roo”, manifestaron.
Los dirigentes hoteleros subrayaron que actualmente la industria se ve apabullada por problemas previos a la pandemia por coronavirus, como la inseguridad, las alertas de viaje, el recale masivo de sargazo y la falta de promoción institucional por parte del gobierno federal.
Explicaron que, si bien está proyectada la edificación de nuevos hoteles en el Caribe Mexicano, los proyectos están detenidos; las tarifas han caído, lo mismo que las reservaciones, lo que ha generado desempleo y eso se traduce en problemas sociales.
“Sumado a lo anterior, estamos restando competitividad a Quintana Roo con un nuevo impuesto a los turistas internacionales, el cual entrará en vigor a partir de abril de 2021, aún cuando nuestros principales competidores del Caribe se encuentran en un proceso de vacunación a toda su planta laboral turística”, expresaron.
Tren Maya
Los empresarios resaltaron que si bien apoyan el mega proyecto Tren Maya, se oponen a que se realice en los términos actualmente planteados, pues afectará durante tres años la movilidad por el corredor Cancún-Tulum, transitada por habitantes, empleados, proveedores y turistas.
En términos turísticos impactará negativamente la ocupación, al desincentivar el flujo de vacacionistas extranjeros, que perderán dos días de su viaje en traslados, a su llegada y retorno.
En ese sentido, consideraron que la mejor solución es seguir el plan authentic, es decir, construir el Tren Maya por el derecho de vía que se tiene en el tendido eléctrico que corre paralelo a la carretera federal y no como un segundo piso central, aunado a las modificaciones a la carretera como se pretende en la actualidad.
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” Fuentes www.eluniversal.com.mx ”