Quien haya visitado Estonia en algún momento de su vida reconoce con facilidad esta descripción: estrechas calles empedradas de las ciudades hanseáticas medievales, tejados de piedra carmesí, murallas curvas, magníficas torres y fascinantes historias y leyendas que se pueden leer a pie de calle.
Aunque teletransportarse al pasado sea imposible, uno solo tiene que recurrir a la imaginación para visualizar cómo era la vida en la época medieval mientras pasea por las ciudades estonias, donde todavía se puede sentir el aura de aquella etapa histórica.
Y ahí está la belleza de este territorio europeo. Es la combinación de la Estonia histórica y la Estonia joven, nueva y renovada, y es en esa convivencia, a priori imposible, donde este país se convierte en una peculiaridad digna de visitar.
Para quienes estén interesados en descubrir todos los rincones de este país, ahora Nautalia Viajes ofrece para este verano un viaje a Estonia con un paquete de una semana desde 929€, recorriendo las principales ciudades del país. Y para adentrarse con todo tipo de detalles en los planes que brinda Estonia, la web de Visit Estonia es el lugar indicado.
El país más digitalizado del mundo
Estonia se abre camino y mira con determinación al futuro, hasta el punto de convertirse en el país del mundo con un desarrollo de la digitalización más elevado. Su compromiso con el avance tecnológico es tal que ha declarado el acceso a Internet como un derecho humano. Pero eso no es todo, ha puesto en marcha la cultura de TI y los servicios públicos, muchas veces inaccesibles para muchas personas, son ahora mucho más fáciles de utilizar gracias a su digitalización, tanto para los ciudadanos como para las empresas.
Una naturaleza protegida
Es una realidad, más de la mitad del país está cubierto por tierras boscosas y casi una cuarta parte es naturaleza bajo protección. Este cuidado de la tierra tiene una consecuencia muy positiva: Estonia tiene la cuarta mejor calidad del aire en el mundo. Esta característica tan valiosa provoca que los estonios tengan una predilección especial hacia los planes sociales al aire libre.
En Estonia casi una cuarta parte de la naturaleza está bajo protección
En definitiva, todas las ciudades de Estonia reúnen su cultura milenaria, una naturaleza exuberante, el equilibrio entre lo rural y digital, un despertar gastronómico con su reciente entrada en la Guía Michelín y un culto al bienestar con sus famosas saunas.
Todo empieza en Tallin
Se trata de una ciudad que convive a la perfección con lo antiguo y lo nuevo. Antiguo, porque se construyó en la época medieval, y nuevo porque tiene uno de los centros hanseáticos mejor conservados del mundo. A tiro de piedra se encuentra el centro de negocios de la ciudad con modernas torres y hoteles de lujo, barrios de moda, coquetos restaurantes con apuestas locales y una intensa vida nocturna.
En el cruce entre el casco antiguo, el puerto y la plaza Viru, el área del barrio de Rotermann ha sido completamente renovada en los últimos años. Ahora se encuentran restaurantes como Pull o R14 escondidos en las estrechas callejuelas peatonales. Chicago 1933 es también uno de los favoritos para la música en vivo con su animadísima terraza de verano.
Para disfrutar del verano en la ciudad estonia, uno de los lugares del momento es Noblessner donde también se encuentra uno de los mejores restaurantes de Tallin, el restaurante con estrella MICHELIN 180 ° de Matthias Diether.
Actualmente, Noblessner es una de las zonas del momento, donde se encuentra uno de los mejores restaurantes de la ciudad
Algunos de los planes que el visitante no puede dejar de hacer son, por ejemplo, asistir al Black Nights Film Festival (PÖFF), el festival de cine anual. En él se exhiben más de 600 películas y atrae a más de 80.000 personas cada año.
Si se opta por viajar durante los meses de invierno, una opción muy conocida es pasear por el mercado navideño de Tallin, que fue galardonado con el título de Mejor mercado navideño europeo en 2019.
