Desde hace algún tiempo, los precios de los alimentos han estado disminuyendo en Nueva Zelanda, lo cual es una noticia bastante agradable para todos nosotros, ¿verdad? Sin embargo, a pesar de esta buena noticia, parece que no estamos celebrando el fin de la inflación como deberíamos.
¿Por qué será que no estamos tan emocionados como deberíamos estar ante la caída de los precios de los alimentos? Bueno, puede que la respuesta se encuentre en el hecho de que, aunque los precios de los alimentos estén bajando, hay otros factores económicos que están influyendo en nuestro ánimo.
Por un lado, la incertidumbre global y las tensiones comerciales han estado afectando la confianza de los consumidores, lo que lleva a que no nos sintamos tan seguros como deberíamos al gastar nuestro dinero. Además, la baja en los precios de los alimentos podría deberse a una menor demanda interna, lo cual podría interpretarse como una señal de que la economía no está del todo bien.
Aun así, no todo es pesimismo. La caída en los precios de los alimentos puede significar un alivio para muchas familias que luchan por llegar a fin de mes, lo que les brinda la oportunidad de ahorrar un poco más o incluso darse un pequeño gusto de vez en cuando.
En definitiva, aunque la caída en los precios de los alimentos pueda no ser motivo de una gran celebración, sí es un indicador positivo que nos muestra que hay cosas buenas sucediendo en nuestra economía. Así que, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad para disfrutar de un poco de alivio en nuestro bolsillo y celebrar, aunque sea de forma pequeña, el fin de la inflación?
” Sources www.nzherald.co.nz ”