En pleno corazón de Andalucía, en un territorio bañado por el sol donde el aroma del olivo se mezcla con la brisa de la historia, se esconde un tesoro aún no descubierto por muchos. Un lugar donde el pasado y el presente se fusionan creando una atmósfera mágica, rodeada de belleza natural y arquitectónica: el Poniente Granadino. Este rincón, entre la famosa Granada y la Costa del Sol, ofrece una paleta de colores, sabores y sonidos que prometen una experiencia inolvidable para aquellos viajeros ansiosos de descubrir secretos bien guardados.
Comenzaremos nuestro viaje en Montefrío, un pueblo que desafía las leyes de la gravedad y la armonía. Este pintoresco lugar se alza majestuoso sobre un peñasco, coronado por una iglesia que antaño fue una fortaleza musulmana. El contraste entre el cielo azul y las antiguas piedras de su castillo invita a una exploración pausada por sus calles empinadas, desde donde se pueden admirar vistas de postal sobre el vasto horizonte de olivares. No es sorprendente que esta joya haya captado la atención de National Geographic, situándola entre las diez vistas panorámicas más hermosas del mundo.
Continuamos nuestro periplo hacia Íllora, evocando la esencia de las épocas moriscas. Aquí aguarda un castillo en ruinas que observa el tiempo pasar desde su colina, ofreciendo a los caminantes un viaje a través de los siglos. Las murallas que antaño protegieron la ciudad ahora brindan un espectáculo arquitectónico rodeado de una vegetación exuberante y campos que cambian de color con las estaciones.
Nuestro viaje no sería completo sin perderse en las callejuelas de Moclín, un pueblo que parece susurrar historias de fronteras y batallas. Sus paredes cargan con el peso de la historia, defendiendo valientemente el paso hacia Granada. Los senderos y fortalezas narran la historia de su gente, una invitación a reflexionar sobre el valor y la resistencia a través de los tiempos.
Para los amantes de lo auténtico, Zagra nos revela un castillo prácticamente secreto, escondido entre las faldas de las montañas. Este enclave, menos conocido, es un tesoro para los que persiguen la belleza de lo intacto, de lo que aún no ha sido transformado por el turismo masivo. Allí, el silencio es un regalo, y las vistas, un recuerdo perdurable.
Cada una de estas paradas en el Poniente Granadino es un capítulo de un libro que cuenta la historia de Andalucía, un relato de reconquista, mezcla de culturas y herencia viva. Pero más allá de sus castillos y vistas, lo que verdaderamente captura el corazón del visitante es la calidez de su gente, la gastronomía local que seduce el paladar con cada bocado, y esa sensación de descubrir lo inesperado.
Así que, si tu alma viajera busca destinos inexplorados donde la historia se palpa en cada esquina, donde cada atardecer pinta un nuevo cuadro y cada plato cuenta una historia, el Poniente Granadino te espera. Más que un viaje, es una experiencia que se grabará en tu memoria y en tu corazón.
” Sources viajes.nationalgeographic.com.es ”
” Fuentes viajes.nationalgeographic.com.es ”