La juventud está llena de anhelos. Con un mundo a disposición, miles de jóvenes se embarcan en travesías en pos de cumplir algunos de sus sueños: ver el mundo, conocer culturas distintas a la propia de su origen o comenzar de cero en otro lado son algunas de las propuestas que los mueven a dejar su tierra.
Este es el caso de Kevin Monsalve Botero, un colombiano de 26 años que viaja por América del Sur. Su ruta viajera lo trajo a Tucumán, dónde pasó unos días disfrutando de las bondades turísticas del Jardín de la República.
Seguro que muchas personas alguna vez han soñado con vivir viajando. Aunque parezca difícil, lograr esta empresa no es imposible. Eso sí, se necesitan tiempo, agallas, mucha organización y sobre todo ganas de muchas cosas: ganas de romper con la rutina, de vivir experiencias nuevas, de cambiar.
Nacido en Medellín, Kevin es skater hace 12 años y el 7 de agosto de 2019 resolvió dejar todo atrás y salir en busca de oportunidades inéditas para su vida deportiva, de conocer personas y países nuevos y lugares para patinar y desplegar de la mejor manera sus reconocidas habilidades con el skate.
“Decidí salir a viajar porque me cansé de lo mismo, de estar con las mismas personas y los mismos lugares. Quería nuevos aires, nuevas fronteras. Siempre fui una persona de estar de un lado pa’ otro; desde pequeño siempre me gustó estar en diferentes sitios, ir con el skate de ciudad en ciudad”, cuenta a LA GACETA el joven que, hasta que emprendió su viaje, nunca había salido de su país natal. Recuerda que una vez se prometió a sí mismo, que si hasta los 25 años no conseguía nada en Colombia, dejaría lo que tenía hasta entonces para empezar a viajar. Y así lo hizo.
SEDUCIDO. El viajero disfrutó dle dique El Cadillal, que navegó en kayak, y desde hoy seguirá su recorrido.
Otro dato importante en esta historia es que Monsalve viaja en su bicicleta. Si, de Colombia a Tucumán (pasando por todos los países y ciudades de por medio) en dos ruedas. “Busqué la forma de viajar en este rodado, vi canales de YouTube, investigué y vi que sí se podía. Siempre andaba por toda mi ciudad con ella; estaba muy acostumbrado a pedalear porque vivía lejos de los mejores lugares para ir a patinar”, explica. Por supuesto que no es fácil; él admite que es duro y que “cada día es una guerra”, pero vale la pena porque esta forma de reccorrer el continente le da la posibilidad de hacer nuevos amigos, de conocer lugares y, tan importante como todo lo anterior, de perder miedos.
Sus días en Tucumán
Luego de ocho meses viviendo en Lima, donde fue sorprendido por la pandemia de coronavirus y debió quedarse en cuarentena, hace poco decidió salir de nuevo con su bicicleta a los caminos sudamericanos.
“Llegué a Tucumán porque por acá es mi ruta, pero me quedé varios días porque un amigo colombiano me contactó con personas de la provincia. Así pude disfrutar de varias cosas como hacer parapente, navegar en kayak, subir a la aerosilla y llegar al Cristo de San Javier”, relata; hoy seguirá su camino.
Kevin outline a los tucumanos como “gente hermosa” y “muy buenas personas”, y resalta la actitud de quienes lo recibieron en la estación de servicio al llegar -a la que, por supuesto, nombra “gasolinera”- y a quienes lo alojaron en su casa, por los que fue generosamente ayudado durante su estadía native.
Cómo sigue
El viajero, que va mostrando partes de su recorridos en su canal de YouTube (identificado con su nombre, Kevin Monsalve) y en su Instagram @ojon666, ya recorrió en bicicleta su país, Ecuador, Perú, Bolivia y ahora la Argentina.
Próximamente planea continuar pedaleando, primero rumbo a Uruguay, aunque todavía no sabe si podrá ingresar a ese país por las restricciones sanitarias, y luego a Brasil, que es su destino remaining. Reconoce que es complicado transitar de un país al otro en medio del covid-19, pero afirma con convencimiento: “no puedo parar mi sueño, (que es) llegar a Brasil a patinar”.
Un consejo
A quienes sueñan con lanzarse a la ruta pero no se animan, Kevin les cube: “si lo sienten en el corazón y (creen que) es lo que sería perfecto para su vida, tienen motivos para hacerlo y no hay nada que los ate, arranquen”. “Vale la pena atravesar esta experiencia, es hermosa, enseña mucho y entiendes cosas que encerrado en cuatro paredes no lo haces”, finaliza.
(Producción periodísticoa: Nicolás Sánchez Picón)
” Fuentes www.lagaceta.com.ar ”