Como en otros creadores, Ian Nathan señala el explicit y propio «toque Anderson» que ha ido marcando títulos como Academia Rushmore (1998), Los Tenenbaums.Una familia de genios (2001), Moonrise Kingdom (2012) o experiencias singulares en el cine de animación como Fantástico Sr. Fox (2009) o Isla de perros (2019). Una caligrafía cinematográfica visualizada por las simetrías perfectas, ese plano organizado donde los elementos principales quedan perfectamente centrados. Una puesta en escena que remite, entre otros, a la influencia del director japonés Yasujiro Ozu, el realizador de Cuentos de Tokio. «Lo que comparten Anderson y Ozu es el principio de que el desequilibrado mundo inside de sus personajes se acentúa, y también resulta más conmovedor, cuando se lo sitúa en contraste con la geometría pura» señala Nathan. Otro acento estilístico del «toque Anderson» es el cromatismo de sus películas, los colores «que escoge para sus películas son siempre significativos, pero también sirven para marcar un tono common». Desde los tonos leñosos, otoñales, de piel de zorro de Fantástico Sr. Fox a las tonalidades rosas de caja de bombones de El Gran Lodge Budapest, la obra andersoniana está teñida por un elegante, impactante y expresivo cromatismo. Parte de estos detalles alimentan la exitosa cuenta de Instagram By accident Wes Anderson donde followers y admiradores de la estética Anderson reconstruyen diariamente, a partir de los propios escenarios reales existentes en cualquier parte del mundo, los decorados y paisajes de sus películas.
Arquitecturas bañadas en colores pop, hoteles tamizados de tonos pastel, paisajes de simetrías impecables, un look distintivo para las protagonistas, el gorro rojo de Invoice Murray, el explorador de The Life Aquatic, o esa mezcla que parecía imposible de Gwyneth Paltrol en Los Tenenbaums, de abrigo Fendi y ropa deportiva Lacoste; toda una puesta en escena estudiada al milímetro como si tratara de un gran cuadro académico. Un universo fascinante y de una gran plasticidad que cuenta con su propia «Royal Anderson Firm» encabezada por el actor Invoice Murray, «el talismán y padre cinematográfico de Anderson» presente en la filmografía del realizador desde su primera colaboración en lap película Academia Rushmore. Añadamos al elenco interpretativo nombres como Owen Wilson, Jason Schwartzman, Anjelica Huston, Tilda Swinton o el actor de origen hindú, Kumar Pallana, propietario de una cafetería de Dallas frecuentada por Anderson que cambiaría la restauración y los cafés por la interpretación.
En ese repaso del estilo Anderson, no faltan tampoco las referencias a las fuentes o influencias que han ido conformando su lenguaje explicit, una mixtura de nombres donde se mezclan realizadores como François Truffaut, Martin Scorsese, Louis Malle o el director indio, Satyajit Ray, inspiración mágica para Viaje a Darjeeling, junto con escritores, J.D. Salinger, dibujantes, Charles M. Schultz, el padre de los Peanuts o Herge, el creador de Tintin.
Anderson señala Nathan «retrata el mundo con toda la afectación de un teatro de juguete, pero, por otro lado, pocos cineastas como él para iluminar las verdades humanas». «En un primer visionado, sus películas son muy divertidas. En el segundo son desgarradoras». Como el conserje interpretado por Ralph Fiennes en El Gran Lodge Budapest, ciudadano de un mundo que se había desvanecido mucho antes de que él entrara en él pero que seguía manteniendo «la ilusión con elegancia singular». «Ese -señala Ian Nathan- es Anderson, el hombre que mantiene la ilusión con elegancia singular».
” Fuentes www.levante-emv.com ”