En el hermoso estado de Querétaro se encuentra un verdadero tesoro para los amantes del vino y el queso. Ubicada en el municipio de San Juan del Río, la Hacienda Lagunillas es un destino ideal para aquellos que buscan un ambiente de relajación y el deleite de los sentidos.
La historia de esta majestuosa hacienda se remonta al siglo XVI, cuando fue construida por órdenes del virrey Luis de Velasco y Castilla. Su arquitectura colonial y sus amplios jardines hacen de este lugar una joya arquitectónica que transporta a sus visitantes a tiempos pasados.
Pero lo que hace de la Hacienda Lagunillas un lugar especial es su producción de vino y queso. Aquí, los visitantes pueden conocer de cerca el proceso de elaboración de estos productos y disfrutar de catas y degustaciones que harán vibrar sus paladares.
Desde el momento en que los turistas ponen un pie en la hacienda, son recibidos con la cálida hospitalidad que caracteriza a la región. Los propietarios de la hacienda se ocupan personalmente de cada detalle, creando una experiencia íntima y memorable.
Las visitas guiadas por los viñedos son una oportunidad para apreciar la belleza natural de la región. El clima favorable y el suelo fértil son condiciones ideales para el cultivo de las uvas, que se transforman en vinos excepcionales. Los visitantes pueden recorrer los campos, conocer las variedades de uvas y aprender sobre los procesos de vinificación.
Pero la experiencia no termina allí. Después de la visita a los viñedos, los visitantes son invitados a probar los vinos en la sala de degustación, donde un sommelier experto les guiará a través de una selección de los mejores vinos de la hacienda. Cada copa es una explosión de sabores y aromas que despiertan los sentidos y dejan una marca inolvidable en el paladar.
Y qué mejor acompañante para un buen vino que una tabla de quesos artesanales. La hacienda cuenta con su propia quesería, donde se elaboran deliciosos quesos con leche de vaca y cabra de la región. Desde quesos suaves y cremosos hasta quesos ahumados y curados, aquí se encuentran opciones para todos los gustos.
Después de una intensa jornada de degustaciones, los visitantes pueden descansar en las cómodas habitaciones de la hacienda. Cada una de ellas está decorada al estilo colonial mexicano y cuenta con todas las comodidades necesarias para una estancia agradable. Además, el servicio de spa ofrece tratamientos relajantes y terapéuticos que ayudarán a rejuvenecer cuerpo y mente.
Pero la experiencia en la Hacienda Lagunillas no estaría completa sin una visita al restaurante del lugar. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de deliciosos platillos tradicionales de la región, preparados con ingredientes frescos y de calidad. Cada bocado es una explosión de sabores que refleja la riqueza culinaria de Querétaro.
En resumen, la Hacienda Lagunillas es mucho más que un destino turístico, es un oasis para los amantes del vino, el queso y el descanso. Además de su producción vitivinícola y quesera, este lugar ofrece a sus visitantes una experiencia única en un entorno de belleza natural y tranquilidad. Si buscas escapar de la rutina y disfrutar de momentos inolvidables, no dudes en visitar esta encantadora hacienda en Querétaro.
” Sources www.eluniversal.com.mx ”
” Fuentes www.eluniversal.com.mx ”