En el país del sol naciente existe un lugar mágico que parece salir de un cuento de hadas: los jardines japoneses. Estos espacios verdes, llenos de armonía y serenidad, son el reflejo de la cultura y tradiciones milenarias de Japón.
Uno de los jardines más impresionantes es el Jardín Rikugien, ubicado en Tokio. Este oasis de paz fue construido en el siglo XVII y se caracteriza por sus senderos sinuosos, puentes de madera y lagos llenos de nenúfares. Además, sus árboles centenarios y cuidados bonsáis añaden un toque de exquisita belleza a este lugar.
Otro jardín que no puedes perderte es el Kenrokuen, en Kanazawa. Considerado uno de los tres jardines más hermosos de Japón, destaca por sus puentes de piedra, cascadas y la impresionante vista del monte Fuji. Durante la primavera, sus cerezos en flor crean un paisaje de ensueño que atrae a visitantes de todo el mundo.
Por último, no podemos dejar de mencionar el Jardín Koraku-en, en Okayama. Este jardín tradicional japonés se distingue por sus extensos campos de césped, lagos y puentes pintorescos. Además, su famoso puente de piedra tsukimi-bashi ofrece una vista única de la luna llena sobre el agua, creando una atmósfera romántica y evocadora.
Visitar estos jardines japoneses es sumergirse en un universo de paz y armonía, donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza se convierte en la protagonista. Sin duda, una experiencia inolvidable que te conectará con la esencia y la belleza de la cultura japonesa. ¡No te pierdas la oportunidad de descubrir estos tesoros verdes en tu próximo viaje a Japón!
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