Descubriendo el mundo a la velocidad del mar: Una pareja de ancianos encuentra en un crucero una forma de vida económica y emocionante
Cuando pensamos en la vejez, asociamos esta etapa de la vida con la tranquilidad, la comodidad de un hogar y tal vez algunas salidas ocasionales. Sin embargo, una pareja de ancianos ha cambiado por completo esta concepción común al encontrar en los cruceros una forma de vida económica y emocionante.
Imaginen poder explorar el mundo sin preocuparse por el costo de las viviendas, las facturas de servicios públicos o los gastos diarios. Eso es precisamente lo que hacen Lee Wachtsetter, de 90 años, y su esposa de 86 años, residir en un crucero como si fuera un asilo flotante.
Este peculiar estilo de vida comenzó hace más de 20 años, cuando Lee perdió a su esposo y decidió que no quería vivir sola en su casa en Fort Lauderdale, Florida. Fue entonces cuando surgió la brillante idea de embarcarse en un crucero para pasar sus días dorados de una manera asequible y emocionante. Desde entonces, Lee ha vivido en el mar y se estima que ha pasado más de 7.000 días a bordo de diferentes barcos de crucero.
En este viaje sin fin, Lee ha navegado por el Caribe, el Mediterráneo, Alaska y muchos otros destinos exóticos. Pero, ¿cómo es posible que este estilo de vida sea económicamente viable? La respuesta está en la convergencia perfecta entre los costos de las comidas y alojamiento de un asilo tradicional y los lujos y actividades de un crucero de primera clase.
Lee paga alrededor de $8,000 al mes por su suite, que incluye comidas gourmet, servicio de limpieza y todas las comodidades del hogar. Si bien esto puede sonar caro a primera vista, en comparación con el costo de vivir en un asilo en tierra firme, su decisión parece ser mucho más asequible y significativamente más emocionante.
Además, a bordo del crucero, nuestros aventureros de la tercera edad tienen acceso a una gran variedad de actividades y entretenimiento. Desde espectáculos en vivo y teatros hasta clases de baile y excursiones en tierra, el aburrimiento es algo que simplemente no existe en su día a día.
Pero este estilo de vida no solo se trata de comodidad y entretenimiento. Lee ha encontrado en el crucero una comunidad de personas que se han convertido en su familia lejos de casa. Ha entablado relaciones cercanas con otros pasajeros y tripulantes, con quienes comparte su día a día y sus experiencias de viaje.
La historia de Lee y su inseparable esposo, que falleció hace algunos años, ha capturado la atención de muchos, demostrando que la vejez no tiene por qué ser sinónimo de monotonía y limitaciones económicas. Su ejemplo nos recuerda que siempre hay formas creativas e innovadoras de disfrutar de la vida y descubrir nuevos horizontes.
Entonces, ¿por qué no considerar esta alternativa única cuando llegue nuestra propia vejez? Viajar en crucero no solo nos permite ahorrar dinero, sino que también nos ofrece una experiencia de vida en la que la emoción, la aventura y la camaradería se convierten en compañeros constantes. El mundo está ahí afuera esperando a ser explorado, y a bordo de un crucero, podemos hacerlo a la velocidad del mar.
” Sources www.24horas.cl ”
” Fuentes www.24horas.cl ”