Tartu, capital de la creatividad
Esta frondosa ciudad de estudiantes, intelectuales y creativos trae recuerdos a muchos que alguna vez han recorrido su ciudad en bicicleta durante sus días de estudiante. En 2024 será además Capital Europea de la Cultura. Y este reconocimiento no es en vano, esta ciudad posee la Universidad de Tartu, que se fundó en 1632 y es una de las más antiguas del norte de Europa. Es tal su prestigio, que ha sido la incubadora de muchos científicos eminentes y académicos de renombre internacional.
Su cultura se puede encontrar en todos los rincones de la ciudad. En las largas noches de verano, los estudiantes que no han cambiado la ciudad por la playa se pueden encontrar en la colina detrás del Ayuntamiento y su famosa escultura de estudiantes besándose.
Tartu es realmente montañosa, por lo que se puede disfrutar de un paseo dominical por el antiguo observatorio que exhibe algunos de los mejores telescopios del mundo. La iglesia de San Juan, que se considera un excelente ejemplo de la arquitectura gótica europea, o la cercana Corte de San Antonio (Antoniuse Õu), un mercado donde los artesanos estonios venden una variedad de productos, desde cerámica hasta obras de arte de cuero y tela.
Para los turistas más curiosos, uno de los planes más sonados es el Festival en Aparaaditehas. Cuenta con un programa de conciertos y discotecas durante dos noches. El mercado de pulgas y la comida callejera estonia son siempre un punto culminante.
Y siguiendo el hilo de la gastronomía, el Tartu Food and Wine Festival ofrece auténticos sabores estonios de pequeños productores y restaurantes ‘pop-up’ del sur de Estonia, así como una rica selección de vinos.
Pärnu, a fuego lento
Se trata del mejor destino veraniego en Estonia. Pärnu atrae a los turistas con su gran playa de arena, numerosos restaurantes, bares de cócteles, spas y un ambiente relajado.
Esta ciudad medieval tiene un toque muy romántico. Al ser el complejo más grande de Estonia, Pärnu también alberga una variedad de spas, desde grandes parques acuáticos hasta casas de baños más íntimas e históricas.
Su paisaje se dibuja entre largas playas de arena blanca, aguas poco profundas y “el mejor sol de Estonia” atraen a estonios y visitantes por igual. Su precioso paseo marítimo es ideal para caminar, andar en bicicleta y patinar sobre ruedas con parques infantiles, fuentes de agua y áreas de juego que ofrecen días llenos de diversión y alegría para los niños.
En 2020, Pärnu fue votado como el destino más sostenible de los países del Mar Báltico. La diversidad y las comodidades de Pärnu lo han convertido en un complejo con una historia de 180 años, por lo que proteger y valorar su naturaleza es una prioridad cuando se trata del desarrollo de la ciudad.
En cuanto a sus planes, es muy recomendable empezar el día con un almuerzo en el elegante Mon Ami, conocido por su combinación de tendencias clásicas y contemporáneas y una oferta “algo especial” con platos tradicionales. Después, el Mole de Pärnu es perfecto para un paseo romántico, se cree que caminar hasta el final y besarse traerá suerte a las parejas. Como broche final, las cenas en el restaurante Rannahotell ofrecen una deliciosa cocina escandinava y tienen el glamour de la década de 1930.
Es un destino tradicional de tratamientos con barro y hoteles spa de vanguardia como Hedon que ofrece maravillosas instalaciones de bienestar o Ammende Villa, un gran hotel boutique histórico en un parque junto al mar que rezuma elegancia.
Tres ciudades que reúnen las características más deslumbrantes de un país como Estonia, y hacen bandera de la impactante actualización tecnológica del país, sin dejar de preservar su historia medieval y protegiendo de una manera ejemplar su naturaleza exuberante.
” Fuentes amp.elperiodico.com ”