El Riesgo Invisible que Acecha al Turismo en México
En el vibrante y diverso paisaje turístico de México, donde las playas de arena dorada, las ruinas antiguas y la rica cultura se combinan para crear un atractivo singular, surge una preocupación que podría silenciar la alegría de explorar: la intervención de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la infraestructura que sostiene la industria turística.
La energía es un elemento vital para cualquier sector, y el turismo no es la excepción. Las modernas instalaciones hoteleras, los parques de diversiones y los restaurantes dependen de un suministro eléctrico confiable y constante. Sin embargo, la posibilidad de que la CFE implemente cambios significativos en la estructura energética del país, especialmente en regiones donde el turismo es el motor económico, ha comenzado a generar incertidumbre entre los empresarios del sector.
Las señales de alerta comienzan a encenderse, especialmente en destinos emblemáticos como Cancún, la Riviera Maya y Los Cabos, donde la electricidad es fundamental no solo para la comodidad del viajero, sino también para mantener la operatividad de cientos de empresas locales. La propuesta que se discute podría derivar en un desajuste en la capacidad de producción y suministro de energía, afectando la calidad de los servicios ofrecidos y, por ende, la experiencia del visitante.
Imagina unas vacaciones ideales en un lujoso resort frente al mar, solo para darte cuenta de que hay cortes intermitentes de energía que malogran la piscina iluminada y el restaurante que esperabas con ansias. Este escenario, que hasta ahora podría parecer una anécdota aislada, podría convertirse en una realidad si las alzas en las tarifas eléctricas y la falta de inversiones adecuadas no se gestionan correctamente.
El impacto de estas decisiones gubernamentales no solo afectaría a los grandes hoteles y cadenas turísticas, sino que también tendría un efecto dominó sobre el pequeño turismo, ese que se encuentra arraigado en las comunidades y que depende de la energía tanto como del tráfico de viajeros. Los guías de turismo, las plazas comerciales y los artesanos que ofrecen productos típicos podrían ver cómo sus oportunidades de ingresos se evaporan, llevando a un debilitamiento de la economía local que, en última instancia, afecta a todos.
La voz de alerta de la comunidad empresarial suena firme: se necesitan alternativas que aseguren un modelo de energía que no ponga en riesgo la infraestructura turística. Se proponen soluciones que impliquen asociaciones con energías renovables, así como la creación de un entorno regulador que beneficie tanto al sector turístico como a la comunidad energética.
El turismo en México, un tesoro invaluable que acoge a millones de visitantes anualmente, enfrenta un desafío inesperado que requiere atención tanto de las autoridades como de los propios actores del sector. La clave está en la colaboración, donde la inversión en energía sustentable y la mejora de la infraestructura no solo preserven la industria del turismo, sino que también refuercen el compromiso del país con el desarrollo sostenible.
Al final del día, los viajeros que llegan desde rincones lejanos del mundo buscan más que solo un lugar para hospedarse; buscan una experiencia enriquecedora que respete el entorno y la cultura local. Proteger esa experiencia debería ser una prioridad, y es responsabilidad de todos, desde los gobiernos hasta cada uno de nosotros como ciudadanos, asegurarnos de que los destinos que amamos sigan brillando con la energía que los hace únicos.
La batalla por el futuro del turismo en México apenas comienza. La importancia de un enfoque integral y la inclusión de todos los actores de la industria será fundamental para garantizar que el país continúe siendo un faro del turismo internacional en los años venideros.
” Sources diariocambio22.mx ”
” Sources diariocambio22.mx ”